SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: Las imposibles imagenes de Dios CREDITO: ALFONSO SIMON PELEGRI Todos desconocemos todo de Dios, excepcion hecha de alguna que otra anecdota piadosa o predicamento de semejanza, pero aun eso tan solo con el concurso de la fe, la cual no es dada, pauci vero electi, sino a unos pocos elegidos. Tambien conocemos y hasta eso, de viva voz la divina aseveracion metafisica del "Yo soy el que soy", la cual dira mucho a los teologos pero bien poco al resto de los mortales ayunos de esta ciencia; los tales nos tenemos que conformar con un resignado y mansurron "doctores tiene la Iglesia", lo cual nos deja un poco como el perro de las dos tortas entre la teologia y los teologos. Y sale peor si escuchamos a Isaias, el cual pone en boca de Yave lo de (...) "El buey conoce a su dueno / y el burro el pesebre de su senor; / pero Israel no me conoce, / mi pueblo me comprende." Comparaciones ambas por las cuales no cabe pedir disculpa a quienes corresponda por obvias razones de autoria. Si seguimos dentro del contexto biblico, encontramos en el Genesis lo de que en un dia sexto (...) "creo Dios al hombre a su imagen y semejanza." De aqui salieron multiples teogonias y toda una varia y pintoresca iconografia, en la cual el texto sagrado se manejo exactamente al reves respecto a la cita de referencia: El hombre fue el que creo a Dios "ad imaginem et similitudinem suam" para entrar en un retablo pictorico toda una divinizacion antropologica. Santo Tomas de Aquino, siglos despues, quiso poner orden en tan anarquico galimatias, y sostuvo en su Summa que es el alma y no el cuerpo del hombre el que Dios creo a su imagen y semejanza... vaya usted a saber! Lo que si puede ser rescatable de todo esto, con respecto a los excesos representativos que lamentabamos, es la exclusion de las "tiras" de comic en la historia biblica del mundo. Pero lo primordial, segun mi leal entender, podria ser que no resulta importante aparte de su imposibilidad en un grado optimo la pretension de superar nuestro conocimiento de la Divinidad; entiendo que lo necesario es ubicarlo en su absoluto lugar debido. Se ha hecho de Dios un objeto del culto; un bizantino motivo de la teologia; un confiable marchamo de "buen tono" dentro de ciertas esferas, y hasta una especie de ungento amarillo. No es nada de eso, ni nadie sabe quien sea sino solo a titulo negativo en el quis ut Deus del Arcangel. Tal vez podria aventurarse, y eso dentro de una humilde tesis desconcertada, como una semilla de eternidad dentro del corazon del hombre la cual crece o se angosta en el dentro de la libertad de un gracioso merecimiento... pero, claro, se trata de defenderse del prodigio con palabras y se cae, a fin de cuentas, en la literatura; o, lo que es peor, en la teologia. Shakespeare habla de representaciones fugaces en la que el viento suele vestir de sombras bellas figuras; yo no creo en semejantes autorias y prefiero hablar de suenos. Suenos en los que si son de a deveras todas sus representaciones, como aquel que ya no se si tuve a medias con Coleridge, y en el cual el Padre Eterno lucia las vestiduras talares de rigor y enmarcaba su venerable rostro con las tradicionales luengas barbas patriarcales; habia por doquier rubicundos angeles mofletudos que retozaban cabalgand o nubes mansisimas que recordaban los algodonosos lomos de Platero; y para mas, el poeta Federico Garcia Lorca habia conseguido de sus criminales jueces, en calidad de ultima voluntad, que le diesen de cenar en la noche que precederia a su ejecucion una tortilla de violetas y que a ser posible no lo matasen. Con arreglo al testimonio de Borges, el citado poeta Samuel Taylor Coleridge tambien imagino que recorria un paraiso preadamico con una flor en la mano, y hasta aqui solo hay la comunion de compartir un sueno. Pero lo inaudito es que al despertar se encontro la misma flor entre sus dedos: ..."¨Entonces, que?" pregunta al lector. Supuestamente pienso la respuesta consiste en acreditar los suenos. .