SEC. INF. GRAL. PAG. 8 CINTILLO: Anoranzas y remembranzas CABEZA: De otros Dias CREDITO: ANDRES HENESTROSA* i a Santiago de la Vega, un brillante articulista y escritor, dolerse del abandono y desamparo en que Mexico tuvo a Manuel Gutierrez Najera: le nego trigo y maiz para su pan cuando vivo y le dio bronce y marmol cuando muerto. Asi fue siempre, Macario Matus. Bien que lo dijo Salvador Diaz Miron: El merito es el naufrago del alma:/vivo se hunde, pero muerto flota. Por lo demas, el tamano del jardin no mide el tamano del homenaje, de la glorificacion: lo mide el recuerdo, nunca tardio. Eso, claro, Macario Matus, no invalida tu queja y tu reproche. Algo quisiera agregar a la cronica que inspira y motiva a estas anoranzas y remembranzas. El espacio que ahora es el jardin Juan Rulfo fue la casa de don Antonio Rivas Mercado, el arquitecto del Porfiriato. Ocupo ese triangulo que forman la calle Monterrey, Insurgentes y Alvaro Obregon -entonces, Jalisco. Era, decia Xavier Villaurrutia, una casa tirada a media calle. Ahi, en el num. 107, vivio Antonieta Rivas Mercado, hija de don Antonio, los ultimos dolorosos anos de la poca flor de su vida. Ahi -lo digo c omo mera curiosidad- escribi, a fines del 27 y el ano 28, Los hombres que disperso la danza. En Monterrey 107 sono Antonieta Rivas Mercado el Teatro de Ulises, la Orquesta Sinfonica Nacional, la edicion de las obras de Samuel Ramos, Villaurrutia, la mia; asi como se tradujo a Cocteau, a Lenordand, a ONeill, a Shaw, a Gide. Las lucidas apasionadas cartas al pintor Manuel Rodriguez Lozano, ahi. A la muerte de Antonieta, la finca fue adquirida por el torero Fermin Espinosa "Armillita", quien la derruyo para construir en su lugar un edificio de despachos, lo que fue una lastima, porque se trataba de una acabada pieza art nouveau. Poco tiempo despues un nuevo diseno la redujo a escombros para sustituirlo por un nuevo edificio, adefecio, que diga. Porque nadie lo recordo cuando al inaugurarse el Jardin Juan Rulfo y tambien lo olvido Macario Matus en su cronica, lo recuerdo ahora. Parvo -inmerecido en fuerza de pequeno-, en opinion del autor que comentamos, el homenaje a Juan Rulfo. Consuelese recordando que algunos ni asi lo tuvieron, ni lo han tenido. Porque los goces y los bienes de la vida, o nunca llegan o nos llegan tarde. Tolerable es el infortunio que es comun a muchos dijo Seneca. Algun dia -y este cercano para que yo lo vea- se consagrara a Antonieta Rivas Mercado un jardin y en el jardin su estatua, que bien lo merece quien tanto y tan bien, lidio para la mayor gloria de su patria. *Periodismo y escritor. in su estatua, que bien lo merece quien tanto y tan bien, lidio para .