SECCION INF. GRAL. PAGINA 2 CABEZA: CREDITO: Elena Poniatowska A Brigida Alexander la conoci en 1951 o 1952. Era la productora de un programa de television cuando el teatro televisivo era un bebe que apenas gateaba. Brigida traducia obras de Moliere y de Feydeau, de Giraudoux, de Jean Anouilh y de Marcel Achard y el gran actor de su compania era Antonio Passy. Como Brigida se mantenia muy cerca de la cultura francesa, creo que la vi por primera vez en el IFAL (Instituto Frances de America Latina) o algo asi. Era tan guapa, tan garbosa, tan decidida que la crei espanola . Siempre identifico al garbo con Espana. Brigida les ganaba a todas las castanuelas en concierto, un sonido de mil castanuelas la precedia siempre. Estaba muy enamorada y eso la energizaba mas aun de ser posible. Era un dinamo, una revolvedora de concreto, una central de energia, una planta nuclear, una lanzadora de bolidos, una motoconformadora. Me propuso que actuara en una obra El hombre que caso con mujer muda. Yo era la mujer muda de sombrero amarrado bajo el menton y crinolina. No me pago nada pero si me regalo una foto con Antonio Passy y Luis Gimeno, creo. Era gritonsisima y me advertia: "No abras la boca, pareces tonta", porque a falta de palabras tenia yo una sonrisa sempiterna de labios semi-abiertos en mi cara de luna. Despues quiso contratarme para que actuara en otra obra pero me tenia que dar un beso en la boca el hermano de Antonio Passy y me negue: "Eso nunca". "Que tonta eres, nunca vas a ser una buena actriz. El beso es de a mentiras". Me puse a llorar porque era Hija de Maria y Rub an Bleu y la Virgen de Lourdes estaba esperandome en el cielo y ese beso impediria mi ascenso. Ya no segui siendo actriz pero si segui a Brigida Alexander en su camino por la vida, la visite en su casa y una vez que se puso a vender telas en un changarrito diminuto en la calle de Amsterdam me hablo: ¨No tienes un vestido floreado? Ninguna muchacha puede ser feliz si no tiene un vestido de muselina con flores. Trae a tu mama y dile a ella que traiga a sus amigas. A Brigida le brillaban mucho los ojos, los dientes, las mejillas, el cabello negro. Despues tuve acceso a su intimidad, a sus tres hijos, alumnos, creo, del Liceo Franco Mexicano, Didier, Alberto y Susana, los tres rubios, los tres timidos, los tres palidos, prudentisima y un tantito desencantados frente a una ruidosa y rotunda mama que caracoleaba por los cuartos de la casa. Alguna vez, Brigida me recibio en su recamara. "Pasale, pasale, anda que esperas". Estaba llorando sobre sus almohadas. "Es culpa de Antoine" me informo. Nunca habia visto a una mujer llorar por amor y la mire con una enorme curiosidad. Tres anos mas tarde, habria de ver a Pita Amor sollozar tambien sobre su lecho revuelto y tenderme la bocina de un telefono dictandome el numero: "Hablale, hablale, quiero saber si esta en su casa y no se me esta negando". Gracias a ellas dos, las torturas de la pasio n se me aparecieron como catastrofes mucho mas graves que cataclismos e inundaciones. Nunca he podido imaginar peores sufrimientos que los que inflige la pasion amorosa. A traves de los anos, seguimos en contaco. Con las canas, Brigida fue ocupandose cada vez mas de causas sociales: Amnistia Internacional, Derechos Humanos, organizaba recitales, conferencias, toda clase de eventos; hacia enormes listas de posibles integrantes, llamaba por telefono a uno y a otros durante horas y siempre con el mismo animo, dinamica, compulsiva, no cejaba en su esfuerzo que era cotidiano. Siempre hablaba con prisa y con una emocion verdadera que a mi me inhibia. Despues, con los anos, me hiz o amiga de esa nina rubia de enormes ojos azules que de vez en cuando aparecia tras de la puerta y se asomaba de puntitas a la recamara materna: Susana, Susana a quien amo entranablemente y la relacion con Brigida ya no fue tan directa, paso siempre por los amorosos brazos de Susana. Una vez, la vi actuar en Cuernavaca en un asilo para ancianos judios, una escena de puro cristal, tan perfecta, tan bella que aun la conservo en la memoria, una escena de amor entre dos viejos, Brigida me deslumbro por s u sabiduria. El estupido director de cine no incluyo la escena en la pelicula y desde entonces supe que jamas saldria adelante. Y dicho y hecho. Eclectica, Brigida abarco varios campos de la cultura y me pidio que hiciera el prologo a un libro que le publicaria Eugenio Mendez Docurro: Breve episodio de la vida de una mujer gorda y otros cuentos. El libro se publico en 1984. El prologo sigue a continuacion: "Asi como otras hijas le piden a su madre una licuadora, una bata o una blusa de regalo de cumpleanos, Susana Alexander solicito de la suya un monologo acerca de su vida para una obra de teatro. Primero Brigida Alexander se debatio: "¨Por que mi vida tan involuntariamente internacional?" Susana insistio, Brigida intento evadirse. "Una simple vivencia no tiene por que transformarse en drama o comedia. Todo lo quieres convertir en teatro". Susana gano la partida, Brigida escribio La Vieja. Pero antes h abia escrito los 14 cuentos que conforman el unico volumen de cuentos que publico precisamente Domes, la editorial de Eugenio Mendez Docurro que nunca ha recibido el merecido credito por haber publicado otras obras notables como Idolos tras los Altares de Anita Brenner, una antologia sobre Agustin Lara y otros titulos que desgraciadamente olvido... En La Vieja, a lo largo de 60 minutos y recurriendo a fotografias, cartas de familia, fragmentos de Goethe, de Hofmantal, de Holderlin sobre quien hizo su tesis, Brigida Alexander va regalandose su vida. Y que vida! la persecucion nazi, la guerra, el hambre, el exilio y el teatro. Actriz hasta la medula, incluso durante los anos de guerra, en la zona de ocupacion, su marido en la Legion Extranjera, Brigida participo en obras de teatro en Francia con el nombre de Brigitte Chatel. El exilio fin al, el mexicano, la obliga a ser madre, cocinera, nana, mesera, secretaria, actriz, maestra, vendedora, hotelera, productora. "No es una excusa, mas bien una tentativa de explicar mis fallas y fracasos". ¨Como se pueden comprimir 73 anos de vida en 60 minutos? Brigida lo logra en forma estremecedora, la misma en que logro vivir su vida dura y azarosa con una capacidad de lucha que supo heredarles a sus tres hijos: Didier, Susana y Roberto, los tres profesionistas, los tres apasionados, temperamentales, gene rosos y lucidos. Brigida, judia alemana nacio en Stuttgart antes de la Primera Guerra Mundial. Su padre y su marido, fueron soldados en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. A los cinco anos, la nina acuclillada en el sotano del numero 55 de la calle de H”lderlin oia caer las bombas sobre su ciudad como habria de escucharlas 20 anos mas tarde en el sotano del edificio numero 40 de la Rue Claude Terrasse, con Didier, su recien nacido entre los brazos. Stuttgart-Paris, Paris-Stuttgart, las dos caras de la misma moneda. E n Stuttgart no habia nada de comer salvo nabos con los que se confeccionaban todos los guisos. Ah, y mermeladas! Veinte anos mas tarde en Paris, solo habria "rutabagas", una suerte de camotes que atarantaban el hambre; la vida se repetia con una similitud asombrosa. Brigida habia cursado su bachillerato en Berlin y escrito su tesis precisamente sobre H”lderlin, el poeta en cuya calle vivio su ninez. En la escuela, el latin era obligatorio (y en muchas secundarias tambien el griego) y la joven sintio que entraba al grandioso mundo de la antigedad, la poesia, y sobre todo adquiriria la formacion necesaria para aprender idiomas. Con razon Brigida traduce del espanol al aleman, del espanol al frances, del espanol al ingles. Poseedora de cinco idiomas, la senora Alexander es traductora en la UNESCO y en otros organismos; en Amnistia Internacional, su conocimiento de los idiomas la hace invaluable. En Berlin, estudiante universitaria antinazi, en 1932 Brigida vio y escucho a Hitler hablar en la explanda Unter den Linden. Gritaba, gesticulaba, escupia, temblaba, aullaba, pero las mujeres lo aclamaron hasta quedar roncas. "Jamas dice Brigida mis companeros y yo pudimos comprender el misterio de esa atraccion. Mucho antes de la pelicula de Chaplin, Hitler nos parecio un ente grotesco, no pudimos tomar en serio a ese energumeno. Nos equivocamos; habia que tomarlo en serio no como hombre de Estado sino c omo fenomeno socioeconomico y sicologo en una determinada situacion politica". En la Universidad de Francfort, los estudiantes de izquierda leian literatura marxista y la comentaban; Brigida pudo constatar que muchos alemanes ingresaron a las filas del nazismo por el sueldo, los transportes y hasta el uniforme como en el caso del senor Hoffman. No por conviccion. "Obedecer ciegamente tiene sus ventajas", alegaba Brigida. Uno jamas tiene que tomar decisiones ni dirigir la propia vida. Mal que bien, a trompa talega, estrellandose contra los muros, Brigida dirigio su vida. La vivio lucha ndo y esa es la mayor leccion que pudo darle a sus hijos. En 1933 se hizo novia de un estudiante de leyes: Gerhard. Bailaban, esquiaban en Austria, reian, vivian en una buhardilla, se amaban, viajaban a Paris. Gerhard era apolitico. Una vez en el tren, un senor abrio un periodico. El encabezado enorme decia: El Parlamento Aleman Arde y en letras mas pequenas: "Fue obra de los comunistas". Su corazon latio desmesuradamente; de inmediato, la muchacha intuyo que no volveria nunca a ver su pais, que en ese instante lo habia perdido TODO; patria, hogar, estudios, y sob re todo el amado Gerhard. Gerhard era ario, Brigida judia. Gerhard tomo el tren de regreso a Alemania, Brigida corrio detras hasta llegar al final del anden gritando en aleman: Komm, wieder, Komm wieder, lass mich nicht allein... (Vuelve, vuelve, vuelve, no me dejes sola). Era la ultima vez que habria de verlo; la muchacha se dio cuenta que en esa gris manana de otono habia terminado irremediablemente una etapa, la mas feliz de su vida. De 1933 a 1942 a diferencia de un gran numero de refugiados alemanes en Paris, Brigida se reconstruyo a si misma por medio de sus estudios de arte dramatico. Aprendio a olvidar su amor por Gerhard, a matar al recuerdo y para poder pagar sus estudios, se volvio traductora. Tenia que ir a la Prefectura porque sus documentos debian renovarse; hacer colas, temer a los inspectores. Conocio a su futuro marido Alfredo Alexander y se casaron, se embarazo, pero Alfredo, por ser judio, fue trasladado a un campo de concentracion en que se le permitio elegir entre pasar a un campo de trabajo o alistarse como voluntario en la Legion Extranjera. Su marido escogio la segunda alternativa. Brigida contaba que de los 600 mil judios alemanes en 1933 en Alemania, solo quedaron 25 mil. Los que no fueron exterminados pudieron huir a otros paises, se asimilaron a sus nuevas patrias y ahora tienen hijos y nietos mexicanos, ingleses, franceses, israelies, australianos, norteamericanos. De Alemania salieron todos los grandes de la l iteratura, arte y ciencia: Einstein, Freud, Bertold Brecht, Sauerbruch, Ernst Deutsch, Elisabeth Berguer. Cortados de sus fuentes de inspiracion, incapaces de soportar el exilio, se suicidaron Stefan Zweigh, Kurt Weill, Tuchnlski y otros. Brigida es parte de esta emigracion; desde 1942 vivio y trabajo en Mexico; aqui formo a sus hijos, aqui tambien les dio calor de hogar, aqui lucho como leona. "Mi hija me reprocha no ser una mujer de paz. Tal vez nunca la haya tenido, algunas nacen con ella y saben conserv arla a traves de todas las tormentas de la existencia; para mi es una cuestion de naturaleza. Las emigraciones, sus odiseas y peligros no contribuyen a conservar la paz interior." En agosto de 1942. Clermont Ferrand aun era zona libre, pero los judios tenian que registrarse en la Alcaldia. Una tarde, a los Alexander les llego un telegrama del Consulado de Mexico en Marsella: "Sirvanse recoger a la mayor brevedad su visa mexicana en el Consulado de Mexico." Alli, Brigida escucho por ves primera el nombre de Gilberto Bosques, un nombre que ningun refugiado olvidara. Senor consul, ¨quien nos manda esta visa? No conocemos a nadie en Mexico. ¨No sera un error? No senora contesto Gilberto Bosques. Esta autorizado por nuestra Secretaria de Relaciones Exteriores. Mas tarde Brigida supo que con ayuda de Albert Einstein y Rudolph Uhlman, abogado en Nueva York, a ultima hora se consiguio esta visa que les salvo la vida porque de sus amigos judios de Clermont Ferrand ninguno sobrevivio. Por eso cuando a Brigida le preguntaban: "¨De donde es usted?", contestaba invariablemente: "De aqui de Mexico, porque aqui nacimos por segunda vez." Al llegar a Mexico, le impresionaron las panaderias, en Francia solo habia un pan humedo, gris y racionado; aqui refulgian como gemas los panques y las flautas, un pan de oro y miel, crujiente y tibio, espectaculo magico si los hay. Ya en Mexico, Brigida inicio su carrera artistica en la forma mas casual; se metio a ver un ensayo al unico teatro; el Ideal, de las hermanas Blanch: La familia cena en casa. Rio y exclamo en frances: "Cest marrant!" El senor a su lado pregunto: "¨Es usted francesa?" y cuando Brigida le respondio afirmativamente le pregunto si sabia actuar. "Je suis actrice. Monsieur". "¨Quiere usted trabajar en esta obra? Hay un papel de embajadora de Vicky que solo habla frances". El desconocido qui en hizo la propuesta era nada menos que Rodolfo Usigli. "Muy pronto quedo viuda dice Susana Alexander. Venia de la guerra y tenia que dar de comer a sus tres hijos. Vendio telas de seda, series de television, aparatos para sordera. "La doctora Alexander le hara un examen del oido". La entrenaron en Siemens y practico con nosotros, examinandonos a ver que tanto oiamos. Fue criadora de puercos, empezo con dos y llego a tener 56 color lila con manchitas verdosas, pero es increible el numero de epidemias que amenaza a la raza porcina! Fracaso y se convirtio en comerciante en sedas italianas, en una diminuta accesoria en la avenida Amsterdam; curiosamente rie Susana su mejor cliente era una criadora de puercos. Como secretaria pasaba momentos de angustia cuando oia el fatidico: "Leame el ultimo parrafo, senorita", porque su taquigrafia era mala. Sus jefes eran viejos, jove nes, banqueros, siquiatras, comerciantes en pimienta en Abisinia, en vinos y quesos finos, y todos le exigian la lectura de su prosa intrincada y carente de sintaxis. Mesera y maestra de ingles y de historia de Francia son otros de sus oficios. Representante de cremas de belleza y de perfumes que vendia de puerta en puerta llevando a sus gemelos, Roberto y Susana, de la mano. Fue pionera de la television mexicana, vendio series de television culturales y educativas; cursillo de quimica, de fisica, de histor ia del arte, de musica, de educacion vial; fue productora de television: Se levanta el telon, 70 programas, obras distintas, el teatro del mundo, directora, actriz, promotora. Mi madre nos creo un mundo fascinante concluye Susana porque a la casa llegaban a ensayar y yo los miraba fascinada. Influyo en mi vocacion como mi padre, quien era ingeniero electronico, en las de Didier y Beto. "No teniamos familia aqui ni amigos, no perteneciamos a grupo humano alguno; eramos la primera generacion de Alexanders en Mexico. Mi madre tenia que salir adelante a como diera lugar, y asi lo hizo y nosotros participamos en sus luchas, en sus conflictos. Mi madre se sale de cualquier estereotipo; un ser absolutamente pasional; de nina me resulto muy dificil pero ahora que la veo a la distancia me parece fenomenal. Hay que vivir asi como mi mama. De repente nos decia: "Hoy vamos a comer fuera", "Que lata pensabamos, que lata, sacar la mesa, preparar y llevar las cosas hasta alla", pero ella queria que cambiaramos de escenario. "Hoy vamos a escalar el Ajusco", y alla ibamos de dia de campo. Nos llevaba de vacaciones a hoteles de quinta, pensiones de Acapulco en que se caian las patas de las camas, los excusados no funcionaban, no habia mosquiteros ni mata moscas. Claro, eramos tres y mi mama cuatro. Para una senora que gana cuatro mil pesos haciendo traducciones es dificil responsabilizarse de tres hijos. Absolutamente pasional, todo lo hacia a los gritos, siempre a los gritos: "Donde estan mis lentes", de pronto en la madrugada, porque habiamos metido un perro de la calle, porque la basura, porque algo le dio miedo. Gritos. Finalmente, pienso que hay que vivir como ella, ningun "que pensaran los vecinos", "que no me vean, que no sepan". Un tremendo amor por la vida, un tremendo amor por la naturaleza. "Miren el sol bueno, un escandalo porque el sol habia salido, miren que rico esta eso se relamia, hacia aspavientos, pero que rico, es una delicia, pruebenlo, nunca probaran algo mejor en la vida, pruebenlo, mmm, de todo hacia un escandalo, del sol, de la luz. Primero me resultaban desconcertantes las manifestaciones de mi mama, pero ahora cuando veo la vida de otros companeros de escuela, pienso: "Que bueno que vivimos al modo de la gorda, que bueno que todo lo vivimos a fondo; el hecho de que tuviera que lanzarse a trabajar, hacer antesala para solicitar un empleo, vender de puerta en puerta, nos enriquecio barbaramente aunque vivieramos sus empleos, sus tragedias, en forma conflictiva. Trabajaba como un perro y de pronto llegaba toda derrotada y compartiamos con ella sus despedidas del trabajo, cuando la sacaron injustamente del Canal 11, todas las desilusiones horrendas y dramaticas que finalmente nos enriquecieron". "Los cuentos que integran el libro Breve episodio en la vida de una mujer gorda estan ligados a sus anos de guerra y de vida en Francia. La actriz Brigitte Chartel tenia un excepcional don de observacion, una perspicacia poco comun y lo demuestran sus relatos. En la estacion del Metro Montmartre, en Paris, seis personajes son testigos involuntarios de un suicidio. El senor R, domador de serpientes, se tira bajo el primer vagon. Sus companeros en el anden lo describen, hacen conjeturas, "yo se por que lo hizo", y Brigida, la autora, sigue a cada uno de regreso a su casa y los transforma en cuentos. El suicidio los ha perturbado. La senorita Rousseau entiende por fin el alcance de su propio fracaso; ante el cuerpo despedazado de un desconocido se pregunta a los 55 anos de edad cual sera el secreto para atrapar la felicidad. Amo a un hombre, lo espero sin darse cuenta de que "los anos pasan definitivamente". Durante este tiempo, tuvo la vaga impresion de que la vida se habia detenido o mas bien o no h abia comenzado. La verdadera vida con su dulzura y sus mil maravillas llegaria a recompensarla por su infinita paciencia. Pasan los anos, pasan los dias, la espera ya no es tregua sino forma de vida, la unica recompensa de la senorita Rousseau es la cotidianidad que acepta humildemente. Brigida nos informa que en todas las ciudades de Francia, Belgica, Alemania, Austria y Espana hay hoteles de la Esperanza y del Porvenir. En uno, le alquila un cuarto a Bernardo Salomon, otro de los testigos del suicidio, un perseguido como ella, un escritor deseoso de hundirse en el oceano de la multitud, no tener vida propia, escribir. Judio al fin, es perseguido por la policia y pierde hasta su cuarto de hotel, Brigida relata la perdida del Paraiso; el cuarto significaba la intimidad, la libertad, el lib ro sobre la mesa de noche, el cuaderno de escritura. Otro de los protagonistas es el senor Bonnet, vicepresidente de la Sociedad Protectora de Animales que quisiera cambiar de vida, pero despues de una comida en el restaurante y la busqueda fracasada de un antiguo amor, regresa a su sillon de costumbre y abre el periodico ante los ojos inquisitivos de su senora esposa. Antes de que el domador de serpientes cayera sobre los rieles, el hijo de Madame Peron, la otra testigo, recoge sobre el anden un cuaderno; es el diario del suicidado. Madame Peron lee entre otras muchas consideraciones: "Cuantas doctrinas de falso heroismo, resignacion sin sentido obligan a seres pensantes a deshacerse de su vida como si hubiera vidas de refaccion que nos esperan en alguna parte!" Un suicidio ha convulsionado seis vidas; Brigida resulta una habil y certera conductora de almas, mueve los h ilos de sus marionetas, detenta su destino, los libera solo para devolverlos a su punto de partida. La vida en eso; seguir el fluir del rio cuyo trazo esta disenado de antemano. Al menos asi lo vive Brigida y asi nos lo entrega a sus lectoras. En otro relato menos dramatico: Breve episodio de la vida de una mujer gorda, Brigida condena a su protagonista al fracaso; una derrota que pueda ser tan nimia como la de renunciar a la dieta y meterse a la cama, la charola del desayuno sobre el vientre, a comerse un filete con papas, tacos con mucha crema, pan con mermelada y mantequilla y una jarra de chocolate caliente. La Separacion solo manifiesta que el amado es irremplazable. Podria haber hombres mas nobles, mas crativos, mas tiernos, m as famosos pero carecen de algo esencial. No son el. Cada hombre existe una vez. Un hombrecillo llamado Alfredo viene siendo el papa de sus hijos Susana, Roberto y Didier. Sin falso concepto de la honra, sin frases rimbombantes, sin envidia ni malicia que envenenan el entusiasmo y la razon de ser, Brigida senala un camino, el de la vida plena. Susana me toma de la mano hace ya varios anos que la sigo, miro sus ojos dotados de gran clarividencia que a veces se empanan y anegan en lagrimas, y sigo sus pasos; no hay en ella ningun desmoronamiento interno. Camina, avanza, tiene un objetivo. Antes que ella, otra la tuvo: Brigida, su madre. La ruta ha sido abierta, el camino cort ado con el filo del machete. Brigida, afanosa, se aventuro por delante, nos precedio en la jornada. Brigida murio el miercoles 10 de mayo de 1995. Murio mientras dormia, su cabeza ahora de cabello blanco dentro de las almohadas que antes recogieron sus lagrimas de mujer apasionada. Murio en la amorosa casa de su hija Susana rodeada de sus tres hijos rubios y bondadosos (a ellos la bondad los precede, siempre que entran a un sitio, antes, entra la bondad) y de sus nietos y del cielo azul y caliente de Mexico, pais al que amo y se dio de cuerpo entero, de cabeza entera, de vida entera. .