seccion inf. gral. guia: Alp 1a. de 1a. balazo: LA NACION Y EL MUNDO cabeza: Una clase dirigente "fragilizada" por la arrogancia credito: Juan Maria Alponte Se entierra a Federico Fellini, caro fratello mio en las nobles y admirables palabras de Marcelo Mastroianni. Se produce, casi a las mismas horas, la orden de arresto contra Carlo de Benedetti, patron del holding Olivetti. Cuando la policia se presento en sus casas de Turin y Milan el gran dirigente de una de las mayores empresas europeas estaba fuera del pais aprovechando, ¨como no?, "el largo fin de semana que coincidia con el Dia de Muertos". La acusacion, como a lo largo de los ultimos meses, gravita, como es de suponer, sobre los mismos supuestos: corruzione. Es de senalar que Carlo de Benedetti informo, en seguida, que regresaba inmediatamente al pais: "Sono pronto a presentarmi" decia al diario La Repubblica, que daba a la noticia toda su primera pagina cuando, el dia anterior, todas las primeras paginas estaban dedicadas al "Addio Fellini, addio maestro. Dopo due settimane di agonia e/ morto a 73 anni il piu/ grande regista italiano. Conmmozione in tutto il mondo". (Titulares, a toda pagina, del Corriere della Sera del lunes 1 de noviembre). No uno, accidentalmente, las dos grandes noticias. No vinculo, sin el fin en si, los dos titulares. El primero ("despues de dos semanas de agonia ha muerto, a los 73 anos, el mas grande director italiano. Conmocion en todo el mundo) corresponde a la memoria de un hombre de genio que creo, desde el abajo hasta el arriba, una obra de arte excepcional, un mundo de imagines -inseparables e indisociables de un dominio magistral del idioma italiano, puesto que con un idioma para minusvalidos mentales no se puede crear ni la ciencia ni el arte porque el idioma es una herramienta insustituible para llegar a las categorias- que se tradujo en divisas para Italia y en el fortalecimiento, a la vez, de la industria de la cultura italiana y la industria de la cultura en el mundo. La clase dirigente italiana, entendiendo por clase dirigente la clase dirigente como conjunto de una sociedad y no solo a la clase politica que es una parte de ella y homologable y no distinta, al contrario que Federico Fellini prefirio, sobre todo en sus divisiones de politicos e industriales, el largo fin de semana y la corruzione. Carlo de Benedetti es acusado por los jueces de Roma de haber entregado a los partidos politicos 10 mil millones de liras en los pasados anos. ¨Para que? Para obtener la patente de corsario. El mismo sistema de la mafia paso a la industria y la politica y las 3,000 personas, del mas alto nivel, convocadas por el sistema judicial (hecho que ya ha significado varios suicidios impresionantes) revelan que la sociedad civil, como conjunto, habia aceptado los meandros de un proceso que arrastraba consigo al Estado. Tengase en cuenta que, en estosmomentos, la crisis afecta a los jueces mismos ya que numerosos magistrados de la Corte de Justicia italiana sufren identicos procesos. Piensen, a seis columnas del Corriere della Sera, en este titular: "Mafia, la vergogna dei giudici. Sotto inchiesta anche Giammanco, avversario di Falcone (Mafia, la verguenza de los jueces. Bajo investigacion, tambien, Giammanco, adversario de Falcone). Las otras tres columnas de esa impresionante primera pagina estaban dedicadas a Fellini: "Fellini: muere la esperanza". Quiere ello decir, sin mas, que la crisis de la sociedad italiana no elude a nadie. Craxi, el ex lider del Partido Socialista, que tuviera que abandonar la direccion de su partido por las mismas razones, salvo que al reves, que Benedetti, no ha dudado en decir, en estos dias, que ningun partido estaba al margen de la corrupcion. El Partido Comunista, que quiso ponerse al margen, ha sido integrado tambien, de la misma manera, en el vertigo. Tocara, ahora, a los jueces, a los que juzgan, la misma suerte. Todo ello mientras, en esa gran catastrofe moral, el populismo de la Liga Lombarda, que ha superado en votos a los partidos en la Italia del Norte, arremete contra todos desde el mas viejo modelo de vocacion populista y fascista. El lenguaje fascista, aunque se emplee por personas o grupos que asumen las banderas progresistas, se carateriza por una interpretacion simplista, simplificadora y deformadora de la realidad. Trascender al analisis, explicar y dotar a la palabra de sus significados profundos representa la proposicion contraria: la pedagogia critica de la libertad. No es facil asumirla cuando, en razon de un siglo totalitario, se separo la etica de la politica y el crecimiento economico del desarrollo. Este siglo totalitario requirio sectarios y no hombres y mujeres libres que fueran capaces de identificar, por encima de las creencias o posiciones personales, respetables, una actitud critica que les permitiera entender y comprender el mundo: la realidad. La clase dirigente italiana se perdio en el exito de la simulacion. Su arrogancia constituia, en sus cupulas cerradas, la extrema fragilizacion de sus conductas y sus vidas. Sus telefonos, como un circuito cerrado, no funcionaban nada mas que hacia arriba y no se contestaba nunca hacia abajo. Ese sistema cerrado, abierto solo en elecciones que reproducian el poder, pero no el cambio social y cultural, era extremadamente fragil. Durante mis largas temporadas en Italia (durante anos mis vacaciones de estudiante se tornaron siempre hacia ese horizonte hermoso cuyo patrimonio cultural es sobrecogedor y ahi esta Fellini) y con amigos muy distintos en diversos niveles siempre me impresiono la hipotesis de los empresarios de que creian poder realizar la hazana de la reconstruccion de la Italia posfascista despreciando la politica, corrompiendo a los politicos y disfrazandose, a si mismos, con una arrogancia lamentable: "nosotros estamos al margen". Proposicion inutil. La arrogancia de las clases dirigentes, arrogancia enconsertada en la inevitabilidad de una violencia tacita, fragiliza las sociedades y genera, en el cuerpo social, actitudes permanentes de huida: de fuga hacia adelante". Eso hace posible que los jueces pasen, ahora, por la amarga medicina de la misma crisis nacional. Hace unos meses -los lectores son testigos de ello- hice saber mi preocupacion por un tipo de sociedad que podia asesinar, con una carga de dinamita inconcebible, al juez Falcone cuando este se dirigia a Palermo rodeado de un sistema de seguridad asombroso. Ese juez, que llevaba una vida blindada (hasta el bano), seria ejecutado, en la carretera, en un alarde material que, sin duda, se dirigia, como aviso, a una clase entera. ¨Quien podia haber informado que Falcone, en tal dia y a tal hora, emprenderia el viaje? Solo desde muy arriba. ¨Como pudo hacerse en plena carretera una insercion de cargas explosivas como las que, finalmente, volaron el automovil del juez Falcone, de su escolta y de otros vehiculos que circulaban, a esa misma hora, por el carril contrario? Solo cerrandose los ojos. La arrogancia de una clase que no cree su deber contestar a la sociedad revela, de un lado, olvido total de su mision, pero lo mas grave es su fragilizacion moral, su fragilizacion en terminos de legitimidad. Ello permite, finalmente, la aparicion de las Ligas Lombardas que, por encima de la vida democratica, (que es inseparable del disenso como vida critica, pero indisociable del consenso como fuerza etica indispensable para proseguir la tarea) asumen la plenitud de la irracionalidad politica, la imperturbable bandera del frenesi ideologico al no existir, enfrente, la presuncion, legitimada, del propio destino. Cuantas veces pasando en Roma, en un taxi, ante la camara de diputados preguntaba al conductor lo que le parecia. Ya lo sabia, pero el idioma italiano es como un rayo de luz que perfora, asalta, destruye, desde la mas vieja ironia de los siglos, lo que esta delante. La furia y la burla incontenible de los taxistas, ante aquel edificio, dejaba perplejo y hondamente preocupado porque no se puede vivir, de verdad, con instituciones que no son sostenidas por la sociedad civil y, por otro lado, era bien grave y es siempre bien grave que la sociedad civil creyera que se autoexculpa, a si misma, con el insulto, la burla y el sainete. Recuerdo a Fellini quien, al llegar a la Piazza del Popolo, apretaba el paso y decia: "Andiamo a Roma". ¨Donde estaba la Roma, imaginaria y fantastica de Federico Fellini? Estaba en plazas y en ambitos ciudadanos que estan presididos por los siglos de cultura social y donde los palacios y las fuentes hermosas -como nunca mas podemos ver- se hunden en los mercados, en los restaurantes llenos de un fragor unico y con un vino riente, verdiblanco y oloroso. El andiamo a Roma de Fellini era la busqueda de su pueblo. El pueblo, con sus fantasmas infantiles y sus suenos de adolescente, que estuvieron cruzados, sin duda, por la terrible huella del fascismo mussoliniano. No olvidemos que Fellini nace en 1920 y que el fascismo llega a Roma, con sus escuadristas disfrazados, travestizados con la "camisa negra" en 1922 y que en 1924, con el asesinato de Matteotli se iba a iniciar la dictadura. ¨Como es posible que los seguidores de la Liga Lombarda, algunos creyendose en la izquierda, puedan plantear un porvenir eliminando a los partidos e instaurando la simplificacion? Hace dos anos el lider de la Liga Lombarda senalaba que la Italia del Norte, la Italia industrial, nada tenia que ver con la Italia del Sur -"La de la mafia" en esa simplificacion grotesca- y que podian desentenderse de un transvase fiscal hacia el Sur que no debia de salir del trabajo del Norte, de la Lombardia. Aquellas palabras del puritanismo autoritario fueron, rapidamente, desmentidas por la realidad. Los grandes industriales del Norte, desde la Fiat a Olivetti, han pasado ante los jueces; los grandes partidos, como el socialista o la democracia cristiana, han perdido a sus electores y sus lideres estan embarcados en una trampa moral sin salida. La realidad es que una sociedad no se separa, entre si, por meridianos (y la arrogancia de sus elites es la prueba, fragilizada, de un sistema de conducta que necesariamente transporta consigo una crisis global. La batalla por el crecimiento economico es inseparable del desarrollo (el "crecimiento", en tanto que variable estadistica del aumento del PIB solo es desarrollo cuando el "crecimiento" hace posible el cambio social, cultural, politico y los bienes colectivos) y el desarrollo no puede ser sustituido, como creyo la clase dirigente italiana, por la arrogancia. Se entiende, pues, en esas circuntancias, el dolor de Italia ante la muerte de un hombre. El mismo asombro que ante la detencion del magnate De Benedetti rcuntancias, el dolor de Italia an .