SEC. INF. GRAL. PAG. 22 CINTILLO: CHILANGUERIAS CREDITO: Javier Gonzalez Batta * CABEZA: Sarita Ornelas Para Sarita y Jorge, sus hijos Hay en la calle de Bolivar, entre 5 de Mayo y Madero, un expendio de loteria que lleva por nombre Sarita Ornelas. A mayor precision, esta a un lado del Cafe Fornos y del Salon Bach, al cual muchos confunden con el que llevaba el mismo nombre en la Avenida Madero y que fue donde mataron al inspirado compositor y pendenciero yucateco Guty Cardenas. Sarita Ornelas, mucha gente la recordara, fue una lider de los vendedores de billetes de loteria. Tenia sin igual gracia y jovialidad a raudales. Era chiquita, redonda, ojos vivaces de los que se conocen como de capulin y un cuyo por bullidora. Ser lideresa no le impedia vender billetes en restorantes, cantinas, edificios publicos y calles del centro de la ciudad de arriba abajo. Fue un personaje tipico del primer cuadro durante los anos sesenta y setenta como lo eran Federico Sanchez Fogarty, el doctor Latapi, Lourdes Ortiz Monasterio, Andres Henestrosa, Chema Lozano y mucha mas gente famosa que, o bien tenia por ahi su despacho o gustaba de recorrer igual que el Duque Job, Plateros. Para los reporteros de la fuente del Departamento del Distrito Federal, resultaba hallazgo feliz toparnosla. Jamas dejaba de regalarnos, al menos un par de tiras de billetes, del monto que fuera, cada sorteo. Mi padre se quedo absorto ante el desprendimiento, a quien por cierto le toco tambien su tirita en ocasion que comiamos en el Alfonso. Otro que quedo impresionado, esta vez en la Luz cuando las mesas eran chicas, redondas, y bien apretujado el ambiente, fue Renato Leduc, quien me habia solicitado permiso para ocupar una parte de la mesita, y admirador del autor de Historia de lo inmediato, le conteste que el honrado con su presencia, tarro clara y plato de carne cruda compartiendo mi habitat, era yo. Y para demostrarlo, aunque asi no me lo propuse, en cuanto entro Sarita Ornelas y me vio, como de costumbre, sin mas tramite y luego del saludo-ternura, procedio al acto obsequioso del par de tiras de billetes. Renato observaba. Sarita me pregunto que que era mio. Le conteste que mi maestro, como lo fue de muchas generaciones de periodistas. Y repitio la accion con largueza hacia el. Renato, agilidad en la ocurrencia, le dijo: "Si me la saco, le juro que ya no dire mas eso de que la loteria es el impuesto de los pendejos". Y en la euforia de las carcajadas, se abrazaron, el sentado, y ella de pie. No por descortesia, sino por lo giganton que resultaba uno para otra, y mismo por lo que prolongamos la risa hasta apurar los tarros de clara. Estabamos en Guadalajara, hara 14 anos, Paz, Ardientes pupilas, Jesus y yo, junto con los hijos en la alberca del hotel, cuando leiamos lo de la estupida tragedia del marido celoso que mato a Sarita, a su secretaria y despues se suicido. Que pena, expreso Jesus. Las senoras refunfunaron en contra de los maridos celosos. Lo peor fue que ni siquiera fueron celos provocados por otro hombre. Fueron celos de envidia por lo que la mato, porque la queriamos todos, hombres y mujeres. * Periodista .