SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 5 CABEZA: La intercepcion telefonica El tema es recurrente pero cuando surge y siempre lo hace con tintes de escandalo solo permanece unos dias como asunto de interes publico hasta que desaparece y vuelve a iniciar, de nueva cuenta, el ciclo perverso y superficial que va del olvido absoluto al escandalo absoluto sin transitar jamas por el analisis y la reflexion a fondo. Asi, lo mismo en el plano individual que en la vida social y politica del pais, la intercepcion telefonica es un hecho que se trivializa o se magnifica; un dia se olvida y, al siguiente, se vuelve referencia obligada para documentar el temor o el humor de quienes lo padecen o se cree que lo practican, pero hasta alli: šNo va siendo tiempo ya de que partidos, juristas, investigadores, sociedad y gobierno articulen para empezar posturas y opiniones en torno al asunto, en aras de dar y reconocer dimensiones reales al derecho publico de intromision en la vida privada, acotando este, y al mismo tiempo impedir que cualquier hijo de vecino pueda ejercerlo impunemente con solo desearlo, como hasta ahora ocurre? El derecho a la privacidad no puede reducirse, en estos tiempos, a una invocacion ocasional de particulares ante la cual el Estado quede siempre convertido en una suerte de rehen poco etico y desprovisto de argumentos y razones publicas para establecerle excepciones. Es importante, sin embargo, que estas excepcionalidades legales se conozcan y que su ejercicio quede igualmente reglamentado. De lo contrario, ya sea porque el tema se elude o porque se convierte simplemente en uno mas de los instrumentos partidizables para el golpeteo entre grupos o individuos, el resultado es la aceptacion de un factor adicional de malestar e incertidumbre que enrarece aun mas el clima politico del pais. Abordar el tema con seriedad y responsabilidad no sera facil. Habria que comenzar por eludir sus dos extremos, el de la gazmoneria sobre las ilimitadas libertades del individuo y el de los viejos dogmas de la seguridad del Estado, pues ninguno satisface ya, en 1995, la verdadera hondura y trascendencia del asunto. .