SEC. INF. GRAL. PAG. 4 CINTILLO: Polemica CREDITO: CABEZA: ¨Que pasa en Morelos? Algo realmente torcido pasa cuando la sociedad entera es testigo de un acto horrible en el que una gavilla de bandoleros asalta a una combi en la que viajaban el conductor y siete pasajeros, cuatro de los cuales asaltan al resto, les quitan sus pocas pertenencias, retienen al chofer y dueno del automovil, le dejan en libertad unas horas despues, se dirigen a un poblado cercano, compran y consumen cervezas y al poco rato son linchados por una turba enfurecida que ya no creia en nada, mucho menos en el imperi o de la ley, y que deja sus cuerpos yertos, exanimes, frente a la municipalidad, sin la menor intencion de declarar o denunciar a los directamente responsables del multiple homicidio y convocando, asi, a una complicidad colectiva que pone los pelos de punta. Se dira que en un pais donde un grupo numeroso de indigenas chiapanecos, encabezados por uno que no lo es, se levanta en armas y tensa con sus acciones a toda la sociedad, o donde un personaje extrano actuando solo o bajo las ordenes de sabe Dios quien asesina a un candidato a la Presidencia de la Republica, o en el que se repiten los secuestros de prominentes y acaudalados hombres de negocios, un suceso como el de Axochiapan, Morelos, es apenas un dato anecdotico, nada para preocupar ante la magnitud de lo s eventos antes mencionados. Pero se equivoca quien asi lo piense. El imperio de la ley de la selva, es decir, aquel en donde todos se hacen justicia por mano propia y donde la ley se aplica a conveniencia de los poderosos y nunca o casi nunca en favor de los que menos tienen, no es mas que la antesala de situaciones explosivas como las que presenciamos en Chiapas el primer dia de este convulsionado 1994. La excelente cronica de Ruben Garcia Huerta sobre el linchamiento de Axochiapan, pero, sobre todo, la fotografia de los policias auxiliares de Santa Rita, dan cuenta de una situacion en extremo tensa y delicada en una entidad que acaba de renovar a su gobierno y que es -nunca hay que olvidarlo- la cuna del movimiento del Caudillo del Sur. Los habitantes de esa region no son pandilleros ni complices de estos por naturaleza. No se puede considerar -y seria un error de elevados y gravisimos costos politicos y sociales asumirlo asi-, que el linchamiento es un asunto del fuero comun sin complicaciones posteriores. Hace pocos meses, muy cerca de Axochiapan, en el municipio de Jonacatepec, agentes de la Policia Judicial del estado fueron detenidos por una poblacion enfurecida porque elementos de esa corporacion hacian barbaridad y media, incluido el asesinato de dos jovenes del lugar (cito de memoria esos acontecimientos). Los policias fueron liberados solo cuando el entonces gobernador, Antonio Riva Palacio, se apersono y acepto entregar a la custodia de las autoridades de la localidad a los responsables del crimen. Los robos, asaltos y secuestros de gente pobre en la zona ocurren con regularidad insolita. Es una violencia diferente a la de Sinaloa o Tijuana, pues no hay indicios de que el narcotrafico este involucrado, pero similar en cuanto a su frecuencia. Se trata de acciones desesperadas por parte de pobladores que ven burlada su dignidad y a los que la autoridad no presta la atencion que la gravedad de los hechos amerita. Todavia esta fresca en la memoria colectiva la terrible fotografia del grupo de bandoleros ajusticiados por una poblacion de Oaxaca y colgados en diferentes arboles de la localidad, en advertencia para quienes quieran atreverse. Lo de Axochiapan, ocurrido el jueves pasado, es el mas grave caso de violencia que afronta el gobernador Jorge Carrillo Olea en su brevisima estancia al frente de la administracion morelense. El linchamiento tuvo lugar menos de 24 horas despues de que el sucesor de Riva Palacio rindiera su protesta. El asunto es muy sencillo: en esa zona de Morelos no se aplica parejo la ley. Y los habitantes de Axochiapan, Jonacatepec, Marcelino Rodriguez y otras poblaciones de la entidad, simplemente, estan hartos. Es un llamado de atencion no solo para la sociedad de Morelos, sino para el pais entero. Nueve candidatos a la Presidencia de la Republica se encuentran recorriendo el pais y todos han encontrado en el tema de la inseguridad ciudadana, una de las principales preocupaciones de trabajadores, amas de casa, estudiantes, campesinos y empresarios: gente comun pues. Los periodistas y analistas complacientes, han otorgado a la gestion de Antonio Riva Palacio un 10 de calificacion y han querido casi glorificar su gobierno. Puede ser que en otros rubros, el ex gobernador tenga esos merecimientos, pero en el de seguridad publica francamente esta reprobado. Cuenta Ruben Garcia en su cronica de El Nacional que un grupo de agentes de la Policia Judicial del estado detacado en Axochiapan, decidio enviar a un grupo de investigadores al lugar de los hechos. Sin entrar en detalles, el cronista consigna que en municipios de esa zona han tenido lugar sucesos sangrientos, que involucran a elementos de esa corporacion y que los investigadores no tuvierno exito en sus pesquisas. Era natural: Nadie quiere saber nada de la Policia Judicial estatal en esa region. Conviene reproducir estos dos parrafos de la cronica, solo para ilustrar el grado de desconfianza y la desazon que embarga a los habitantes de Axochiapan y Marcelino Rodriguez: "Hubo un momento de tension cuando algunos hombres, bajo los efectos del alcohol, arengaron a los pobladores en demanda de justicia, tratando de justificar su accion. Como que trataban de decir que los muertos habian cometido un delito y fueron castigados, relato el representante del Ministerio Publico, Elguea Hernandez. "La actitud, sin embargo, no fue secundada por la mayoria. Las autoridades judiciales lograron sacar los cadaveres hasta la madrugada del viernes 20, una vez que los lugarenos estuvieron seguros de que nadie seria detenido por el crimen". Hace falta que la justicia llegue a ese rincon de Morelos. El gobernador Carrillo Olea tiene la palabra. .