PAG. 2 SECCION: INF. GRAL. CABEZA: PARTIDOS CONTRA SI MISMOS CABEZA: Jacqueline Peschard Aunque los partidos politicos en Mexico apenas se estan constituyendo como tales, ya estan sufriendo el desprestigio casi universal que padecen los aparatos partidarios en la epoca actual. Las prebendas de que gozan sus cupulas, las rencillas entre sus dirigentes, el secreto en el que se mantienen sus negociaciones han llevado a la exaltacion de las organizaciones de la sociedad civil a tal punto que ha llegado a plantearse que estas reemplacen a los partidos politicos. El colmo es que el PRI haya hecho suy o este planteamiento, en ocasion del debate sobre los consejeros ciudadanos de las delegaciones del Distrito Federal. El antipartidismo se ha filtrado ya a las filas de las organizaciones partidarias. En el marco de la demanda de desarrollo politico, la cada vez mayor complejidad de la sociedad ha alimentado la extension de los espacios publicos, entendidos estos como aquellos en los que se debaten asuntos de interes colectivo, y ello ha derivado en la formacion de diversos tipos de asociaciones para la defensa de las mas variadas necesidades y aspiraciones de los grupos sociales. Pero esta necesidad de activacion social no puede confundirse con la tarea que tienen asignada los partidos politicos; es decir, querer democratizar la propia base de la sociedad no puede plantearse en contraposicion de la democratizacion de las vias de acceso al poder y de las instituciones politicas. Los partidos politicos son los encargados de estructurar proyectos de sociedad y de gobierno, de articular diversos intereses sociales en torno a dichos proyectos y de luchar por que estos puedan ponerse en p ractica, previa conquista del poder estatal. Los partidos tambien tienen el cometido de construir la representacion popular a partir de someterse al escrutinio de la sociedad cada cierto tiempo. Estas tareas no pueden realizarlas las asociaciones civiles por mas amplia que sea su cobertura geografica o el alcance de sus reclamos, es decir, aun cuando el movil que las guie sea tan universal como la defensa de los derechos humanos. Estas asociaciones no se identifican como actores de la politica, entendida como la esfera donde se toman las decisiones con proyeccion social, sino como actores del ambito de lo politico, vale decir, de aquel en el que se expresan y se defienden intereses colectivos, al m argen de la lucha por el poder del Estado. Justamente su diferenciacion respecto de las instituciones de la politica y su rechazo a "contaminarse" de la lucha partidaria es lo que les ha permitido gozar de prestigio entre la opinion publica mexicana. Pero el deterioro de los partidos politicos deberia conducirlos no a marginarse de la politica, sino a desarrollar nuevas formas de representacion y de accion politica, particularmente en un contexto de cambio como el que atraviesa el sistema politico mexicano. Es evidente que la propuesta del PRI en el sentido de que los consejeros ciudadanos delegacionales solo puedan ser postulados por organizaciones sociales fue una salida rapida ante la imposibilidad de aplazar para otro ano la eleccion de dichos consejeros, como era su intencion original. La posibilidad de que los candidatos priistas salieran muy golpeados en dicha contienda era segura. Esta pragmatica decision esconde una concepcion de la politica ya sea muy pobre o muy cinica, de parte de alguien en este caso del PRI que tendria que estar promoviendo la reivindicacion de la politica. El PRI ha querido justificar su posicion afirmando que la reforma del Estatuto de Gobierno del D.F., recien aprobada con su voto exclusivo, no significa una renuncia de los partidos politicos a participar en la eleccion de consejeros ciudadanos, puesto que seran ellos quienes definan y aprueben la Ley de Participacion Ciudadana que regira dichos comicios, ademas de que miembros de partidos podran ser postulados como candidatos, claro, sin el apoyo de las maquinarias partidarias. Huelga decir que el derecho de asociacion no esta en entredicho y que cada quien puede formar parte y militar en tantas organizaciones sociales como quiera o pueda, lo lamentable seria apostar a la simulacion, es decir, a utilizar la estafeta ciudadana como disfraz, como una forma de darle la vuelta al desgaste de la forma partidaria. Este tipo de simulacion no es nueva entre nosotros, porque ha sido parte de la trayectoria del PRD, que desde sus origenes se debatio entre partido y movimiento. En las elecciones presidenciales pasadas algunos de sus dirigentes jugaron al mismo tiempo al partido y a la organizacion ciudadana con objeto de acumular fuerza, reconociendo implicitamente su desconfianza en la politica y en la labor de los partidos. Tal parece que los partidos no estan a la altura de las exigencias del momento. Los partidos politicos deberian prestigiar la politica, no en detrimento de la extension de los espacios publicos, lo cual tambien es responsabilidad de otros grupos, sino como via indispensable para realizar la reforma politica del Estado en la que dicen estar empenados junto con el gobierno. La reforma politica del Estado solo pueden acordarla, aprobarla y hacerla posible los partidos politicos. Las organizaciones sociales y las asociaciones buscan respuestas positivas a sus demandas de parte del gobierno, pero no pueden sustituir a los partidos, por mas imaginativas y creativas que sean. A pesar de su insuficiencia representativa, los partidos siguen siendo irremplazables. .