SECCION ESPECTACULOS PAG. 42 BALAZO: GARGANTA PROFUNDA CABEZA: Peligros de la libertad de expresion CREDITO: NAIEF YEHYA Los escritos de las feministas antiporno no dejan de ser una inspiracion para esta columna. Pero en realidad una de las motivaciones para volver a analizar el discurso de las lideresas de los movimientos antipornograficos se debe a que en la reciente presentacion del libro Conservadurismo y sexualidad. Como propagar el sida, de Edgar Gonzalez Ruiz, la feminista Cecilia Olivares solamente cito un nombre cuando hablo, el de Andrea Dworkin. Pocas cosas parecen menos afortunadas que mencionar a Dworkin para sus tentar un discurso a favor de la libertad de expresion. Acaso la idea de mencionarla fue una tactica de la expositora para mandar un mensaje cifrado, quiza solo fue una mala eleccion. Pero en todo caso nunca sobra recordar un poco el tipo de ideas que defienden Dworkin (el ala beligerante del movimiento antiporno) y su colega Catherine McKinnon (el ala academica). Dworkin: "... lo que se llama sexualidad es la dinamica del control mediante la cual el dominio masculino erotiza y define al hombre y a la mujer, la identidad de los generos y el placer sexual" (Towar ds a Feminist Theory of State, 89). McKinnon: "Yo creo que el deseo en la mujer, por lo menos en esta cultura, esta construido socialmente de manera en que lleguemos a desear nuestra propia aniquilacion (ambas citadas por Ellen Willis en su ensayo Porn Free). La filosofia de estas feministas parece tener sus raices en el maoismo y su percepcion de la libertad en el capitalismo. Aqui la libertad individual es una ficcion que sirve para perpetuar la desigualdad al disfrazarla. Es precisamente lo que Marx llam o la enajenacion. Si una mujer desea tener sexo con un hombre o, peor aun, si le excita la porno es simplemente resultado de un lavado de cerebro. Las feministas antiporno rechazan el hecho de que las oprimidas no las apoyen y de hecho se refieren a ellas como si se tratara de casos de posesion satanica o de victimas de una invasion de usurpadores de cuerpo. Lo que olvidan estas militantes es que el feminismo es un asunto de libertad, es luchar por la autodeterminacion tanto en la vida privada como publica; afirmar la individualidad humana de la mujer en contra de la idea social de la mujer como un recurso natural que existe para el beneficio de los hombres y los ninos. Willis comenta con tino que las militantes antiporno, al no haber aprendido nada de las luchas politicas de los sesenta, se han dedicado a cometer nuevamente los mismos errores; esto es, se dirigen a la autoaniquilacion de los movimientos de minorias al utilizar argumentos moralistas para atacar y desacreditar el valor de la libertad. Veamos hasta que punto adjudica McKinnon poder a la expresion pornografica: Es solo la pornografia, no las ideas como tales, lo que genera erecciones en el hombre, que a su vez provocan agresiones contra mujeres... una ereccion no es un pensamiento ni un sentimiento, sino un comportamiento. (Los violadores utilizan la pornografia para seleccionar a sus victimas) no porque se convezcan de sus ideas... sino porque estan habituados sexualmente a su estimulo, un proceso que en buena medida es inconsciente y trabaja como un condicionamiento primitivo... (La pornografia) es utilizada com o sexo. Por lo tanto es sexo... los hombres se masturban ante mujeres expuestas, humilladas, violadas.. torturadas y asesinadas. Los hombres eyaculan al hacerlo. Esto tambien es comportamiento. La porno es atacada como el vehiculo de expresion represiva, que se convierte en accion y que utiliza un grupo dominante (los hombres) contra un grupo dominado (las mujeres). Las militantes antiporno argumentan que la expresion es ya en si accion, por lo que las representaciones no solo son incitaciones a la violencia, sino que son violencia en si. Antes de debatir en torno a esa supuesta transformacion de la expresion en accion (es decir, de la palabra hecha verbo) debemos definir lo que significa la liber tad. Para eso Willis establece una util division. Por una parte afirma que existen dos tipos de libertades, la personal y la soberana. La primera consiste en la posibilidad de involucrarse en actividades por motivacion propia para cumplir una necesidad sin afectaciones de interferencias arbitrarias por parte de otra persona y limitado unicamente por el derecho de los demas para hacer lo mismo. La libertad soberana es el poder de rebasar los limites establecidos con respecto a la libertad de los otros, impon er la voluntad propia en otros, dominar y obligar a otros. Una sociedad solo es libre en la medida en que cada libertad individual es respetada. Es esa primera forma de libertad la que esta en juego y la que hay que proteger. Existe una forma de expresion que si es accion, como pueden ser las formas de expresion discriminatorias y las que implican violencia directa como las amenazas. No es lo mismo dar a un perro la orden de atacar o poner un letrero en un comercio que diga "prohibida la entrada a perros y mujeres", que escribir un cuento erotico. Las implicaciones de ambos discursos son totalmente diferentes. Las campanas contra los tipos de expresion ofensivos desplazan la lucha por la igualdad hacia batallas contra la libertad. Willis escribe: Esta es una maniobra tentadora, sobre todo en un tiempo en que la izquierda esta debil y a la defensiva, por una razon sencilla: luchar por la igualdad es un proceso dificil, largo y exhaustivo que se topa con una amarga resistencia a cada paso, mientras que los ataques a la libertad a menudo dan resultados inmediatos y aunque parezca extrano obtienen simpatias o incluso apoyo inmediato de la gente en el poder, quienes supuestamente son el enemigo. A pesar de que la postura de McKinnon y de sus camaradas se quiere presentar como totalmente racional e incluso cientifica, en realidad parte de una posicion emocional que tiene muy pocos elementos logicos. Ellas igualan libertad con poder coercitivo, "por lo tanto, dado que los hombres subordinan a las mujeres y no al contrario, la libertad de los hombres es meramente una libertad destinada a lo mas brutal y lo peor, mientras que la libertad de la mujer no tiene una existencia concreta y solo puede realiza rse en la imaginacion como el poder de limitar la libertad (esto es el sadismo) de los hombres", apunta Willis. .