SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: Cultura mexicana en USA, utopias y realidades CREDITO: Eduardo Lizalde* Entre los dias 26 y 29 del pasado mes de abril, asisti en la ciudad de Chicago al gran homenaje rendido al poeta Octavio Paz, dentro del Festival que anualmente organiza el Centro Museo de Bellas Artes Mexicanas en aquella ciudad, en colaboracion con el Intituto de Artes de Chicago y el patrocinio de otras instituciones publicas y privadas. Mas de mil personas asistieron, pagando una cuota de diez dolares por su ingreso, al Auditorio Rubloff del suntuoso Museo de Chicago para escuchar la lectura del poeta, y cuatro centenares mas de personas (pagando una cuota varias veces mas alta), al banquete ofrecido en su honor en el antiguo Hotel Palmer House. Tambien muy asistida estuvo en el Centro Museo de Bellas Artes Mexicanas (situado en el antiguo barrio polaco de "Pilsen", y hoy conocido como "La Villita"), la lectura que dentro del homenaje al poeta hicimos escritores de cinco distintas generaciones: Antonio Deltoro, Veronica Volkow, Aurelio Asiain, Luis Ignacio Helguera y el que esto escribe. Sorprende el entusiasmo de la numerosa comunidad mexicana y latina de la Ciudad, y la generosidad de los ciudadanos y autoridades municipales para aplaudir y alentar presentaciones como estas (entre otras muchas que conforman el Festival), aunque tambien preocupa y conmueve la escasa y desfigurada informacion que sobre la cultura y la realidad de nuestro pais se manifiesta en el dialogo con el publico de origen latino y en las conversaciones con los jovenes poetas y narradores que editan revistas de reduci da circulacion local. Desfiguraciones, utopias y desinformacion que, naturalmente, no son sino el cardillo, el reflejo empobrecido de las que campean en nuestro tambien subdesarrollado ambiente cultural nativo, donde mal pueden tener solida conciencia y formacion politica ciudadanos que no leen ni la prensa diaria, y de esa mala informacion se aprovechan, aqui y alla, los fulgurantes y negociantes demagogos de siempre, que acuden a las ciudades mexicanas (o a las norteamericanas a su alcance), con los mas faciles, oportunistas, sobados y desgastados "mensajes revolucionarios": Viva Zapata!, Vivan los nuevos zapatistas rebeldes de Chiapas!, Viva Mexico y muera el imperialismo!, Mueran los dirigentes mexicanos del sexenio anterior! El problema de la marginalidad social de las comunidades latinas, chinas o negras, en las mayores urbes norteamericanas, es complejo, y responde en los distintos casos a diferentes circunstancias historicas, lingisticas, geograficas, politicas y economicas. Pero la marginalidad de una comunidad como la mexicana en Chicago (se sabe que hay alli 700 mil personas de origen mexicano, mas que en muchas capitales del interior de nuestra Republica), no se resolvera con demagogia ramplona y malas (ni buenas) pintu ras de Zapata o de Francisco Villa, en los muros de La Villita, los mismos emblemas que la "mexicana" mafia gangsteril de Los Angeles utiliza en esta ciudad, para los propositos y actividades que conocemos. El trabajo que desarrollan los dirigentes del Centro Museo Mexicano en Chicago es admirable y encomiable, y seria la base de una verdadera renovacion de la perspectiva social de esos sectores, realmente beneficiosa para la comunidad mexicana, si estas instituciones tuvieran el auxilio que requieren por parte de los organismos culturales publicos y privados de Mexico. Al salir de nuestra lectura en el barrio mexicano, Octavio Paz elogio la labor de los organizadores del Festival y, con su habitual lucidez les dijo: "la unica verdadera salida para la comunidad latina es la cultura... hay que luchar porque se done a este centro un importante acervo de arte mexicano..." La propuesta es justisima: no hay que hacer "arte aca" ni "arte alli", sino arte en una palabra. No se entiende por que, en una ciudad bellisima arquitectonicamente, como Chicago, no hay esculturas de artistas mexicanos frente a las de Calder, Miro, Picasso, Moore o Dubuffet. šNo se verian mejor una reproduccion de la preciosa espiga de Rufino Tamayo o una escultura de Juan Soriano en la calle Michigan que alguno de los decantados grafitos que hay en las paredes de La Villita? La propuesta es viable, y hay mucho que decir sobre ella, pues en la gran Ciudad hay muchos recursos disponibles para apoyar proyectos importantes y bien pensados. El Museo de Arte Contemporaneo, que hoy no es sino una pobre casita en la calle Ontario, exhibe ya la maqueta del monumental edificio para el disenado y, junto al mismo, la placa metalica que hace constar las donaciones de varios millones de dolares ya aportados por personas e instituciones para sustento de la obra. *ESCRITOR Y ENSAYISTA .