SECCION INF. GRAL. PAGINA 4 CABEZA: CREDITO: Carlos Sirvent El proximo dia 28 de mayo habra elecciones para gobernador en el estado de Yucatan, lugar donde nacio Carlos Castillo Peraza, donde el PAN y el PRI han sido protagonistas desde hace varias decadas de conflictos poselectorales, y donde el PAN fue capaz de ganar la presidencia municipal de Merida en 1990, que por cierto concentra a cerca de la mitad del electorado de la entidad, y que por lo tanto es una de las claves en la actual contienda electoral. Para muchos analistas, estos son motivos suficientes para dar por ganador al PAN; sin embargo, para aquellos que no les basta esta informacion le agregan otra que consideran todavia mas importante por su caracter estrategico, que es el posible triunfo de Fox en Guanajuato, candidato panista a quien la prensa da como seguro contrincante de Castillo Peraza para obtener la candidatura presidencial para el ano 2000. En esta perspectiva, se dice que para la fuerza interna de Castillo Peraza es muy importante ganar en Yucatan, y asi reducir el impacto del triunfo de Fox. Este tipo de interpretaciones, que tal vez posean veracidad en algunos puntos, tienen la desgracia de basarse en calculos que poco tienen que ver con los datos duros que proporcionan los resultados electorales, y se detienen en consideraciones relativas a los intereses y deseos de los actores, como si estos fueran suficientes para determinar los resultad os. En Yucatan, a lo largo del ultimo decenio se advierte que el PRI no mantiene una votacion estable, en tanto que el PAN ha tenido un ascenso consistente a partir de la eleccion de gobernador de 1987, alcanzando su votacion mayor en la eleccion presidencial del 94, en que obtuvo poco mas del 40 por ciento de los votos totales, que significa mas de diez puntos por arriba de los resultados electorales en 1988. En contraposicion al desempeno en elecciones presidenciales que presentan una mayor cercania entre el PRI y el PAN, en las elecciones para gobernador de 1987 el PRI obtuvo mas del 80 por ciento de los votos, frente al PAN que apenas rebaso el 10 por ciento. Esta situacion, aunque un poco mas moderada, se vuelve a presentar en las elecciones para gobernador y ayuntamientos en 93, en las que el PRI se situa en alrededor del 60 por ciento de la votacion. Si vemos los resultados electorales por municipio, encontramos que en los de mayor tamano la competencia es mas renida, debido a que la presencia panista se reduce principalmente a las grandes ciudades, donde se concentra la mayor parte del electorado. Asi, en Merida, el PAN obtuvo en 1993 poco mas del 53 por ciento de los votos, frente al PRI que gano el 44 por ciento. La excesiva concentracion del voto panista, es la que explica que en 1990 haya ganado unicamente en seis municipios, frente al PRI que gano en 100, reforzandose tres anos despues, cuando el PRI gana en 101 municipios, incluido Merida, donde despues renuncio el PRI y entro el PAN. Hasta aqui, los datos demuestran que la contienda para gobernador sera sin duda una de las mas competidas del ano, aun cuando el PRI ha conservado un predominio claro en los ultimos anos, frente a un panismo en expansion pero con gobierno unicamente en municipios urbanos. La cuestion entonces es si dicha expansion panista se estabilizara o lograra dar un ultimo jalon que los lleve a la gubernatura. Para responder a esta cuestion no hay mas remedio que acudir a revisar la parte crucial de la actual competencia partidista, que es el perfil y popularidad de los candidatos, el estilo y penetracion de las campanas, asi como el impacto regional de la actual recesion economica. Esto nos retrae nuevamente a un tema de fuerte contenido partidista, y de dificil objetividad. Los priistas dicen tener la ventaja porque cuentan con el candidato mas experimentado y con una red firme de alianzas y compromisos; el PAN en cambio supone que el llamado voto de castigo contra el PRI sera el elemento determinante que lleve a los panistas al triunfo. Asi las cosas, Yucatan se presenta a un proceso electoral en que se conjugan un bipartidismo real, con pequena ventaja priista, y en el que las claves para el triunfo o la derrota se veran directamente vinculados a los aciertos y errores en la seleccion de los candidatos y en el desempeno durante la campana. En todo caso, sera un proceso ejemplar si a pesar de la lucha tan renida que viviran ambos contendientes, aceptan el triunfo de la democracia. .