SEC. INF. GRAL. PAG. 10 CREDITO: Alberto Domingo* CABEZA: GABINETOLOGIA No es muy aventurado decir que este 1 de noviembre la mitad de los mexicanos estaba interesada en el contenido del informe presidencial por si mismo; es decir, por lo positivo o no de la revision y la evaluacion de la tarea sexenal, mientras que el resto mas bien esperaba, en algun momento de la lectura del recuento final del regimen, una senal, un dato, una revelacion, un atisbo siquiera de como, en menos de un mes ya, habra de quedar formado el nuevo gabinete presidencial. Desde que el hombre, apenas emergido del vegetal (o baja del arbol), paso a tomar conciencia, asi sea nebulosa, de su ser, la futurologia lo ha preocupado y, en veces, angustiado. Quizas porque se cuenta de su infinita pequenez en la inmensidad del tiempo, siempre ha tratado de adelantarse a las horas que le tocan y desvelar venidero. Aplica a ello toda clase de sortilegios, toda suerte de presunciones: hurga en las entranas de las aves, tira los caracoles, interroga al oraculo, mira los pasos del cafe, obs erva las rayas que hace el viento en la arena, escruta el silencioso rodar de las estrellas. Nada ha conseguido, sin embargo. Los visionarios, como se dice que lo fue Nostradamus, no son raza comun en nuestros dias. Y aunque en alguien, ahora, se repitieran las facultades de ese famoso medico y astrologo del siglo 16, de muy poco le servirian: las profecias de aquel se pronunciaron para cumplirse varias centurias despues y ¨quien tendria paciencia para corroborarlas en una fecha tan remota? Los intereses de los futuristas politologos estan puestos en el aqui y en el ahora. Concretamente, en el proximo 1 de diciembre, en el que habra de darse el cambio de poderes presidenciales. O con buena suerte en la vispera. Asi, con la misma premura con que los comerciantes fijaron ya, desde los ultimos estertores de octubre, sus propagandas y sus "regalos" navidenos, los mexicanos ansiosos, que son los mas, ya han revoloteado las cartas de su Tarot o de su I Chi personales y cada uno atesora y arrulla, mi moso, la lista de las revelaciones, los nombres de los predestinados. Ora que, ciertamente, ninguno de los augures (ellos prefieren ser llamados "conocedores" o "enterados") esconde celosamente su tesoro. Por el contrario, si el periodista, lo hace publico en los periodicos; si el politico aspirante, la hace circular profusamente entre los cuates, si bien dandole caracter de afectuosisima confidencia, por aquello de que, si llegara a acertar en el pronostico, nadie vaya a adelantarsele en la dispensa, en la gracia, del jefe, del omnipotente. La verdad es que uno, como ciudadano muy comun y muy corriente, poco quiere aventurarse en terreno tan resbaloso. Las bolas de cristal no forman parte de nuestra simplona utileria en el oficio. A lo mas que uno se atreve es a tratar de emplear la logica elemental en el caso. Viendo, incluso, la telenovela "historica" de moda: El vuelo del aguila, sobre la carrera desenfrenada y codiciosa del general Porfirio Diaz tras el poder, yo me pregunto, cada vez que le atoro a uno de sus teatralizados episodios: ¨Tri unfara Porfirio Diaz antes de que Benito Juarez muera? ¨Sera verdadera la promesa de Porfirio, de No reeleccion, expuesta en el Plan de La Noria y repetida en el de Tuxtepec? Un indicio si tuve cuando, en la telenovela, Sebastian Lerdo de Tejada, informado de los propositos de Diaz, tuvo la respuesta incontenible y elocuente: "Que tipo sinvergenza!" Recorde entonces, a proposito de Porfirio, a un viejo conocido mio cuando anuncio, tal vez en broma pero con mucho de verdad dolorosa: "Y como no habre de triunfar yo en la vida, si carezco totalmente de escrupulos!". La logica sencilla, pues, supongo debiera guiarnos: estructurar el gabinete presidencial, asignar las secretarias de Estado (y las direcciones de las paraestatales y la titularidad de estas y de aquellas dependencias gubernamentales) a los mas capaces en el ramo con la anadidura de requerirlos tambien en el dinamismo, el coraje y la probidad. No hay que dar brincos si parejo se tiene o se procura el suelo. Vale recordar, pues, el primer capitulo del Juan Cristobal, la obra magnifica de Romain Rolland. En El Alba, cuando Juan Cristobal nace, hijo de musicos pobretes, acuden los amigos del padre perdulario y los vecinos. Opinan todos sobre la fealdad de la criaturita llorona: tiene la cara hinchada, tosca, rojiza y mas bien vulgar. El parloteo termina cuando el abuelo llega. Asoma a la cuna y dice: "Bah, lo que importa es que sea un hombre honrado". Y digo yo: ¨Que trabajo les cuesta? * Periodista y escritor. Desde 1989, jurado de los premios nacionales de Periodismo que otorga el Gobierno de la Republica. * Periodista y escritor. Desde 1989, jurado de los premios nacionales de Periodismo que otorga el Gobierno de la Re .