SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CINTILLO: DECISION FALLIDA CABEZA: Llego una orden, de pronto, para "desalojar la subprocuraduria CREDITO: FRANCISCO MEJIA La secretaria particular del ex subprocurador general de la Republica, Dolores Mota, volteo y sin hacer caso a las ordenes que le daban dos policias vestidos de azul, siguio de frente. Como todos los dias la funcionaria llego despues de comer a las 17:00 horas a las oficinas de la PGR ubicadas sobre Paseo de la Reforma. Y como siempre, cruzo la puerta de acceso por donde ingresan todos los funcionarios de esa institucion. Pero esta vez, vestida de rojo, fue interceptada. Como nunca. Horas antes su jefe inmediato, Mario Ruiz Massieu, habia presentado su renuncia al puesto. Una renuncia inusitada. Inedita. Esquivo a los guardianes. Se dirigio a la entrada de acceso a los empleados - Que se detenga!, no escucho...; le gritaron. Lo mismo. Hizo caso omiso y en dos minutos se encontro en el segundo nivel del edificio y entro a pasos agigantados a las oficinas de la Subprocuraduria. En la antesala de la misma alcanzo a ver de reojo dos acrilicos color pastel que le dan vida al mismo espacio. Llego agitada a su pequena oficina, dejo la bolsa de mano en el escritorio e hizo varios comentarios a sus allegados. Al instante entro al mismo lugar Jose Antonio Robles, de la Direccion de Seguridad de la oficina del procurador, Humberto Benitez Trevino. Iba acompanado con otra persona. En tono autoritario, prepotente, dijo el primero de estos. Tenemos instrucciones precisas del Procurador de desalojar a todos los empleados de la Subprocuraduria. Dolores Mota, estiro sus largos dedos sobre el escritorio y movio varias veces sus pestanas. Estoy encargada del despacho y no me puedo ir, ni nadie tampoco se va a salir. Los enviados que se dijeron de Benitez Trevino, sin dejar por un momento su pose autoritaria y seguros de lo que hacian, sentenciaron. Es necesario que se vaya, por las buenas o por las malas, son instrucciones del Procurador. Los invito a que se salgan de mi oficina, les indico la funcionaria dando un paso hacia la puerta y senalandola con su dedo indice. Una hora mas tarde, cuando los comentarios de lo que sucedia iban de oficina en oficina aparecio otro personaje mas en las oficinas de Dolores Mota. Esta vez se trataba del oficial mayor de la PGR, Fernando Limon, quien se presento a apaciguar las olas. Le dijo. Licenciada, nos hemos enterado de lo sucedido, creemos que ha habido un mal entendido y no sabemos de quien vinieron esas instrucciones. Aqui estamos nosotros para respetar el derecho laboral de todos los que aqui trabajan. Con eso, al parecer ahi quedo todo. Entrada la noche en las mismas oficinas del ex subprocurador una fila larga esperaba les fuera entregado el informe que en forma de libro se preparo sobre las investigaciones que se siguen en el caso de Jose Francisco Ruiz Massieu. .