SEC. CIUDAD PAG. 18 CABEZA: DE LA REFORMA URBANA A LA DEMOCRATIZACION DE LOS GOBIERNOS LOCALES (*) (Primera de cuatro partes) CREDITO: Alicia Ziccardi (**) Las grandes ciudades latinoamericanas han sido y son en la actualidad el espacio receptor de los procesos de modernizacion economica y social. Suele afirmarse que los rasgos mas relevantes de las metropolis latinoamericanas fueron su caracter primado y el ser el espacio de localizacion de la industria manufacturera que se desarrollo a partir de los cuarenta. Pero no menos importante fueron las profundas desigualdades que siempre existieron en el acceso a los bienes y servicios urbanos. Para unos nuestras ciudades ofrecieron buenas y hasta excelentes condiciones de vida, pero para muchos otros nuestras ciudades fueron espacios donde sobrevivir supuso una penuria cotidiana. Hoy diriamos que se trato de una modernizacion excluyente ya que un amplio numero de trabajadores urbanos debieron aceptar vivir en las grandes metropolis soportando condiciones de vida precarias y deterioradas. Estos procesos dieron lugar a la formulacion de politicas urbanas implementadas por diferentes instituciones gubernamentales y tambien a la aparicion de importantes movimientos sociales, cuyas principales demandas pasaron a ser la vivienda, los servicios y los equipamientos urbanos. Diferentes proyectos modernizadores que se elaboraron, principalmente desde la gestion publica, se tradujeron en la creacion de instituciones financieras y/o de asistencia social encargadas de atender estas demandas populares. Este trabajo pretende presentar una revision de un largo periodo en el que se transito desde posiciones fundadas en la reforma urbana a posiciones que sustentan la democratizacion de los gobiernos locales. Una ultima alcaracion es que se hace especial referencia a Mexico pero, en la medida de lo posible, se considera lo ocurrido en otros paises latinoamericanos de mayor desarrollo economico y social: Brasil y Argentina. 1. La reforma urbana: utopia de dos decadas Hace aproximadamente 20 anos, cuando esta generacion de urbanistas realizaba sus primeros trabajos de investigacion sobre las ciudades latinoamericanas, uno de los temas de reflexion sobre las mismas era la reforma urbana. Las ciudades eran el principal escenario de las grandes desigualdades economicas y sociales que nuestras sociedades habian generado. Desde los sesenta, la marginalidad era un concepto que, elaborado desde diferentes perspectivas teoricas (funcionalista y marxistas) servia para senalar la existencia, el comportamiento y las formas de organizacion social que desarrollaban los habitantes de las favelas, villas miserias, callampas, ranchos, y todas aquellas denominaciones que se les dio a los barrios populares constituidos por viviendas precarias, autoconstruidas por las clases populares, para sobrevivir en el medio urbano. Los conventillos, vecindades y corticos eran la otra opcion habitacional popular; una opcion agotada ante la creciente demanda de vivienda de sectores pobres migrantes y los limites impuestos por la legislacion a este tipo de oferta habitacional. La reforma urbana, al igual que la reforma agraria, era una alternativa ideologica formulada para alterar las formas de ocupacion y usos del suelo en las ciudades latinoamericanas, pero con la finalidad ultima de atacar las desigualdades. El exitoso ensayo de Cuba, la propuesta parcial e incompleta en Bolivia y el frustrado proyecto de Colombia llamaban la atencion de los urbanistas de la epoca 1/. Lo fundamental es que la reforma urbana formo parte de la utopia de la ciudad enarbolada por los movimientos de pobladores autonomos, que se constituyeron en algunas grandes ciudades latinoamericanas (Buenos Aires, Rio de Janeiro, Santiago) y que vieron frustrar sus expectativas con los sucesivos golpes militares que se dieron en estos paises (Brasil 1964, Argentina 1968, Chile 1973) 2/. Los investigadores de la epoca definian los alcances de esta propuesta de la siguiente manera: "Una reforma urbana suele ser confundida con un diferente sistema de administracion de la tierra urbana y suburbana. Los que mantienen este enfoque aceptan que el Estado esta en condiciones de suprimir la especulacion, desarrollar servicios urbanos, incorporar tecnologia adecuada y facilitar el credito sin modificar sustancialmente la esctructura capitalista de la sociedad. Eso no es verdad. Para comenzar debemos otorgar a la reforma urbana alcances y objetivos mas amplios. No se trata, simplemente, de cambiar la relacion legal que un individuo tiene con respecto a determinada superficie urbana. Se trata de una etapa politica en un proceso que busca mejorar el funcionamiento economico del pais y adecuar las ciudades a sus complejas funciones mediante una redistribucion del poder politico y de los recursos. Limitar una reforma urbana al control de la especulacion de la tierra urbana y suburbana no significa necesariamente afectar a las grandes propiedades urbanas ni cambiar el sistema de tenencia de la tierra, ni reagrupar las tierras innecesariamente fragmentadas" (Hardoy, Jorge y Oscar Moreno, 1972, pp. 88). Con cierta distancia respecto a las propuestas de los partidos politicos y/o de los movimientos de pobladores, los urbanistas interrogaban si el proceso de urbanizacion que presentaban las ciudades latinoamericanas constituia un freno al desarrollo, y de ser asi, cuales eran las politicas que debian adoptarse para modificar la estructura urbana. (*) Una parte de este trabajo fue publicada en la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales de FLCSO, 2a. epoca, vol. 1, num. 2, Mexico 1994. Agradezco la colaboracion de Lourdes Sanchez en las tareas de recopilacion de informacion para la realizacion de este articulo. (**) Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y profesora del Instituto Mora. 1/ Vease Hardoy, Jorge y Oscar Moreno (1972). 2/ Sobre el caso chileno existe una abundante bibliografia vease entre otros Pastrana, Ernesto y Monica Threfall (1974). Una comparacion sobre los movimientos de pobladores de Buenos y Rio de Janeiro puede hallarse en Ziccardi, Alicia (1983). .