SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: Pierre Boulez/ II CREDITO: ENESIMO NEMO La resistencia a la musica nueva (a todo el arte, la ciencia y el pensamiento nuevos), es fenomeno universal, no solo de las provincias culturales y los provincianos del primero, el tercero y el quinto mundo. Ahora que Pierre Boulez cumple setenta anos de edad, y a cuarenta anos del estreno de El martillo sin maestro (Le marteau sans maŚtre, 1955), continua siendo un compositor desconocido para el gran publico, y aun para los especialistas, como no sean ellos verdaderos estudiosos, coleccionistas y defensores de la musica nueva, entre los que cuento eruditos y respetados amigos; uno de ellos no es un musico, sino un eminente arquitecto: Teodoro Gonzalez de Leon; otro es, naturalmente, el explosivo y archiconocedor de todos los generos Jose Antonio Alcaraz, para no hablar de Mario Lavista y otros reconocidos compositores y melomanos mexicanos, con los que hemos hasta sonado en escribir una nueva opera. Ya en las ediciones de 1977 y otras posteriores de The Oxford Dictionary of Music, es impresionante advertir la casi absoluta y otras veces plena ausencia de celeberrimos creadores musicales nacidos en la decada de los 20 y de los 30. Alli por ejemplo, se encuentran rigurosamente ausentes los nombres de P. Glass (1937), o de Gorecky (1933), y no hay mas que cuatro lineas sobre el polaco Krzystof Penderecky (1933, y ya desaparecido) o sobre el propio Pierre Boulez, a quien solo se dedican cuatro miser as lineas y se le anota como compositor de la "most advanced school", discipulo de Messiaen y conductor, eso si, de eminentes orquestas, como las de Cleveland o la de Nueva York. Lenta es la digestion de lo nuevo y dificil la prediccion de lo que habra de ocurrir para las obras nuevas, aun para los profesionales. Ya hablamos de ese tema en la pasada nota, rememorando una entrevista registrada hace veinte anos con Carlos Chavez. En cambio esto es realmente regocijante y curioso, suelen descubrir (por negacion) la grandeza de estos desconocidos, los mas incultos melomanos de nuestro ambiente rockero mas elemental, que aficionados al grito, al ruido plano y a los decibeles sin musica, compran de pronto discos de Glass o de Gorecky en los estantes donde se exhibe la mas primitiva musica new age y descubren con enfado que han sido enganados con obras verdaderamente indigestas para su estomago y su oido de granaderos. En el aniversario de Boulez, que como ya dijimos ha celebrado su cumpleanos en suntuosos conciertos primaverales del Carnegie Hall, con la London Symphony, Maria Ewing, Jessye Norman y obras de Ravel, de Webern, de Berg, de Boulez, de Stravinsky, de Messiaen, no terminamos de referirnos sino de paso a un aspecto fundamental de su hazana como conductor e interprete de genio. En el esplendido Dictionnaire des InterprŠtes, de Alain Paris (1982) en el que colaboran una multitud de especialistas y musicologos de diferentes nacionalidades, hay una importante frase; "a partir de la musica contemporanea, Boulez ha vivido la historia de la musica en sentido inverso". Afortunada observacion en esa justiciera nota de varias cuartillas sobre la obra del frances. La observacion es muy feliz, porque no es facil comprender de que manera un ejecutante, un director de orquesta puede convertir una antigua sinfonia, un poema sinfonico, una opera wagneriana en algo "nuevo", sin deformarla, reinventarla en el sentido textual del termino, sin hacer modificaciones de concepcion en el trabajo original del compositor. Pero el asunto es claro para los profesionales de la musica, yo creo, y a eso se debe que se hayan convertido en codiciables versiones las versiones que Boulez ha grabado con las obras de sus mas admirados musicos (Webern, Berg, Bartok, Stravinsky, Ravel, Wagner, etcetera), asi tambien haya expresamente discrepado de sus ideas musicales y de la vigencia de su estetica para los actuales tiempos. "Vivir la musica en sentido inverso", quiere decir: vivirla con un oido que no tenian los contemporaneos de ciertos musicos y sus seguidores. Percibir frases, efectos, sonidos, juegos orquestales de fondo, melodias aparentemente secundarias, ritmos, juegos de percusiones que lectores mas superficiales de una partitura "apagan", ensordecen dando preferencia auditiva a las melodias centrales, por razones de gusto, de oido "antiguo" y de epoca. Lo cual comprueba que los interpretes de los grandes compositores no escuchaban lo mismo que el autor a la hora de interpretar la obra, y que a distancia, con el oido afilado de quienes han estudiado a fondo todas las versiones y penetrado en el texto original de las partituras desde el podium, pueden siempre descubrirse aportaciones ineditas. Eso es lo que ha hecho Boulez. Eso es lo que ha hecho Solti. Eso es lo que han hecho todos los grandes conductores e interpretes de la historia. .