PAG. 28 SECCION: INTERNACIONAL CABEZA: Cuba y el breve espacio CREDITO: MARTHA AGUILAR Durante mas de tres decadas, Estados Unidos y Cuba han mantenido sus desaveniencias con cierta consistencia, hasta podria decirse que en este prolongado juego en el cual cada uno ha medido sus fuerzas, resultaba predecible. Es decir, al ambiguo juego de Estados Unidos se esperaba la respuesta rapida y astuta del regimen de Castro, pero nunca el acercamiento, la negociacion. En este contexto cobran cierta improtancia los temores que desperto el acuerdo migratorio entre ambas naciones. Es probable que diversos actores esperaban ver a una administracion obligada a recibir a los refugiados cubanos de la base militar. Esta opcion hubiese implicado haber dejado la puerta abierta a Estados Unidos para aquellos caribenos que quisieran emigrar a ese pais. Sin embargo, el acuerdo logrado con La Habana cierra ya por completo esa posibilidad, tanto para Cuba como para cualquier pais de la region del mar Caribe. Con Cuba fue un acuerdo expreso, con los demas paises riberenos es uno tacito, una senal bastante clara de la posicion que mantendra la potencia mundial ante la pobreza emigrante de otros paises. En cierta forma, la negociacion bilateral fue un movimiento en el que las dos partes pueden salir ganando al otorgarles un respiro. Para Cuba, el acuerdo significa un "breve espacio" en el ambiente de tension que genera una poblacion que busca salir de su economia asfixiante. Para Estados Unidos es tambien un "breve espacio" ante las presiones por negarse a recibir a una migracion no deseada y las acusaciones de violentar los derechos humanos en el hacinamiento de Guantanamo o en la repatriacion de balseros .. No obstante, todo espacio tiene sus limites, y el delicado equilibrio entre las fuerzas politicas norteamericanas en torno al tema cubano parece modificarse levemente gracias al acuerdo migratorio. No cabe duda que, en lo que respecta a la politica exterior norteamericana hacia Cuba, hasta el peso de un alfiler altera el balance entre las fuerzas, de ahi que para la ultraderecha Clinton sea hoy un presidente dispuesto al acercamiento con la isla. Para esta tendencia ultraconservadora la situacion parece estar bien definida, empero este acuerdo ofrece varios puntos de analisis y salidas interesantes para la administracion norteamericana. Para la comunidad cubano-americana y para el Partido Republicano, y sus provocaciones de senalar un decidido acercamiento con el regimen cubano, se les confirma que un acuerdo elaborado dentro del mas puro pragmatismo americano no implica un cambio en la politica exterior hacia la isla. Tambien se le arrebata al Partido Conservador estadounidense la intencion de explotar al affaire cubano en tiempos electorales bajo la promesa de "revisar seriamente" la politica hacia ese pequeno pais. Esto no se asegura pero tampoco se niega, lo que si es claro es la continuidad de la posicion ambiga norteamericana. Y en consistencia con esta posicion que se ha mantenido durante tres decadas, no se aclaran ni se niegan las expectativas del gobierno cubano -expresadas a traves del presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcon- en cuanto al trato concedido a su pais: el de la igualdad, "como los demas Estados del mundo". Esta afirmacion tampoco se confirma ni se niega. Ni Estados Unidos ni Cuba se comprometen a dar un paso mas, simplemente se dan un breve espacio mientras sus fuerzas internas calman sus impetus. Egresada del Centro de Periodismo Internacional de la Universidad del Sur de California .