SECCION: INFORMACION GENERAL PAGINA: 6 BALAZO: LOS HECHOS Y LOS MITOS CABEZA: Espionaje y seguridad nacional CREDITO: GUSTAVO HIRALES* La relacion periodistica de algunas conversaciones entre Marcela Bodenstedt y Jose Maria Cordoba Montoya nos pone, de nuevo, frente a lo mas sabroso del menu politico: el escandalo que involucra a figuras politicas del primer plano, y el develamiento de su intimidad. Lo mas sabroso pero, al mismo tiempo, como en la comida chatarra, lo mas insustancial. La historia parece haber sido asi: preocupada por lo que considero graves e injustificados ataques a su persona, desatados por declaraciones de ier Solorzano de Sea de ello lo que fuere el caso es que una vez difundida la version de la Bodenstedt, dentro del Estado hubo quienes pensaron que seria bueno que el publico tuviera otros elementos de juicio sobre el asunto, y escogieron al eficaz reportero Roberto Zamarripa, del diario ordoba Montoya y, lo mas escandaloso, la grabacion de una conversacion entre Cordoba y su jefe, el entonces presidente Carlos Salinas. Aqui es evidente, primero, que la grabacion de las conversaciones no la realizo ningun particular, sino una dependencia de Estado. Segundo, que estamos entonces ante un claro caso de espionaje gubernamental. Tercero, que una dependencia de Estado espiaba a quien era, en ese momento, el segundo hombre del poder, el superpoderoso secretario (¨jefe?) del gabinete presidencial. Cuarto, que al realizar su labor de espionaje la dependencia de marras se metio, incluso, en la privacidad del entonces Presidente de l a Republica. Este es un enfoque. El otro nos dice: no es que la dependencia de Estado espiara a Cordoba Montoya, y menos al Presidente. Vigilaba a la senora Bodenstedt debido a sus vinculos con personajes ligados al narcotrafico y, en esa dinamica, capto las conversaciones de ella y sus amistades, entre las que se encontraba, de modo dilecto, el senor jefe del gabinete de Salinas. Todo lo cual nos remite al hecho de que, a pesar de que el espionaje telefonico es un delito tipificado por la ley, en la formula de "interferir una comunicacion telefonica", hoy en Mexico es una realidad omnipresente y, lo peor, incontrolada. Tan incontrolada que, como se ve por el ejemplo a debate, se puede usar para dirimir clandestinamente las disputas y querellas politicas en las alturas. Pero, se me dira, ¨que no lo peor es el espionaje en si mismo? Yo digo que no: no hay un Estado sobre el planeta que no realice este tipo de vigilancia sobre una serie de actores y vectores que representan, de hecho o virtualmente, una amenaza para lo que esos Estados consideran su seguridad nacional. ¨Y cual es entonces la diferencia? Que la mayoria de esos Estados se han dotado de una legislacion al respecto, mientras que en Mexico, por razones que van desde la pereza del "ahi se va", hasta la hipo crita pudibundez de "este es un pais democratico, aqui no hacemos eso", estamos en realidad totalmente retrasados (y por ello inermes) al respecto. ¨Que asuntos son o pueden ser considerados de seguridad nacional? De botepronto menciono tres: narcotrafico, terrorismo, sedicion. Pero hay mas: lavado de dinero, actividades economicas y secretos industriales, flujos de migrantes, contrabando y actividad extranjera en el pais. Cada uno de estos temas, entre otros, contiene aspectos que son o pueden ser muy peligrosos, no para los intereses del partido en el gobierno, sino de la nacion en su conjunto. Y antes de que la actividad potencialmente peligrosa se convierta en delito, se dan los pasos de su preparacion. Entonces es evidente que hace falta una actividad estatal que permita, primero, identificar a los potencialmente peligrosos; segundo, seguirles los pasos; tercero, detenerlos antes de que el delito provoque sus ondas expansivas. ¨Cual es ahora el verdadero problema? El desorden, la falta de una ley que sea el marco de referencia y el cauce de una actividad que, por sus propias caracteristicas, se presta al abuso, a la arbitrariedad y al uso politico y hasta delictuoso de los resultados de esa misma actividad. Lo que no puede ser es que una actividad tan delicada y con tantas implicaciones siga estando en manos del arbitrio y, en el mejor de los casos, del buen sentido y del patriotismo de quienes estan encargados de esas funciones. Lo que a estas alturas esta muy claro es que nadie, ninguna fuerza y ninguna dependencia pueden estar por encima de la Constitucion General de la Republica. Y el hecho es que espiar o vigilar sin que el que vigila se sujete a reglas publicamente debatidas e institucionalmente sancionadas por los organos legislativos correspondientes, evidentemente esta poniendose por encima y al margen de la Constitucion. Nadie con sentido de responsabilidad republicana puede pedirle al Estado que se desarme frente a la accion clandestina de la multitud de agentes centrifugas que atentan contra su seguridad, pero nadie con la misma conviccion puede estar de acuerdo en que las cosas se mantengan como estan, pues paradojicamente se ha llegado a un punto en que las actividades que se realizan para garantizar la seguridad del Estado, amenazan convertirse, ellas mismas, en factores de inseguridad y arbitrio, todo lo contrario a l a vigencia de un Estado de derecho. Hay que incluir otro inciso en la agenda de la reforma de Estado. *Politologo. .