SECCION CULTURA PAGINA 33 BALAZO: ORQUESTA SINFONICA CABEZA: Pedro y el Lobo: un concierto fantastico CREDITO: OSCAR SARQUIZ F. Gran triunfo de la promocion y difusion artistica "para los ninos, para los papas de los ninos y para los papas de los papas de los ninos", resulto el concierto dominical estelarizado por la interpretacion conjunta de la obra de Prokofiev Pedro y el Lobo que ofrecieron conjuntamente al mediodia de ayer la Orquesta Sinfonica Nacional bajo la energica direccion de su titular Enrique Diemecke y el Ballet de la Ciudad de Mexico con la narracion eficaz y afectuosa del decano del entretenimiento infantil Enrique Alonso, la popular Gaby Rivero, y el siempre entusiasta locutor y melomano Jose Maria Alvarez. Culmino asi feliz y exitosamente el excelente ciclo de conciertos didacticos que vienen ofreciendo el INBA y la gran orquesta de Mexico. No cabia ni un alfiler mas en el gran coso capitalino, y los asistentes disfrutamos un programa que princio con un repaso de los instrumentos y elementos que conforman la musica sinfonica, tras del que Alvarez y la ex "maestra Gaby" guiaron la atencion del nutrido publico a traves de un quinteto de obras que dieron oportunidad de divertido lucimiento a la OSN: el vertiginoso virtuosismo de El vuelo del abejorro de Rimsky-Korsakov ilustro la capacidad esencial de la musica para imitar a la naturaleza; su contagiosa alegria y brillo esplendieron con el Can can de Offenbach; nerviosa satira de la modernidad, La maquina de escribir de Anderson corroboro el humorismo que nunca ha sido ajeno a las salas de conciertos. Pequeno pero acertado tributo al afecto de los padres por sus hijos, la Sinfonia de los juguetes que Leopold Mozart creo para entretener a sus prodigiosos vastagos dio oportunidad a una muchedumbre de afortunados diletantes de tomar el escenario junto a la mejor orquesta de nuestro pais y unirsele creando ambiente de jugueteria fantastica con una pletora de matracas, triangulos, tambores y canoros silbatos de agua. Hasta los muchos que se quedaron con las ganas de subir al tablado tuvieron oportunida d de aportar sus gozosas palmas a la contagiosamente marcial Marcha Radetzky de Strauss. Tras un breve intermedio, la esperada reaparicion del muneco pelirrojo encarnado por el admirable veterano Alonso parecio tender un puente entre los ninos de hoy y los de ayer; el conocido relato sonoro de Prokofiev cobro vida en la coreografia de Isabel Avalos y las diestras evoluciones de los bailarines de la compania capitalina, quienes lograron dar cuerpo y vuelo a los personajes humanos y animales magnificamente enmarcados por la escenografia de Carlos Trejo y los vestuarios de Sara Salomon. No es exag eracion afirmar que el resultado fue magico: ninos que al principio lloraban se callaron y concentraron en el escenario y en la narracion de Cachirulo y Gaby; otros, que temian la llegada del temible lobo, acabaron aplaudiendo la astucia del nino y la intrepidez de su amigo el pajarito... Bien por el INBA, por la Sinfonica, por el Ballet y por los entranables narradores: la ovacion recibida por don Enrique al distinguirsele con merecida presea por su trayectoria sintetizo tanto como la palpable eferv escencia sanguinea que suscito el postrer, inesperado y bienvenido Huapango de Moncayo, el triunfo de nuevas actitudes e iniciativas como esta, que hace obsoleto los dias en que la musica clasica era percibida como una insuperable invitacion al sueno. Los ninos la gozaron... como enanos. .