seccion inf. gral. guia: Polemica PAG. 1-1 cabeza: Polemica sumario: La oferta de Colosio Respeto entre candidatos El cuadro politico real de la sucesion presidencial de 1994 termino de configurarse con la postulacion de Luis Donaldo Colosio Murrieta como candidato del Partido Revolucionario Institucional a la primera magistratura del pais. Los otros dos candidatos que ya se encuentran en campana, Cuauhtemoc Cardenas Solorzano, del Partido de la Revolucion Democratica, y Diego Fernandez de Cevallos, del Partido Accion Nacional, cierran el cuadro de los aspirantes con posibilidades de competir seriamente por la presidencia de la republica. Si la civilidad sera el signo de la campana electoral de 1994, no se explican entonces las referencias agresivas en contra de Colosio Murrieta, por parte de dirigentes del PRD y del PAN y, en particular, de Cardenas Solorzano. El virtual candidato presidencial priista hizo una oferta politica clara: Elecciones transparentes y debate de ideas y sobre programas de gobierno. No es poca cosa. Colosio ha establecido desde el principio el estilo que habra de marcar sus campana presidencial: Confrontacion de ideas en un marco de candidaturas iguales, es decir, desde la perspectiva de la competitividad igualitaria. La descalificacion facilona de su candidatura pone en entredicho la honorabilidad de quienes la hacen desde la oposicion. Cardenas dijo que la nominacion de Colosio "sera la ultima ocasion en que nuestro pais ofrezca al mundo este bochornoso espectaculo". Pero resulta que en el PRD no se permitio ni por asomo, la posibilidad de que otro militante perredista intentara siquiera competir con Cardenas por la postulacion presidencial de ese partido. ¨Acaso Cardenas estimulo entre la militancia de su partido la promocion de otras precandidaturas presidenciales, tal y como lo reclama del PRI? ¨No es cierto que el PAN le dio una leccion en ese sentido al propio PRD?, y, por ultimo, ¨cuando la dirigencia del PRI cuestiono el mecanismo de autodesignacion del candidato presidencial del PRD? Por lo demas, el tono de intolerancia utilizado por el candidato presidencial perredista, llevo a este al extremo de anular de facto la candidatura del panista Fernandez de Cevallos, pues establecio en su comunicado que en la campana de 1994 solo habra "dos proyectos en juego", previsiblemente el de Cardenas y, naturalmente, el de Colosio. Chao a los panistas, dijo Cardenas. "En su calidad de candidato del Estado doy la bienvenida al Lic. Colosio, a la contienda electoral. Le he enviado una comunicacion directa invitandolo a debatir publicamente, de inmediato, hoy mismo si asi lo aceptara. Muy provechoso sera para la vida civica del pais que puedan presentarse y discutirse los dos proyectos que estan en juego en las elecciones de 1994", dijo Cardenas. Si al menos asi de rapido hubiera contestado a la invitacion del secretario de Comercio, Jaime Serra Puche, para debatir sobre el tratado de libre comercio, otra cosa seria. Pero no. Insiste en que el, Cardenas, es el dueno de la pelota y que todos los demas deben bailar al son que el les toque. En el mismo esquema de la ofensa por delante se presento ayer el dirigente nacional del PRD, Porfirio Munoz Ledo. Son tan barbaras las expresiones del ex priista y evidencian a tal punto el estado de animo (o quiza desanimo) entre los dirigentes perredistas, que vale la pena conocerlas: "Frente a la imposibilidad de la reeleccion formal, Salinas opto por la reeleccion mental. No escogio ni al funcionario competente, ni al politico brillante, ni siquiera al tecnocrata aplicado. Escogio al delfin. Una prolongacion de si mismo, como si se le fuera a desprender un brazo o alguna otra parte de su cuerpo. para nosotros significa que han escogido pelear con el aparato y no con el candidato". En estas declaraciones, hay que advertirlo con claridad, puede encontrarse la semilla del discurso del fraude electoral anticipado, como recurso de presion para intentar obtener por otras vias lo que no se podra a traves del voto popular. Dijo Munoz Ledo en otra parte de su declaracion: "Colosio no va a correr como candidato. Van a inundar al pais con su fotografia, su sonrisa de cliche, su pelo de borreguito, su biografia de muchacho esforzado, a la Clinton, una biografia amanada o reescrita, clintonizada, van a hacer una campana hacia afuera, con todas las manas a la mexicana hacia adentro". En cambio, a Munoz Ledo no le parecio bien comentar su propia experiencia como ex secretario del Trabajo y precandidato presidencial del PRI, durante el sexenio de Luis Echeverria Alvarez. Nervioso, un poco molesto, el lider perredista se limito a decir: "Eso es el pasado, hablemos del presente y del futuro, yo siempre he sido un hombre publico que no he vinculado mi presencia en la politica con los cargos publicos". Mal comienza el candidato y la dirigencia perredista si se empenan en anteponer el insulto y la ofensa por encima del debate de ideas entre adversarios politicos. Por su parte, Colosio Murrieta presento, en su discurso de aceptacion de la precandidatura priista, sus propias propuestas de cara al proceso electoral de 1994: "Soy hombre de profunda conviccion democratica. Creer en la democracia es respetar las reglas de la competencia, es alentar los resultados de la voluntad popular. Mi compromiso con la democracia es irrenunciable. "Habremos de vivir la proxima contienda electoral con nuevas normas. A todos los partidos corresponde cumplirlas y de esta manera enaltecer la politica. Estamos ahora frente a una oportunidad excepcional y no la desperdiciaremos; vamos a demostrar primero a nosotros mismos y a nuestros hijos que la competencia politica que vivimos en Mexico es honesta y se finca en valores y que tenemos el coraje y tenemos la decision de perfeccionar nuestra democracia. "La ciudadania juzgara que tenemos la mejor propuesta. Invitare a los candidatos de los otros partidos a un amplio debate que contraste ideas y programas. Nuestros votos seran los del convencimiento, porque ganaremos el debate y ganaremos los votos". La apuesta esta en el aire. De la capacidad que tengan los candidatos para aceptar el debate de sus programas, puede depender que tengamos en 1994 un proceso electoral civilizado y transparente, en el que solo prevalezca el derecho y asista la razon, con votos, al mejor aspirante presidencial civi .