SEC. INF. GRAL. PAG. 16 CABEZA: EDWARD WESTON: LA MIRADA DE LA RUPTURA, UN ESPLENDIDO CATALOGO HECHO EN MEXICO CREDITO: Elena Poniatowska El Conaculta, el Museo Taller Diego Rivera, el Centro de la Imagen, lanzan al publico un esplendido catalogo sobre la obra del fotografo Edward Weston en Mexico. Recuperan fotos desconocidas y los mexicanos que vivieron los anos veinte y treinta abren sus archivos en busca de originales, instantaneas, libros y revistas de la epoca, cartas y recados y otros documentos. Patricia Mendoza, directora del Centro de la Imagen en la Ciudadela y Blanca Garduno, directora del Museo Taller Diego Rivera en el que se ha n hecho varias exposiciones muy concurridas, como la dedicada a Nahui Olin y a Guadalupe amor, amen de "Pasion por Frida" ensanchan nuestro horizonte cultural al presentarnos obras muy poco conocidas o que de plano no se habian visto jamas. La impresion de las fotografias es magnifica y los ensayos de la especialista westoniana numero uno, doctora Amy Conger, y del excelente Jose Antonio Rodriguez nos revelan cosas que no sabiamos. Desde el primer momento en Mexico, en 1923, Edward Weston supo que no queria caer en el paisaje, en lo tipico. Ninguna tarjeta postal. El gran Hugo Brehme no tendria competencia. Solo tomo un paisaje mexicano, en 1924, pero en realidad es mas cielo que paisaje. En ese sentido, en el del cielo, Edward Weston se adelanta a nuestro muy admirado Gabriel Figueroa. Tirado de espaldas en el SS Colima persigue a las nubes y antes de que el barco llegue a puerto nos da su gran nube de Mazatan. En la casa de < PB>El Buen Retiro se tira en la azotea, en espera. Pero tambien esta alli Tina asoleandose desnuda. Era de cajon que el fotografo norteamericano retratara al menos una vez Teotihuacan y Weston tomo la piramide del sol, su imponente mole viniendosele encima, e hizo una segunda toma de sus angulos superpuestos desde abajo, apuntando hacia el cielo y a una nubecita que parece salvarlo de morir aplastado pero no intento otro shot que sepamos. Habria que preguntarselo a la doctora Amy Conger y al curador Jose Antonio Rodriguez. De los volcanes que en aquellos beatificos anos se veian desde cualquier punto West on no tomo nada o si lo hizo no dejo constancia. Invariablemente enfocaba su Graflex hacia las nubes. Y hacia las formas: el desnudo tronco de la palmera en casa de Fred Davis, el acueducto de Los Remedios, el maguey gigantesco que comienza a morirse. Empezo a meter las formas en su camara como se le dio la gana. Las cortaba segun su inspiracion. Las encuadraba a su antojo. Seguro de si mismo pobrecito, el que habria de adquirir la enfermedad que hace que perdamos el pulso y no podamos confiar en nuestras manos cercenaba fulminante piernas, brazos, coronillas. ¨En cuantas fotografias aparece Tina Modotti sin cabeza? Afocaba su camara solo en el tronco, o en la cintura, las manos sobre el kimono, o en la punta de los pezones, en esa foto para mi extrana de Tina que ofrece sus pechos de pezones negros y que ahora conocemos gracias a Mireya Cueto. Es Amy Conger la que mas sabe sobre Edward Weston, la que en su libro Edward Weston in Mexico 1923-1926 publicado por la Universidad de Nuevo Mexico para el Museo de Arte Moderno de San Francisco nos da una imagen muy completa de sus anos mexicanos y no solo los suyos sino los de su disciplina y amante la fotografa Tina Modotti. Para saber si una foto es de Weston o de Tina basta con consultar a la estudiosa Amy Conger que se las sabe todas porque Vittorio Vidali al conservar muchas fotografias de Ti na, las confundia y no sabia cual era cual, de alli varias malas interpretaciones. En forma tenaz y admirable Amy Conger fue rastreando foto tras foto, hizo gran amistad con Monna Alfau de Teixidor, quien le confio muchos materiales valiosos, instantaneas de Weston, Tina, Rafael Sala, Manuel Hernandez Galvan en el campo, asi como informaciones, recortes, invitaciones a la exposicion de Weston, materiales de Jean Charlot, Carlos Merida, etcetera. En Mexico, Edward Weston es Eduardito. Hasta su nombre se mexicaniza y Tina que antes lo llamo Edward ahora hace como el grupo de amigos, lo llama Eduardito. Sin embargo, el magnetismo que ejerce Mexico no es tan absoluto en Weston como en Tina, por algunas rendijas de nostalgia se cuela Sanborns y Weston necesita ir de vez en cuando con Brett y Llewellyn su asistente a comerse un club sandwich, a beberse una malteada y tambien de vez en cuando a hojear revistas norteamericanas en el American Book Store qu e existe desde hace un titipuchal de anos. Guarda contacto con la colonia norteamericana y cuando tiene que ir a la embajada de Estados Unidos recupera su "status", se pone saco y corbata y desde luego, Tina no lo acompana porque su verdadera esposa es Flora May Chandler y frente a la embajada de Estados Unidos, quiere estar en orden. A Tina eso no le importa. No guarda las apariencias. Tina, mediterranea al fin, ha regresado a la fuente y si Mexico no es el Udine de su infancia, en Mexico se encuentran tod as las razones para recordar que al principio de su vida, la pobreza fue su caldo de cultivo. Tambien tiene su propia embajada: la rusa que hasta hace pocos anos conservaba una fotografia suya, la de la hoz y el martillo. Tina, influenciada por los muralistas quiso dejar simbolos de la revolucion como aquellos que Diego Rivera dejaba en sus murales. Hizo varias composiciones del sombrero charro, la hoz, las cananas, el martillo, la guitarra. Sin embargo, cuando uno ve la fotografia del sombrero de paja y lo s guaraches tomada por Edward Weston en 1926 acomodados en la misma forma en que Tina acomodo la guitarra y las cananas y demas objetos, uno no puede dejar de pensar en que consciente o inconscientemente Tina tuvo siempre presente a su maestro de fotografia, Edward Weston. Dice Jose Antonio Rodriguez que las propuestas de la mirada westoniana no se comienzan a sentir automaticamente en la foto mexicana y esto me recuerda un curioso comentario del asistente de Hugo Brehme, un encatador senor Quintana que tenia su estudio fotografico en la calle de Tacuba y tomaba mujeres todas amunecadas perdidas en una oportuna neblina. Cuando lo interrogue a proposito de Tina, respondio incluyendo a Weston: "Ay, esos tomaban cualquier cosa que veian por alli tirada en la calle, lo primero qu e se le ocurria", en un tono despectivo. Despues ofrecio amablemente tomarme una foto siempre y cuando fuera yo primero al salon de belleza. Lola Alvarez Bravo tambien me conto en alguna ocasion que para Nahui Olin, ya grande, las fotos buenas no eran las de Weston que capto la chispa de locura en sus ojos, sino las de Antonio Garduno que la retrata traviesa, juguetona, desnuda con un collar de perlas o haciendo mohines como las maravillosas mujercitas de "Casa de citas", ese notabilisimo libro de Ava Varga s que Francisco Toledo hizo el favor de regalarme. Weston en Mexico encuentra a un publico de oro, gente que desde el primer momento lo aprecia y admira, pero no son los fotografos quienes se entregan de inmediato, son los grandes creadores a su imagen y semejanza. Los muralistas lo sienten uno de los suyos. Diego Rivera, Carlos Merida cuya serie de rostros descubrimos en el catalogo, Jean Charlot con quien dialoga siempre porque habla ingles, el fascinante Ricardo Gomez Robelo, el doctor Atl y Nahui Olin , todos aquellos que acuden a la Azteca Land Gallery del 17 al 30 de octubre de 1923, menos de diez semanas despues de haber llegado a Mexico como lo consigna Amy Conger, lo consideran un extraordinario artista. En todo caso habria que recordar que la obra de Weston ya es reconocida en Mexico gracias a los buenos oficios de Tina, quien trajo copias que entusiasmaron a muchos el ano anterior, en 1922, al venir a ocuparse de la tumba de Roubaix de LAbrie Richey, su primer marido y un gran enamorado de nuestro pais que habia empezado a participar activamente en la escuela de arte al aire libre de Ramos Martinez y dejo algunas huellas de su trabajo en Mexico. Podemos ver su tumba en el panteon de Dolores ya que aqui murio de viruela en el British Cowdray Hospital. Vidali, no se si por celos, declaraba siempre que Edward Weston era un neurastenico, un hombre de la bohemia, un artista y lo hacia en un tono un tanto despectivo. Nunca tuvo en cuenta que Tina sin la fotografia y, por lo tanto, sin Weston no seria Tina Modotti. Seria una heroica militante y nada mas. La Tina que a todos interesa es la de Mexico, la fotografa, la artista que descubre sus raices y su razon de ser en nuestro pais. Tambien he escuchado criticas en el sentido de que Weston era anticomunista. No lo era. Su credo era la belleza, la de las formas, la de los cuerpos, la de la naturaleza, la del petate enrollado recargado en contra de un arbol, fotografia tomada en Patzcuaro en 1926, la de la mano de Amado Galvan levantando en el aire una olla negra de Oaxaca. Descubrio en Mexico injusticias y autoridades corruptas, desprecio por la vida humana y abandono de los ninos y de los animales y un dia se harto. Jamas fue indiferente. ¨Como hubiera podido serlo y regalarnos semejantes fotografias? Lo que mas le gusto de su exposicion es que los mexicanos mas pobres, los artesanos entraran a la galeria Aztec Land en el centro y vieran lentamente cada una de sus fotografias en las que Weston exaltaba sus juguetes de barro y madera, sus caballitos de petate, sus rehiletes de feria, su alfareria y sus guajes. Su asombro por el Mexico popular se ve en sus fotografias de juguetes. El tomo juguetes, solo eso, juguetes, Tina mas tarde y ya bien encomunistada, habria de tomar iconos, amuletos de la patria o de la ideologia, simbolos como la hoz y el martillo a la que ella anade el sombrero y las cananas. Weston en esto es mucho mas inocente. Toma juguetes, punto. Pero desde su primer momento los situa en su contexto. A una munequita de trapo la coloca frente a un trozo de tela de pantalon de charro, un sombrero de pa ja y una diminuta canasta y lo hace con tal amoroso cuidado, con tanto detenimiento y paciencia que en la sola fotografia captamos todo el respeto que siente Weston por la artesania popular, la humildad de esos juguetes de pobre, aquellos que se hacen con tres palitos y un pedacito de carton y el ingenio de los mismos constructores de las piramides de la luna y del sol y del sol a la par unidas. Tan grande es su devocion que cuando se va a Estados Unidos por primera vez con su hijo Brett en 1925, sin saber que regresara, se lleva sus juguetes mexicanos, Panchito su caballito de petate, su jicara, su garza blanca y azul, su tigre de madera con pelos en la nariz. En Glendale, en la repisa Weston siente que comparte su temblor y su desazon. No se hallan en California, no estan contentos, quieren regresarse, tanto extranan que compasivo, Edward Weston siente que no le queda mas remedio que regresar a Mexico porque su propio pais palidece al lado de la riqueza creativa y originalidad mexicanas. Su amor por los juguetes se inscribe perfectamente dentro de la corriente pictorica mexicana: la gran escuela del muralismo que le rinde un homenaje constante y duradero a los indigenas y a su arte. Diego Rivera se extasia ante el arte prehispanico pero tambien ante el de las ferias y de los mercados, el de hojalata, el de barro y paja y lanas de colores que es el arte popular. El deslumbramiento ante el barro negro de Oaxaca es patente en Weston que nunca sale de su asombro. Las mujeres del circulo de Osca r y Beatriz Braniff usan rebozo, visten de tehuanas, lo mexicano, lo vive Weston en su vida diaria en carne propia. Mexico desplaza a California, la relega al fondo de la memoria. Weston se nutre de tortillas, queso blanco, tostadas, ensaladas de nopales y de rabanos, enfrijoladas, tlacoyos y nada mejor para la salud y para el animo que el aluvion de frutas tropicales que se atrincheran en los mercados. En eso tambien coincide con Diego que para adelgazar hace extremosas dietas de fresas, de guayabas, de ju go de todas las frutas que limpian los intestinos. Weston descubre que en Mexico se comen las flores, que pais, que gran pais donde las quesadillas son de flor de calabaza, se beben en te las bugambilias, la flor de manita, el anis de tres estrellas, la yerbabuena y el hinojo. Tina retrata la flor de manita y mas tarde habra de regalarle la copia a Manuel Alvarez Bravo. Se bana a jicarazos de agua fria todas las mananas; para el la desnudez es una forma de salud fisica y mental. Las dos sirvientas Elisa y E lena tienen que acostumbrarse y se tapan los ojos aunque abran tantito el abanico de sus dedos. Por lo visto los gringos acostumbran andar en cueros. De alli que Tina en la azotea, su cuerpo sobre un lienzo de tela de pantalon de charro o una jerga (puede ser cualquiera de los dos) resulte normal. Lo que es normal es la belleza de Tina en esta magnifica copia del catalogo que nunca habia yo visto tan bien reproducida. Tanto que hasta puede verse el vello de las axilas de Tina y eso me sobrecoge porque conoc i a un hombre que se caso con una mujer simplemente porque no se rasuraba las axilas. Tina en la azotea desnuda es rotunda, definitiva, forma y anfora, contenida en si misma se nos vuelve esencial, nos ancla a la tierra. Mas tarde cuando los aullidos de la jauria se desaten llamando a escandalo, nadie pensara que en esa desnudez habia la misma naturalidad, la misma libertad que la que Tina y "Eduardito" (como a ella le dio por llamarlo en Mexico) le conferian a su vida de pareja en Mexico, con un tercero pr esente, un nino, Brett desnudo tambien entre adultos. Tina aun no sabia lo que buscaba con la fotografia. Weston si, queria fijar lo que el descubria para tenerlo entre sus manos mejor de lo que lo habia visto, no exactamente como lo habia visto sino mejor porque ya no formaba parte de el, ya no era la imagen en su retina sino algo abstracto, un objeto externo que lo hacia pensar, ahora a partir de si mismo. Lo que el habia captado y luego impreso, ahora lo hacia recorrer el trayecto inverso. De la foto emanaban reflexiones insospechadas, atisbos nunca antes v istos de la expresion de un rostro, del cuerpo de la mujer, del arte popular. A Tina el partido comunista, a traves de los camaradas (a Rafael Carrillo siempre le intereso el arte) le dijo que retratar, hacia donde dirigir su objetivo (claro que no le dijo como retratar) y si Diego Rivera no se dejaba influir a pesar de su militancia activa en celulas y asambleas, muy anterior al ingreso de Tina al PC, Tina se sometio porque esta inclinacion hacia los mas desvalidos, la indignacion por la injusticia y la desigualdad ya la llevaba dentro. Si, tenian razon los companeros Xavier Guerrer o el militante y el jefe de redaccion de El Machete Rosendo Gomez, Lorenzo, habia que retratar a los obreros, a los campesinos, a la gente de la calle, la mas abandonada, la que nadie reconoce, la que trabaja. Por eso la fotografia de las manos del albanil sobre el mango de su pala, curtidas, partidas, tan instrumentos de trabajo como la misma pala no es solo una constancia sino un reclamo politico. Como lo es la borrachita encogida sobre si misma y recargada contra el muro al lado de otra borrachita , esa si tendida en la banqueta frente a la pulqueria en la seccion para mujeres. Edward Weston nunca denuncia nada en sus fotografias, Tina, si. Denuncia, reclama, evidencia, abofetea y cuando siente que no ha ido lo suficientemente lejos y debe ser mas efectiva (como dirian los gringos) eficaz diriamos nosotros, se lanza al montaje, cosa que Edward Weston su maestro jamas le hubiera permitido como en el caso de la fotografia del obrero desesperado bajo el letrero de "Desde la cabeza a los pies, tenemos to do lo que requiere un caballero para ser elegante. Estrada hermanos", 24 Brasil 15, segunda de Tacuba, 15. Felicitaciones a los autores de Edward Weston, la mirada de la ruptura. El suyo es un trabajo hermoso y digno y nos demuestra que si seguimos investigando encontraremos otros ineditos, otras joyas invaluables, a la medida de nuestra paciencia y nuestros afanes detectivescos. Lo que sea de cada quien, me enorgullece el catalogo mexicano, Edward Weston, la mirada de la ruptura hecho en Mexico y bien hecho y sobre todo la investigacion, el lanzarse del centro de la imagen que hizo pesquisas para encontrar nuevos Westons en nuestro pais a raiz de la negativa al prestamo porque no tenemos aire acondicionado del Center for Creative Photography de Tucson, Arizona, segun me lo conto su asesor Pablo Ortiz Monasterio. Que bueno y que bendicion que German y Lola Cueto guardaran la s fotos de Tina Modotti y las que Weston le tomo a Tina Modotti para que luego pasaran a las buenas manos de su hija Mireya Cueto. Por eso ahora somos poseedores de tesoros fotograficos de primera magnitud. Estan en Mexico, ra ra ra. No lo digo por chauvinista, lo digo porque alguna vez Hector Garcia deseo un Museo Tina Modotti y todos queremos para nuestro pais un gran acervo fotografico. Sin embargo, le falta al catalogo un hijo conductor. Aparecen primero el maguey emblematico, luego Tina en la azotea desnuda, luego el excusado, luego Rose Roland, Rosa Rolando, la mujer de Covarrubias bailando el Jarabe Tapatio, luego, la hermosa cabeza desgrenada de Lupe Marin y de pronto, paginas mas adelante una foto de las tuberias y chimeneas de la Armco de Middletown, Ohio tomada en 1922, un ano antes de que Weston viniera a Mexico. ¨Es para mostrar la ruptura, el Weston anterior a su etapa mexicana? ¨Donde estamos y hacia donde vamos? La confusion prosigue. Ahora si, empieza el libro: Edward Weston, la mirada de la ruptura. Weston, con su enorme Graflex y su pequeno bigote casi chaplinesco en una foto atribuida a Tina Modotti. El titulo tambien resulta sorpresivo. Es cierto, al venir a Mexico con Tina, Weston habra de romper con el pictorialismo, con su pasado, con su relacion matrimonial, jamas con sus hijos, pero la presencia de Weston en Mexico, aunque gradualmente, habra de ser fundamental para los fotografos de la epoca que a su vez romperan tambien poco a poco con el pasado. Ademas, en Mexico se queda Tina para representarlo y a la larga, el continuador de ambos, Manuel Alvarez Bravo y su mujer, Lola Alvarez Bravo. Asi empieza una nueva escuela ajena al artificio y la parafernalia de lampara y pantallas iluminadoras, esas tomas directas, francotas que hacen que Tina escriba mas tarde en un desangelado panegirico de su oficio: "Me considero una fotografa y ya". Tambien son un verdadero y deleitoso acierto los recortes de prensa de los diarios de Guadalajara de la epoca, El Informador, El Sol, Accion Social. Solo conociamos el texto de Siqueiros, sobre la fotografia de Weston y Modotti y desde luego el de Diego Rivera, pero para mi fue precioso leer el de Francisco Monterde cuando se llamaba completito Francisco Monterde Garcia Izcabalceta, Jose M. Pena se convence de que Tina de corbata, camisa blanca y severa falda negra no es una sufragista enojada y enojona y acaba titulando su articulo: "La bella y genial artista Tina y su excelso arte fotografico". "Las de Weston y Tina son bellisimas fotografias de arte supremo". Y eso francamente, y despues de que Weston nos describe como en Estados Unidos las ricachonas promueven el arte entre dos martinis y entre dos compras en el Mall se asoman a una galeria a ver que ven, es muy de agradecerse. *Escritora entre dos martinis y entre dos compras en el Mall se asoman a una galeria a ver que ven, es muy de agradecers .