SECCION CULTURA PAG. 34 CABEZA: El tibio pajaro de la sangre CREDITO: ALFONSO SIMON PELEGRI Esto viene siendo asi, mas o menos, porque mientras este educa a los espanoles en el sentido de darles una apertura y los devuelve a Grecia, y con ella a la moderna Europa, el poeta granadino los desenvuelve "a lo mas genital de lo telurico" segun afirmacion de Neruda: "Y este emparentamiento/enfrentamiento Lorca/Ortega confirma Umbral no es caprichoso ni ocasional, pues que se da simultanea y efectivamente en el tiempo, y es, cada uno de ellos, el unico fenomeno sociologico/literario que op oner al otro. No quiere decirse, ni mucho menos, que Lorca sea negativo y Ortega positivo para la sociedad espanola. Tampoco lo contrario." Un poco para ilustrar bajo un consenso genital la afirmacion nerudiana y la apreciacion de Francisco Umbral nada lejos de su "tampoquedad" de lo contrario en cuanto a la negatividad de Lorca y positividad del filosofo van seguidamente una frase de la interprete de cierta obra lorquiana, que no recuerdo en este momento, y una anecdota de Ortega. La primera se refiere, cito de memoria, a la protagonista del drama lorquiano. Una de sus amigas solteras le pregunta como siente la presencia de su primer hijo en las entranas. Esta le responde con otra pregunta: ¨Tu has sentido alguna vez un pajaro preso en el hueco de tu mano? Es igual, pero en la sangre. En cuanto a la anecdota, esta es protagonizada por el maestro Octavio Paz y Jose Ortega y Gasset. El lugar es el bar de un hotel frances en el que ambos mantienen una platica informal con algunos amigos. En la reunion se aborda el tema de la teoria y el empirismo de la sexualidad; tambien el de su "cajon y flores" sin remedio. En algun momento de la charla, Ortega se dirige directamente a Octavio Paz y entre el regocijo de los asistentes finiquita la cuestion con estas palabras: ¨Sabes? le dice, la erecci on es un pensamiento, y yo todavia tengo pensamientos. Este sucedido ilustra como Ortega jugaba con una gregueria, una suerte de gregueria al menos, con la cual Gomez de la Serna actuaba a veces. En cierta ocasion y va como confirmacion de esto ultimo viajaba nuestro escritor en uno de aquellos desvencijados trenes de los anos veinte, y tuvo la desdichada idea de ir a cenar al vagon-restaurante donde hubo de enfrentarse con un dizque solomillo todo correoso, duro como la conciencia de Judas, al cual no habia por donde hincarle el diente. Ante lo imposible, renuncio tras varios conatos inutiles de lucha para actuar su mejor gregueria: se levanto de la mesa y con toda calma envolvio en una servillet a aquel filete de dinosaurio, para ante la festiva algazara de los restantes comensales depositarlo cuidadosamente en el buzon de reclamaciones. Quisiera terminar remitiendome a donde comenzaba, es decir, al principio de estas consideraciones sobre arquetipos y otras especies, asi como acerca de la propuesta de Francisco Umbral referente a un retorno a Grecia desde el Romancero lorquiano o desde la sociologia. Tambien, conjuntamente, con la reiteracion del logos sobre el cual se determinaria genitalmente Ortega y que tanto celebraria posteriormente el maestro Octavio Paz. Item mas, ahora que tan demagogica como oportunistamente se habla de dialogo, propongo oponer a su excesivo blabla inutil el incomible filete de Ramon Gomez de la Serna, cuya reivindicacion con el propio cuerpo del delito ahora si, de corpore insepulto no precisaba del desperdicio del dialogo ni tenia vuelta de hoja. Y es que lo de que la historia, y hasta la cronica, sea maestra de la vida esta en pie. Lo de que no le hagamos mucho caso es otro cuento... y asi nos va. ******** .