PAG. 32 SECCION: INTERNACIONAL CINTILLO: COORDENADAS CABEZA: Derechos humanos e intervencion CREDITO: EDIT ANTAL ¨Es un deber, un derecho o, a caso, una prohibicion intervenir en terceros Estados para defender los derechos humanos en peligro? Recientes eventos de la politica internacional en Somalia, Ruanda, Bosnia, Haiti o el Caucaso, constituyen ejemplos interesantes de como se recurre al criterio denominado de doble rasero ya sea para justificar actos de injerencia en otros paises, o bien para ignorarlos alegando el principio de soberania. La duda surgio cuando los nuevos Estados en el centro y el este de Europa y la otrora Union Sovietica, solicitaron su reconocimiento. En aquel momento se produjo un choque con el problema de legitimidad en el orden internacional, que mas adelante ha ido acentuandose por la posible intervencion de terceros Estados o la ONU en caso de violacion de los derechos humanos. Este cuestionamiento ha puesto en entredicho tres principios basicos del derecho internacional: el de la soberania de los Estados, el de la au todeterminacion de los pueblos y el de la no injerencia en asuntos internos. A pesar de todas las acusaciones, parece claro que una vez admitido que el reconocimiento de los derechos humanos es el minimo exigible de la legitimidad; resulta dificil aceptar que la comunidad internacional permanezca impotente ante las violaciones masivas de derechos de las minorias en Europa del Este, o de naciones enteras como son los casos de Etiopia, Somalia, etcetera. En el segundo caso se trata de las consecuencias del hambre, la miseria y la guerra que afectan directamente a la superviviencia. El hecho de que la ONU no haya resuelto hasta la fecha un mecanismo eficaz para la asistencia humanitaria muestra una mezcla de cinismo y de las graves deficiencias que hoy padece el orden internacional y las mismas instituciones. A pesar de que seria una mentira decir que no se ha hecho nada en las naciones africanas o en los Balcanes, la verdad es que hay mas motivos para la preocupacion que para la satisfaccion. La complejidad de la intervencion, por ejemplo en Bosnia-Herzegovina, radica en que constituye un arma de doble filo que en medio de las tensiones entre el cumplimiento del derecho internacional y los imperativos de la economia y de la politica internacional corre el riesgo de convertirse en un cheque en blanco, que no esta al servicio de la comunidad internacional sino de un reducido grupo de Estados miembros. Potencias hegemonicas pueden tener la capacidad suficiente de servirse de esta justificacion con fines muy diversos de los proclamados, sean estos economicos, estrategicos o paternalistas. Para corregir o disminuir estos peligros, es muy importante contar con una regulacion precisa que establezca quien, cuando y como debe intervenir. ¨Quien debe tener la competencia de decidir la intervencion? No obstante todos los problemas que enfrenta la organizacion, no queda de otra que otorgar la facultad a la ONU. Sin embargo, es evidente tambien que mientras siga vigente la actual constitucion del Consejo de Seguridad y en particular el recurso de veto, sera muy dificil evitar los riesgos de que la ONU se convierta en un instrumento para orquestar los intereses de alguna potencia hegemonica. El problema de como reestructurar las Naciones Unidas para que pueda cumplir sus funciones es serio, pero ello de ninguna manera pone en duda que esta se la instancia, o el nivel, -y no los Estados-, que debe atender los derechos humanos a nivel mundial. Otra dificultad mayor se plantea acerca del como y cuando intervenir. Para unos, la intervencion debe limitarse estrictamente a una ayuda o asistencia humanitaria. Sin embargo, la experiencia en Somalia y Bosnia muestra que, paradojicamente, tal limitacion conduce casi directamente a la frustracion, y definitivamente no sirve para garantizar el proposito humanitario. En opinion de otros, y mas acorde con el funcionamiento tradicional de la ONU en relacion a la paz -peace enforcing, peace keeping, peace making-, cabe una intervencion que utilice la fuerza. La experiencia mas reciente en Somalia es desoladora en cuanto el mantenimiento de la paz que se entiende como equilibrio de fuerzas o estabilidad. La fuerza, o se ha quedado corta e hipocritamente al margen de lo que realmente amenaza la paz, eso es la violacion de los derechos humanos y las necesidades basicas, o bi en ha desembocado en una autentica modalidad belica, es decir, se ha excedido dando pabulo a su presentacion en terminos de conflicto entre las fuerzas pacificadoras y la poblacion del pais intervenido. El instrumento con que actualmente dispone la organizacion, los cascos azules, es insuficiente para los fines mencionados. La discusion acerca de su fortalecimiento y ampliacion en este momento es causa de fervientes debates, sobre todo en las izquierdas, en varios paises del mundo. En el centro de estos debates se encuentra la disyuntiva respecto a los riesgos ya mencionados, es decir, convertir las fuerzas pacificadoras en meros instrumentos de intereses particulares. Hay otro asunto tambien en cuestion, que radica en la preparacion de dichas fuerzas para funciones radicalmente nuevas y desconocidas, muy diferentes de las de intervenir en un combate contra las fuerzas del bloque contrario. En un plano teorico no es posible justificar racionalmente que la violacion masiva de los derechos humanos, o las situaciones de miseria que impiden la satisfaccion de las necesidades basicas, puedan ser consideradas como asuntos internos, ajenos a la paz y al orden legitimo internacional. Lo que esta en juego no son asuntos de la moral y la buena voluntad, pues los derechos humanos no deben ser vistos como una nueva religion, o solo como una moda. Lo que esta en juego es la paz, o la convivencia pacifica. La comunidad internacional, como ya esta pasando en Bosnia, pagara la factura que le pasaran aquellos que han visto su falta de reaccion ante las violaciones, pues los dictadores entenderan el mensaje: con la fuerza todo vale en un ambiente de impunidad. No es posible que las fronteras pued an mas que los derechos fundamentales del hombre. .