SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CINTILLO: ECOLOGIA CABEZA: Ecologia, Mercados y Politica Urbana CREDITO: Gabriel Quadri de la Torre depende que podamos comprenderla a fondo y delinear nuevas rutas de sustentabilidad ecologica para el desarrollo urbano. Ya deciamos en nuestra colaboracion anterior que las politicas urbanas (ambientales, de uso de suelo, de infraestructura y servicios de transporte, de vivienda, etcetera) requieren confluir en un formato comun, integrado a las estructuras espaciales de la ciudad, y a su minuciosa y densa trama de funciones y actores: mercados, consumidores, productores, vecinos, ventajas competitivas y sistemas de informacion. Destaca sobre todas las cosas la necesidad de comprender el orden espacial de la ciudad, plasmando en los usos del suelo, y de interpretar correctamente las formas urbanas de las cuales dependen los patrones de convivencia cotidiana y las relaciones intersectoriales entre un vasto abanico de actividades y conductas. Sin ello estan canceladas las rutas para una politica ambiental eficiente que asegure un desarrollo urbano sustentable. Es importante subrayarlo: la politica ambiental debe ser expresada a traves de la politica urbana y operada a traves de la dinamica espacial/territorial de la ciudad. No es aceptable que los esfuerzos de proteccion ambiental se mantengan confinados en compartimientos burocraticos aislados de la evolucion metropolitana, sobre todo cuando esta ultima se confronta con las exigencias de la sustentabilidad. Es verdad. Los patrones del uso del suelo que ahora rigen en la ciudad inhiben la participacion ciuadana en los asuntos de interes colectivo. Las tendencias funcionalistas y especializadas, junto con el predominio de transporte automotor privado, y la ausencia o insuficiencia a espacios publicos, aislan e individualizan, y evitan el contacto, la convivencia y el intercambio de ideas y sensaciones, convierten las calles solo en vias de transito impersonales y socialmente esteriles, y configuran espacios deso lados o soridos, fertiles para la violencia y la criminalidad. La cohesion social se dificulta y se destruyen los enlaces necesarios para la accion colectiva. Lo mas fundamental, es que el "zoning" o el diseno urbano funcionalista a la norteamericana se contrapone a un principio fundamental de supervivencia y eficiencia ecologica de la ciudad: la diversidad en los patrones de uso del suelo, donde radican las capacidades de cambio y de adaptacion de la metropolis. La diversidad en los usos del suelo abre las puertas hacia la sustentabilidad, en la medida en que reduce la cantidad de recursos ambientales consumidos por el proceso de desarrollo urbano. Por ello, la politica ambiental en la ciudad debe actuar a diferentes escalas y de su tejido y de su estructura espacial, modificando desde el propio concepto de vivienda individual, hasta el barrio, colonia y delegacion o distrito. Los patrones de uso del suelo y el diseno urbano tienen una enorme influencia en la contaminacion, en el uso de la energia y en el co nsumo de recursos ambientales. Esto no puede seguir siendo negado o soslayado por las politicas ambientales y urbanas, hasta ahora no solo divorciadas, sino en pugna potencial. Esta tension politica e institucional tiende a generar conflictos burocraticos por el control del espacio metropolitano, impidiendo un enfoque integrado en terminos sectoriales y territoriales. No como nostalgia melosa, sino como un verdadero capital urbano perdido, cuya reconstruccion es urgente, es preciso evocar a la ciudad tradicional, que se caracterizaba por permitir la coexistencia de edificaciones de diferentes periodos historicos y destinadas a usos distintos. En contraste, la ciudad "moderna" codificada en terminos del zoning funcionalista tiende a una expresion urbana unidimensional, especializada y homogenea en sus formas y manifestaciones arquitectonicas, empujada por distorisiones en la estructura de precios del suelo, el tipo de infraestructura publica construida, los reglamentos, las preferencias de los vecinos, y mas recientemente, por los planes parciales de desarrollo. A diferencia de las areas centrales tradicionales donde habia predominado la diversidad, las nuevas areas suburbanas carecen de capacidades para promover y adaptarse al cambio permanente que significa la vida metropolitana. La transformacion de los suburbios al igual de las areas centrales y centros historicos es, e n este sentido, una componente necesaria de cualquier estrategia seria de mejoramiento ambiental para la sustentabilidad urbana. Al reflexionar sobre la trama espacial/territorial de la urbe como escenario vivo, no podemos omitir al actor protagonico en los procesos de transformacion hacia el desarrollo sustentable, que es, sin duda, la clase media. La clase media tiene una funcion estrategica en la ciudad, dada su pluralidad y versatilidad y caracter generador de iniciativas economicas, sociales y culturales, y por su capacidad de aprendizaje, desarrollo profesional y contribucion a la recaudacion tributaria. Por ello es necesario i ntegrar politicas que tiendan a incentivar y favorecer las funciones de las clases medias buscando facilitar su acceso a la vivienda, a oportunidades educativas y deportivas, acceso a los bienes publicos y a mejores condiciones de seguridad, ademas de fomentarse las amenidades ambientales que esta exige. En gran medida, en la clase media radican los resortes de la demanda social en favor de los bienes ecologicos, y su actuacion es casi siempre precondicion de proyectos publicos en favor de la proteccion amb iental. La transformacion y el deterioro de las areas centrales de la ciudad expulsa zonas de vivienda de las clases medias, con lo cual se extirpa de esas areas el factor de dinamismo y vitalidad urbana. La supervivencia de las ciudades esta vinculada ineluctablemente al bienestar de las clases medias; por ello los esfuerzos institucionales para resolver problemas como la exclusion social, el desempleo, la regeneracion de sitios y zonas debe implicar, como elemento estrategico, mecanismos para arraigar y s atisfacer las necesidades de las clases medias. La sustentabilidad ecologica de la ciudad, como proyecto racional a largo plazo, tiene la necesidad de evitar estilos pragmaticos de gobierno sin horizonte, cuya unica logica se inscribe en la acumulacion de capital politico, en la minimizacion o enmascaramiento de conflictos, y en la concertacion por la concertacion misma. Ahi, se instaura el chantaje y la extorsion politica, y sus correlatos, la corrupcion o el neocorporativismo, como mecanismos privilegiados de relacion entre el poder publico y la socied ad, y se promueven y se nutren conductas sociales de rentismo economico, social y politico. En ese esquema institucional, la suma de las conductas individuales y de sectores y grupos organizados se traduce a nivel agregado en un intercambio cada vez mas ineficiente e improductivo, donde una moral publica distorsionada, y costos de transaccion cada vez mas onerosos impiden el desarrollo y la transformacion cualitativa de la ciudad. Insistamos, la complejidad de la vida urbana y la magnitud de los retos que la ciudad debe asumir con una firme racionalidad colectiva, no aprueban la inmovilidad ni la concertacion pragmatica. Sin embargo, la complejidad urbana tampoco acepta decisiones unilaterales o autoritarias que desconocen la estructura de costos y su distribucion entre los grupos sociales involucrados. Siempre es necesario, en la ciudad, construir y permitir el despliegue de sistemas eficientes de participacion y de informacion, asi como el diseno de esquemas de regulacion basados en la fuerza de los mercados y del interes individual, y prever los efectos distributivos de la politica, buscando procedimientos transparentes para compensar consecuencias socialmente indeseables. Pero, sobre eso, volveremos en nuestra proxima colaboracion. *Profesor de El Colegio de Mexico y funcinario federal. .