SEC. INF. GRAL. PAG. 14 CREDITO: ELENA PONONIATOWSKA* CABEZA: Octavio Ocampo y las nubes Las madres nunca saben de lo que pueden suscitar cuando dicen a sus hijos que vean las nubes por la ventanilla del automovil: "Mira esta tiene forma de arbol, aquella nos sigue como perro". Alla en Celaya, dona Octaviana, artista por derecho propio (textiles y teatro) no imagino que al senalarle las nubes a su hijo Octaviano estaba sembrando en el la semilla del arte metaforico. El nino siguio viendo mujeres jarron, mujeres aves, jarras vacas, bocas flor, casas como manzanas, rostros como zurcos. Introducir el misterio en los objetos cotidianos, era un afan natural. Dentro de la piel humana, el nino dibujaba paisajes mentales. Cubria un labio superior de trigo, un craneo de helechos. En realidad, el Iztaccihuatl que todavia podia verse sobre el cielo azul no era un volcan sino una mujer dormida. Octavio veia sirenas-botella, muebles aguitarrados y encontraba figuras asombrosas en las manchas de los marmoles, en las formas de la piedra, en los cerros que se vuelven sillas y en los arboles que entretejen sus ramas. "Una de mis primeras firmas fue un muneco pateando una pelota formada con mis iniciales". Muy pronto Octavio se dio cuenta que aprovechar los accidentes del camino para fines pictoricos se remontaba al tiempo del hombre de las cavernas que sabia dibujar el vientre de una vaca sobre una protuberancia de la piedra y de las grietas sacaba los cuernos, la cola y las pezunas de alli la metamorfosis hasta llegar al rebano de bisontes rojos en la Cueva de Altamira. Como los Revueltas, la familia Ocampo se compone de artistas. Tienen su pintor Fermin Revueltas, su actriz Rosaura que se hizo sal en la tierra, solo les falta su musico Silvestre y su escritor Jose Revueltas, pero todos dibujan y salta a la vista su talento para las artes. Desde muy pequenos, don Angel llevo a sus hijos Angel, Octavio, Eduardo y Gregorio a la Escuela de Artes Plasticas del escultor y pintor Salvador Zuniga, en Celaya. El maestro hacia figuras de carton y mugigangas, grandes y grotescas figuras de carton en cuyo interior una persona bailaba haciendo reir o asustando un poco a los mirones. A veces cabian dos personas y entonces la mugiganga crecia magicamente y volvia la cabeza para todos lados. Para los ninos, las mugigangas eran el acceso a un mundo fantastico, de carros alegoricos, decoraciones fabulosas que poco tenian que ver con la vida de todos los dias. Octavio, sobre todo, no cabia en si del asombro y del deslumbramiento. Como en las nubes, en todo seguia viendo otra imagen. A los hombres y a las mujeres que se movian frente a el, mentalmente les ponia cabezas de pajaros o de batracios en vez de cara de diputado, y una vez cuando una de sus maestras (que le enseno las primeras letras) lo paso al pizarron para que escribiera la palabra "vaca", el nino solicito: "Mejor se la dibujo". El nino Octavio dibujo una vaca pero en la vaca veia otras cosas que los demas no sabian ver. La rugosa corteza de los arboles ofrece perfiles sorprendentes, los ojos del amado son un jardin. En la escuela se la pasaba dibujando y si no cantando o bailando. Era el primero en ofrecerse para la fiesta de fin de ano: "Yo salgo, maestra", o "Yo pinto el decorado, maestra" o "Yo barro el escenario, maestra" todo con tal de no memorizar las tablas de multiplicacion sobre todo la del tres que es horrible y se nos atora a todos. Internado con Los Legionarios de Cristo en Tlalpan, el joven Octavio quiso ser santo, pero pronto desistio. Tambien alli destaco en los celestiales trabajos de decoracion de la capilla. Alli si lo hubiera beatificado: "Santo Nino Octavito de los Altares Barrocos", pero tambien le gustaban otras festividades mas terrenales: decorar el salon de juegos y convertirlo en un esplendoroso salon de fiestas, terrestre y apetitoso y este afan por embellecerlo todo nada tenia que ver con la frugalidad monastica que se les exige a los santos. De aspirante a seminarista a hombre de teatro no hay mas que un paso y Octavio Ocampo lo dio con exito. Del altar y del incienso, los reclinatorios y los ramos de azucenas, de la voluptuosidad contenida de los rituales habia conservado la teatralidad y el impacto. Nada mas evocativo que un negro confesionario. Escenografo, actor junto a dona Octaviana, su madre, participo en la obra Las salvajes criaturas entre otras. Sin embargo, para Octavio lo mas importante fue pintar en la escuela su primer mural. Este le permitio pintar mas tarde la escalera de acceso a la presidencia municipal de Celaya. De alli al reconocimiento dio otro paso con la ayuda de Ruth, la hija mas querida de Diego Rivera quien le consiguio una beca para estudiar en la capital. Maria Luisa la China Mendoza y Eduardo Deschamps admiraron esos primeros murales y la China, con la vehemencia que la caracteriza, conmino a don Angel: "Usted tiene una responsabiliad con Mexico y con la humanidad entera. Su hijo debe ir a Mexico D.F. a estudiar arte". Dicho y hecho. Impresionado por la China, envio no solo a Octavio a La Esmeralda sino a Angel, el mayor, a aprender diseno y artesanias en la Escuela de la Ciudadela. Alli si Octavio saco las mejores calificaciones guiados por sus maestros Feliciano Pena, Santos Balmori, Fernando Castro Pacheco, Jorge Gonzalez Camarena, Antonio Rodriguez y termino su carrera en cinco anos. A los dos hermanos Ocampo todavia les dio tiempo de trabajar con Hector Azar y la escenografia mexicana gano entonces a dos extraordinarios disenadores. Y no solo eso, tambien a dos actores a las ordenes de Jose Luis Ibanez, Juan Jose Gurrola, Miguel Sabido, Andre Moreau, y sobre todo, Julio Castillo. El cine tambien atrajo a los hermanos y Octavio dirigio el departamento de escenografia de los Estudios America. Ciento veinte peliculas se filmaron en cuatro foros y un pequeno backlot. Entre 1966 y 1969, ademas de Blue Demmon, El Santo, y las mujeres vampiro, Luis Alcoriza, Manuel Michel, Jorge Fons, Juan Ibanez, Archibaldo Burns empezaron a hacer peliculas como Los Caifanes compitiendo con Roberto Gavaldon, Emilio Gomez Muriel y Servando Gonzalez. Ah que tiempos esperanzados para el cine! Los Estudios America no paraban y se filmaban al mismo tiempo cuatro peliculas. Octavio se canso de ese pendemonium; como Carlos Fuentes estuvo a punto de contraer ulcera y, para que no le diera, escogio zarpar a Europa. Al regreso, Octavio, adicto a la metamorfosis, tomo danza con Guillermina Bravo, Ofelia Medina y Rosa Bracho y canto con Monica Miguel, teatro con Julio Castillo y Jose Luis Ibanez, actuo para teatro y television hasta que decidio visitar a su amigo en San Francisco, David Wiznievits. Cayo parado en medio de los dias fervorosos de protesta contra la guerra de Vietnam y las bases nucleares, los hippies en Berkeley y las muchachas de piernas largas y doradas que ofrecian flores en vez de balas en las plazas publicas. Tomo cursos en el Instituto de Arte de San Francisco y maestros y alumnos se sorprendieron del realismo de sus composiciones. Todavia no surgia el hiperrealismo en Estados Unidos. La infancia es raiz y origen. En la infancia se encuentra todo lo que seremos de grandes. La infancia es catalizadora. Ocampo volvio a sus obsesiones de los primeros anos, encontrar formas inesperadas, sortilegios y milagros en su camino, aportar nuevas soluciones. Metamorfosear. Todos somos multiples, nadie es uno solo. Cambiamos de la noche a la manana. Envejecemos, nos alteramos, nos transmutamos, nuestras lineas antes apacibles hacen surgir al otro yo. Gatos por liebres. Un hombre y una mujer que se aman tienen un rostro solo por ellos conocido. No es que Ocampo despreciara la realidad, es que deseaba ir mas alla. Para demostrar que no la despreciaba pinto a potentados; a Carter, a Aleman, a De la Madrid (a Lopez Portillo no porque ese se pinta a si mismo). Capto a luminarias: Dolores del Rio, Gloria Marin, Maria Douglas, e hizo tres retratos tres de una sola Jane Fonda, amiga muy querida, quien le encomendo al lider Cesar Chavez. De esa pintura se hicieron carteles para recaudar fondos para la causa del guia campesino y sus seguidores, en su mayoria, mexicanos pobres. Octavio siguio haciendo experimentos opticos y se dio cuenta que aparecian cada vez mas elementos que metamorfoseaban sus composiciones. ¨A que jinete no le gustaria ser la pata de su caballo? ¨A que mujer no la llenara de gozo tener a un charro en el ojo derecho y a un torero en el izquierdo en vez de un glaucoma? ¨Que monja no prefiere ser candil de su convento y no oscuridad de la calle? Octavio, sus dibujos los hacia dormido. En el aire componia candelabros que eran narices y senderos hacia la cueva de Ali Baba en las cejas de un joven marino. "No solo soy figurativo sino multifigurativo o polimorfico. Me gusta invitar al espectador a jugar y con esto capto su atencion al dar una impresion de belleza o de horror en la primera imagen, otra al descubrir que hay una segunda y hasta una tercera imagen. Entre el fragil paso de una a otra existe un momento magico en el cual me comunico con el espectador a otro nivel, por medio del subconsciente y del espiritu". Que bueno que Octavio quien ahora vive en Tepoztlan se dedique solo a inventar una nueva realidad, la de la metamorfosis. De nina, recuerdo unos dibujos alambicados y laboriosos los que teniamos que encontrar al conejo perdido en el matorral, a la nina con cara de angel, al gnomo en el cortinaje, al perro guardian, a la bruja maldita. Era un juego fascinante que daba miedo. ¨Asi es de que todo eso estaba alli escondido y no lo habiamos visto? El dibujo en las planas del periodico infantil inquietaba tanto que producia insomnio. ¨Era cosa de magia o era infernal encontrar figuras que nadie mas podia hallar al menos a primera vista? De pronto la naturaleza adquiria otro sentido, el arbol ya no era inocente ni la casa era confiable. Algo mas nos esperaba tras de la puerta, algo que nos retaba y teniamos que completar. Tras de todo acontecimiento humano habia una trampa, un nivel desconocido, un impulso incontrolable. A la vuelta de la esquina, podiamos descubrir de golpe y porrazo a Dorian Gray. Lo que ensena Octavio Ocampo en su pintura metamorfica es a liberar al inconsciente, a tenerle fe a los impulsos, al misticismo, a los poderes de la mutacion y, sobre todo, a darnos cuenta curiosos y emocionados espectadores visuales, que podemos ser mas grandes que nosotros mismos. *Escritora y periodista .