PAG. 2 SECCION: INF. GRAL. CABEZA: Un partido a la defensiva CREDITO: JACQUELINE PESCHARD* Mientras en la epoca de la hegemonia indisputada, el partido del gobierno fue el impulsor de medidas liberalizadoras que ampliaban los espacios de participacion para lubricar al sistema politico, en el contexto actual de crisis de regimen que venimos padeciendo, el PRI parece haber perdido esa capacidad, quedando confinado a la posicion de un partido a la defensiva, sobre todo en lo que toca a las iniciativas de reformas politicas. Lejos de ser un instituto politico que propone modificaciones al marco legal para avanzar en la concrecion del ya prolongado reclamo democratico, el PRI ha quedado reducido a una entidad dedicada a frenar, en lo posible, las exigencias de reforma de una oposicion con mas recursos politicos para impulsar sus demandas. Las mas recientes reformas electorales, tanto en el plano federal como en el local, han sido virtualmente arrancadas del PRI a partir de la mayor presion ejercida por los partidos de oposicion. La mecanica misma de las reformas ha respondido a este hecho, en la medida que el PRI ha difundido sus propuestas una vez que la oposicion ha puesto sus cartas sobre la mesa. Un partido en estas circunstancias dificilmente puede pretenderse un actor activo dentro de los procesos de cambio politico que ya estan en mar cha, accidentada o no, en nuestro pais. Seguramente en un intento por tomar la delantera en el debate sobre la reforma politica del Distrito Federal, la semana pasada la directiva nacional del PRI propuso la eleccion directa del jefe del gobierno capitalino, lo cual representa un avance significativo, en la medida que el PRI siempre se ha resistido a poner en juego la plaza del DF, no solamente por su importancia politica, sino porque ha sido una entidad particularmente competitiva. Es, incluso, un progreso importante, si consideramos que la refo rma de septiembre de 1993 despues de grandes jaloneos habia conseguido apenas la eleccion indirecta del jefe del Distrito Federal. En efecto, la relevancia politica de la propuesta del PRI, que ciertamente recoge una demanda ya vieja de la oposicion, reside en el hecho de que se abre a la eleccion directa, con lo cual despoja al Presidente de la Republica de la facultad de nombrar a un funcionario suyo a la cabeza del gobierno de la sede de los Poderes Federales. Con esta propuesta, la disputa sobre autoridades diferentes dentro de un mismo territorio se resuelve por la via de la delimitacion de las competencias politicas entre la cabe za del gobierno federal y la del gobierno capitalino. Sin embargo, el corolario de la propuesta priista impide ubicarla como una posicion de ofensiva politica del tricolor. El PRI acepta la eleccion directa del jefe del DF a cambio de que se aplace, hasta la eleccion de este en 1997, la de los Consejos Ciudadanos Delegacionales que legalmente deberia realizarse en junio de este ano. Es cierto que la eleccion de los consejeros ciudadanos de las delegaciones capitalinas no podra llevarse a cabo el mes que entra, en virtud de que la Asamblea de Representantes no ha aprobado la Ley de Participacion Ciudadana que normaria dicha contienda comicial. De hecho, los partidos politicos habian acordado ya que se reformara el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal para modificar la fecha de la eleccion de los consejeros y realizarla en noviembre de 1995. Aunque el PRD ha rechazado esta pretension del PRI, el PAN ha sido el partido que mas claramente se ha opuesto a este aplazamiento de dos anos en la eleccion de los consejeros delegacionales, en la medida que el si se ha mantenido en la mesa de negociaciones para la reforma capitalina. En este sentido, el argumento esgrimido por el PAN en cuanto a que se esta rompiendo un acuerdo interpartidario que quedo plasmado en el Estatuto de Gobierno de julio de 1994 es dificil de refutar, como tambien lo es su afirm acion de que el PRI no desea exponerse a una contienda electoral durante este ano de profunda crisis economica. Mucho se ha insistido en que posponer la eleccion de los Consejos Ciudadanos Delegacionales obedece a que los partidos politicos no se han puesto de acuerdo sobre dos temas: si seran funcionarios o servidores publicos y si el metodo de escrutinio sera mayoritario o de representacion proporcional. El problema de su identificacion es menor, porque tiene que ver solamente con el estatuto que regiria el desempeno de los consejeros; en cambio, el del esquema de representacion es de mayor sustancia, porque el esp acio delegacional deberia ser aquel que recreara mas fielmente la pluralidad politica de la ciudad de Mexico. Si la Asamblea Legislativa seguira siendo de composicion mixta, los Consejos Ciudadanos Delegacionales deberian conformarse a partir de la formula proporcional. No obstante, el nucleo de la discusion sobre los consejeros ciudadanos delegacionales esta en la fecha de su realizacion, y ya no hay mucho margen para la negociacion entre los partidos politicos. El Estatuto de Gobierno del DF tiene que ser modificado durante el periodo extraordinario de sesiones del Congreso de la Union que se inicia este lunes, porque ya no habra otro antes de junio, que es cuando estaba estipulada la eleccion. De ahi que ya haya empezado a intervenir en la negociacion tanto el gobierno capitalino como la propia Secretaria de Gobernacion, proponiendo una fecha intermedia: 1996. Es probable que con esta propuesta intermedia se llegue a un acuerdo con Accion Nacional, pero el PRI habra perdido la oportunidad de colocarse en una posicion de ofensiva reformadora que seria la que podria restituirle una funcion mas activa, no solamente de cara a los cambios politicos que la sociedad demanda, sino a la luz de su relacion con el gobierno, que cada vez se muestra mas diferenciada y en detrimento del partido. .