SECCION ESPECTACULOS PAGINA 54 BALAZO: EFEMERIDES CABEZA: James Joyce: un pobre buscador en este mundo CREDITO: JOSE LUIS DURAN KING Corria el ano de 1926, Bernard Shaw habia recibido, en el mes de noviembre, el premio Nobel de Literatura. Entre las multiples cartas de felicitacion que recibio este escritor irlandes, estaba la de James Joyce, un compatriota suyo; la de Joyce, fue la unica carta de felicitacion que Shaw conservo el resto de su vida. Cuatro anos antes, es decir en 1922, hubiera parecido que la amistad entre estos dos hombres de letras era una empresa imposible. Sin embargo, detras de estas dos grandes figuras hay una bella historia. Cuando Sylvia Bach, editora de Joyce, le escribio a Shaw pidiendole que se inscribiera a la lista de patrocinadores que harian posible la publicacion de los primeros mil ejemplares de Ulysses, obra que tenia que ajustarse a este sistema por no contar con los fondos necesarios para impresion, pues no l e interesaba a ninguna de las grandes casas editorales, Shaw le contesto negativamente, argumentando que conocia el Ulysses y que le parecia simplemente obsceno. Pero Shaw no solo contesto eso. Tambien le dijo a Sylvia Bach que en Irlanda se tenia la aconsejable costumbre de frotar la cara de los gatos contra su propia mierda para evitar que se cagaran donde no debian y que lo mismo deberia hacersele a Joyce con su libro. No se sabe a ciencia cierta si George Bernard Shaw coopero para la publicacion de Ulysses, pero la comunicacion entre estos dos grandes espiritus habria de terminar estableciendose. En una familia compuesta, a decir de su padre, "por dieciseis o diecisiete mocosos", James Joyce nacio en Dublin en febrero de 1882. Educado en colegios jesuitas, por un tiempo penso en seguir la carrera religiosa, y aunque despues acabaria por renunciar al catolicismo, la religion le obsesionaria durante toda su vida. Para un escritor que supo como nadie amalgamar historia y literatura, la funcion de la Iglesia no podia pasar desapercibida. En toda la obra de Joyce, la religion es una constante, pues los irlandeses, a decir del escritor, oprimidos y tiranizados por el imperio britanico, estan doblemente enajenados: "No veo la utilidad -escribe Joyce en una de sus cartas- de despotricar contra la tirania inglesa, mientras la tirania romana ocupa el palacio del alma". Con James Joyce estamos ante el artista y su entorno; obstinado frente a su ciudad y a su pais, el escritor creo lenguajes que irrumpieron escandalosamente en la historia no solo de manera individual sino colectivamente. Como escribe Esther Cohen en su magnifico ensayo titulado Exilio y Lenguaje, "Lenguaje e Historia quedan asi indisolublemente unidos: el lenguaje como medio de produccion, la Historia como presencia tragica, necesariamente configurada por este lenguaje, que a su vez sella la condicio n de colonizado. (...) el lenguaje paradojicamente se representa como ajeno y al mismo tiempo indispensable. Es aqui que el dominio colonial se filtra y decanta, invadiendo no solo las estructuras economicas, sino tambien el lenguaje mismo del pueblo colonizado, la forma en que este aprehende su propia opresion". James Joyce se inico como escritor antes de cumplir diez anos; su primer publicacion, en 1891, es un poema que se ha perdido. En 1914, despues de vencer las objeciones planteadas por los censores, dio a luz una coleccion de cuentos titulada Dublineses. Dedico diez anos para escribir Retrato del artista adolescente, que aparecio como libro en Nueva York en 1916. Se dice que entre 1901 y 1906 Joyce escribio el primer borrador de una obra que en ese momento pensaba titular Stephen Hero, pero el resultado no lo dejo totalmente satisfecho, de manera que volvio a escribir la novela. En un arranque de colera, cuando un editor rechazo la obra, el autor la destruyo en parte y la escribio por tercera vez, con lo cual alcanzo su forma definitiva Retrato del artista adolescente. Esta novela presenta los temores que asaltan a un muchacho que se enfrenta a cuestio nes como la predestinacion y la existencia del infierno, indagando en la concepcion de la vida y del mundo que el protagonita va desprendiendo de su equivoco intercambio con los personajes adultos que lo rodean. A principios de la primera guerra mundial, cuando Joyce asumio su condicion de exiliado, pudo establecerse en Zurich, donde empezo a trabajar en Ulysses, que seria su obra maestra. Algunos de sus amigos lograron que Inglaterra le concediera una pension, gracias a la que pudo vivir modestamente en compania de su familia. Al termino de la guerra, se traslado a Paris, donde, finalmente, publico Ulysses en 1922: el escandalo no se hizo esperar, y Joyce fue llamado obsceno, blasfemo y traidor. No obstante, la novela ejerceria un influjo extraordinario en el grueso de la literatura contemporanea: rompiendo con el genero tradicional de la novela, utiliza por primera vez la tecnica del monologo interior para caracterizar a sus personajes. Siguiendo los pasos de La Odisea homerica, Joyce hace recorrer a sus dos personajes principales -Leopold Bloom y Stephen Dedalus- una gran ciudad moderna, Dublin, sintesis material y espiritual del mundo de hoy. Las aventuras de los dos protagonistas transcurren en un dia, desde el amanecer hasta la noche; cada hora tiene su episodio y corresponde a un canto de La Odisea; cada episodio tiene su centro de sensaciones en una parte del cuerpo y esta senalado por un simbolo. Joyce, con Ulysses, rompio con la antigua nocion de la unidad del estilo, saltando de lo poetico a lo filosofico y de este al motivo grotesco; empleo, ademas, el ingles de varias epocas, injertando en el vocablos y locuciones de distintos idiomas y dialectos, creando asi un lenguaje propio y verdaderamente nuevo. En junio de 1940, al caer la Tercera Republica, y antes de que el ejercito aleman atacara Paris, Joyce se traslado con su familia nuevamente a Zurich, donde el escritor murio en noviembre de 1941. Con James Joyce, los ultimos residuos decimononicos de la literatura europea quedaron aniquilados. En su Fragmento sobre Joyce, el escritor Jorge Luis Borges dice: "como Shakespeare, como Quevedo, como Goethe, como ningun otro escritor, Joyce es menos un literato que una literatura. (...) La plenitud y la indigencia convivieron en Joyce. A falta de la capacidad de construir (que su dioses no le otorgaron y que debio suplir con arduas simetrias y laberintos) gozo de un don verbal, de una feliz omnipot encia de la palabra que no es exagerado o impreciso equiparar a la de Hamlet. .