SECCION CULTURA PAG. 35 CABEZA: El Boris de Tarkovsky en San Petersburgo CREDITO: ENESIMO NEMO Con desilusion habiamos visto y oido hace unos anos la grabacion en video del Boris Godunoff en el teatro Bolshoi, con el bajo Nesterenko en el papel central. Una puesta mas bien deslucida, que resulta muy pobre aun comparada con la antigua cinta sovietica con el bajo Alexander Pirogov. Nos hemos consolado por no haber hallado nunca algun video de esa opera con el insuperable Boris Christof, pues cuando menos ya tenemos en la mano el album video-laser del Boris filmado en el gran teatro Marinsky de San Petersburgo en abril de 1990, con la misma produccion original del desaparecido Andrei Tarkovsky (1932-1986), que la monto en el Covent Garden en octubre de 1983, con Claudio Abbado al frente de la orquesta. Asi lo hace constar en la presentacion de este album, Irina Brown, que fue as istente de Tarkovsky en aquel estreno y que fungio como co-directora de Sthepen Lawless en la puesta en escena que aqui comentamos. La edicion hecha con base en estas filmaciones del teatro Marinsky es ejemplar, muy sobria y consistente, con la orquesta y los coros de la opera de Kirov, al mando de la cual se encuentra desde hace muchos anos el aun joven conductor Valery Gergiev (nacio en Moscu en 1953 y lleva mas de 20 anos en el estrellato), en coproduccion con el Covent Garden y con un reparto encabezado por el gran bajo ingles Robert Lloyd (que cumplia 50 anos de edad en 1990), al que no esperabamos ver encarnando y cantando tan bri llantemente el papel del Boris, que posiblemente ningun bajo de lengua inglesa habia interpretado de ese modo admirable, desde que lo hiciera el canadiense George London. Dramatica y vocalmente versatil, Robert Lloyd cumple ya un cuarto de siglo incursionando en todos los repertorios y lenguas (Verdi, Mozart, Wagner, Offenbach, Debussy) y es poseedor de una profunda y bella voz de bajo cantante que le permitio abordar con energia y presencia notable el imposible papel del zar Boris. En la representacion acompanan a Lloyd otros brillantes cantantes rusos: en primer termino, Alexei Steblianko (el falso Dimitri), Olga Borodina (Marina) y el bajo Sergei Leiferkus, que personifica energicamente al siniestro jesuita Rangoni. En el extenso reparto cantan estupendamente el tenor Yevgeny Boitsov (el principe Shuisky), Alexander Morosov (Pimen), Vladimir Solodovnikov (el Inocente), Vladimir Ognovenko (Varlaam) y la mezzo Larissa Dyatkova (el zarevitch Feodor). La siempre codiciable obra maestra de Mussorgsky luce esplendorosamente en esta equilibrada puesta, cuyo nudo dramatico central es el "drama de conciencia" que atormenta al zar Boris desde la escena de la coronacion, como esta planteado en la obra de Pushkin y al que, como sabemos, hubiera querido el compositor reducir la opera. Solo debido a las presiones de los empresarios y las divas moscovitas, Mussorgsky accedio a escribir para el estreno las escenas romanticas entre Marina y Grigory, tanto como la des lumbrante polonesa que acompana su encuentro a las margenes del Vistula azul. Mussorgsky habia sonado en una tragedia exclusivamente criminal y oscura, sin ilusiones ni amores. Cedio a reganadientes cuando los empresarios le dijeron: Una opera sin personajes femeninos y sin sopranos! Que vamos a hacer con la divina Julia Platnova el dia del estreno! El Boris, tal vez junto a la Carmen de Bizet, el Don Giovanni de Mozart, La Traviata de Verdi, y unas cuantas mas, es de esas operas irresistibles para todos los publicos. La del ruso es uno de esos excepcionales momentos de iluminacion que se producen dentro de una obra particular, y en el contexto de numerosas obras de creadores geniales que no consiguen emular la fortuna milagrosa de un autor como Mussorgsky. La prueba de la invencible perfeccion y la potencia seductora del Boris, ha sido para mi la confesion que me hiciera hace unos anos mi amigo Gerardo Deniz, acaso el mas empedernido y culto antioperomano que conozco. La confesion, palabras mas, palabras menos (y pongo de testigo a Jose de la Colina), fue la siguiente: "Por una audicion o una filmacion del Boris Godunoff seria capaz de renunciar a mis principios antioperaticos." .