SECCION CULTURA PAG. 35 BALAZO: DIES IRAE, DE KRZYSZTOF PENDERECKI CABEZA: Homenaje a los muertos en Auschwitz CREDITO: JOSE ANTONIO FERNANDEZ C. Pocas veces se llega uno a sobrecoger y emocionar a tal grado como cuando se escucha la obra Dies Irae, del polaco Krzysztof Penderecki, que en el quinto programa del XVII Foro Internacional de Musica Nueva, se interpreto en el Palacio de Bellas Artes. Penderecki, nacido en 1933 y verdadero renovador de la musica de nuestro siglo, dedico este oratorio a quienes murieron en el campo de concentracion y exterminio de Auschwitz. Lo compuso a principios de 1967 y se estreno el 16 de abril de ese ano en la inauguracion del monumento internacional a las victimas del fascismo erigido en terrenos del que fuera campo de la muerte. La ejecucion que ahora tuvimos el gusto de escuchar, primera en Mexico, con Jesus Medina como director invitado, estuvo a cargo de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes. Se conto con la participacion como solistas de tres de nuestros mejores cantantes jovenes: la soprano Violeta Davalos, el tenor Rene Velazquez y el bajo Noe Colin. Buen trabajo con esta dificilisima obra realizo Medina, a quien ahora vemos mas maduro, mas seguro y eficaz que cuando se desempenaba como director titular de la Orquesta Filarmonica de la UNAM. El conjunto instrumental le respondio bien, incluso dando matices que es raro oir en otras agrupaciones locales, y fue asimismo estupenda la actuacion del coro, debidamente ensayado y preparado por su director Alfredo Dominguez. El oratorio Dies Irae esta estructurado en tres partes con base en textos del Antiguo Testamento (los Salmos), Las eumenides de Esquilo, el Apocalipsis de San Juan, la Epistola a los corintios de San Pablo y poemas de Valery, Aragon, Broniewski y Rozewicz. El primer movimiento, Lamentatio, con el lema Las cuerdas de la muerte apretandose en mi derredor, es una queja cantada por un coro intensamente expresivo y por la voz de la soprana que en momentos se acerca a lo histerico. El segundo, Apocalipsis (...y los nudos del abismo me han alcanzado...), nos introduce en una escena verdaderamente infernal. Las visiones del Apocalipsis llegan con el estrepito de la furia de las eumenides por medio de los gritos y susurros del coro y la brutal sonoridad de la orquesta. Y el movimiento final, Apoteosis (La muerte se convierte en victoria...), con un patetico canto del tenor anuncia la liberacion de los lazos de la muerte y descubre el velo de la espe ranza. Violeta Davalos mostro no solo su hermosa voz, ahora con mayor extension y gran belleza en el registro grave, sino sus indudables dotes de actriz, capaz de conmover al auditorio. Fue notable su actuacion en la parte primera, lo mismo que en el terceto con que culmina la ejecucion. El tenor Velazquez nos probo que aprovecho debidamente los estudios en Europa, asi como su fogueo por medio de recitales y conciertos en muchos lugares del Viejo Mundo. Y Colin demostro que es ya una figura del canto, con tamanos para incursionar en el extranjero. En la primera parte del programa se toco, tambien por vez primera en nuestro pais, Beatus Vir, del tambien polaco Henryk Mikolaj Gorecki, de quien por cierto escuchamos aqui el ano pasado, con la Sinfonica Nacional, su Tercera Sinfonia que gusto mucho. Beatus Vir es una obra que le comisiono Karol Wojtyla cuando aun era cardenal y residia en Cracovia, para conmemorar el 900 aniversario del martirio de San Estanislao que fue asimismo obispo de esa ciudad, y se estreno en 1979 durante la primera visita a su patria del actual Papa Juan Pablo II. Con ella tambien se lucio la orquesta y de manera especial el coro, al que escuchamos como en sus mejores noches, luego de que nos habia parecido algo flojo en su mas reciente actuacion en la opera, con Elixir de amor. Se desempeno como solista el bajo Nikita Storojev que es ruso de nacimiento pero entendemos que ha permanecido largo tiempo entre nosotros, como lo evidencia el hecho de que habla bien el espanol. Tuvo una actuacion destacada, sobria pero de calidad, y solo advertimos que tenia cierta dificultad al emitir las notas mas altas, lo que posiblemente se debio a que la parte que canto es mas bien para baritono. Como en otras composiciones del mismo autor, en esta logra una expresividad de gran hondura y es asimismo intensa la atmosfera sonora en que aparecen cambios muy notables: de la suplica angustiosa hasta una evidente liberacion final, como ocurre al principio de la obra con una reiterativa intervencion del coro cuyo tema luego es retomado por el solista. Fue una suerte que en esta edicion 1995 del Foro Internacional de Musica Nueva Manuel Enriquez haya habido oportunidad de conocer estas obras de dos de los compositores mas representativos de lo mejor de la musica de la actual centuria. .