SECCION INF. GRAL. PAG. 2 CABEZA: Benitez: la ensenanza definitiva de los indios CREDITO: Despues de su segundo libro La ruta de Hernan Cortes deslumbrado por Bernal Diaz del Castillo y por William Prescott, Fernando Benitez, escritor, periodista, maestro de generaciones de reporteros y criticos de arte y padre del periodismo cultural en nuestro pais decidio escribir los cinco gruesos volumenes de Los indios de Mexico y una antologia de mas de mil paginas, publicados por ERA y, para ello abandono su vida de citadino, sus idas a los mejores restaurantes, su vida nocturna, sus trajes cortados a la medida, sus corbatas de seda italiana, sus mancuernillas y su carro deportivo y viajo a la Tarahumara, vivio entre los mixtecos, los mayas, (Ki, el drama de un pueblo y de una planta) los lacandones que tambien son mayas, los coras, los huicholes y otros aun mas pobres, mas abandonados. "Los indios me ensenaron a no creerme importante. Yo naci muy pedante, de una familia que se creia el exito total. Por eso yo era el mas orgulloso, el mas elegante, el mas audaz, el de las mayores conquistas, naci pedante, naci fino, siempre tuve la buena facha que me ves y vivia creyendome lo maximo. La primera leccion que me dieron los indios fue la de no creerme importante lo cual es una ventaja verdaderamente extraordinaria. "La segunda fue aprender a conocerme a mi mismo y por lo tanto a conocer a los demas. "La tercera: tratar de llevar una conducta impecable; es decir i-rre-pro-cha-ble. Eres irreprochable cuando consideras sagrados a tus semejantes y no solo a tus iguales sino a los animales, a las plantas, a los mares y a los cielos. "La cuarta; entender en que consiste la democracia y ahora estoy seguro de que el unico gobierno democratico que existe en Mexico es el de los indios y no figura en la Constitucion". Fernando Benitez no canjeo la carrera de escritor por la de antropologo. "Yo nunca me he llamado antropologo, no lo soy, nunca tampoco me he denominado historiador, no lo soy, y sin embargo los antropologos me consideran un enemigo porque no sigo las reglas de la antropologia puesto que no la estudie. ¨Que soy? Soy un escritor, no un novelista, no un poeta, no un ensayista sino un escritor. Un cronista. Hice dos incursiones en la novela con El Agua Envenenada y El rey viejo. Aunque han tenido exito me parec en muy superiores mis libros mal llamados de antropologia que no solamente se publican sino que se traducen a diversos idiomas cuando los libros de los que se dicen antropologos no se traducen. Cuando viene algun gran antropologo me busca a mi y jamas los busca a ellos. Asi sucedio con los dos sabios Roger Heim y Gordon Wasson expertos mundiales en hongos alucinantes que me buscaron a mi porque tuve una experiencia no solo magica y mistica sino moral al ingerirlos". Los antropologos son unos parasitos "Creo que Octavio Paz tiene toda la razon al decir que la antropologia mexicana esta muy atrasada. En realidad, los antropologos son una serie de parasitos sentados en sus cubiculos discutiendo puras estupideces. En cambio yo, tomo un avioncito, llego a Guadalajara o a Tepic, me voy a la sierra y aparezco en una cabana platicando y conviviendo con los indios. Antes de conocer a los huicholes, mirame bien, yo era mucho mas estupido de lo que soy ahora. Mi primera visita a los huicholes fue hace muchisimos an os; fue el primer grupo que visite y me hice llevar en una avioneta una serie de viveres desde la ciudad de Mexico. Me disponia yo a comer un sandwich suculento de jamon holandes con mayonesa y mostaza francesa de Dijeon y de pronto vi que me rodeaban veinte indios, no me pedian nada, solo me estaban viendo, yo ya le habia dado la primera y deliciosa mordida a mi sandwich y al verlos comprendi inmediatamente que hacia muy mal. Les dije entonces: -Vengan, sientense, vamos a comer. "Y de una sentada se terminaron mis viveres de las proximas dos semanas. Bebimos vino frances, nos hicimos sandwiches de pate, nos acabamos el queso Gruyere, el Gouda y los 5 Camenberts, el salmon, las multiples latas, todo desaparecio en ese banquete. "A partir de ese momento comi y vivi como los indios, y claro perdi cinco kilos. No habia un solo huevo. Mi dieta consistio en frijoles, tortillas; en tiempo de nopales, nopalitos y tunas y eso era todo. Ademas me sento divinamente porque yo regresaba a Mexico guapisimo y lleno de fuerzas. Un hombre muy delgado es siempre elegante, su silueta esbelta hace que todo le siente. Un gordo es repugnante. No fue malo para mi vivir en estado de hambre, algunas veces encontrabamos una gallina que compartia, otras ve ces, en el rio Chapabacana, vi que un indio que pescaba saco un pez de este tamano. Me le acerque y le dije: ¨Por que no te estas un poco de tiempo mas y sacas dos, un pescado te lo comes tu y un pescado me lo vendes a mi? No me contesto. Penso seguramente que yo era tonto. Tenia toda la razon porque yo no conocia entonces una serie de principios basicos de su cultura". La experiencia mas importante de mi vida "Volvamos a los hongos alucinantes. Fui uno de los primeros en probarlos. Esta monstruosa ciudad nos enajena, nos enferma, nos desquicia -prosigue Fernando Benitez, autor de Los demonios en el convento. El libro de los desastres, 1992 ¨Que celebramos, que lamentamos?- creo que yo he fumado un millon de cigarros, tengo enfisema pulmonar controlado, pero aun ahora, ligo la escritura al cigarro y dificilmente puedo empezar a escribir si no tengo un cigarro en la mano. Fui a la sierra de Huautla muchos anos ant es que los hippies con una amiga Beatriz Braniff que estaba sufriendo una criris nerviosa muy intensa. Tomaba su automovil deportivo y corria en las noches por las carreteras a 120, a 150 km/h, creo que con el deseo de matarse. Le dije: Beatriz, yo te voy a curar con los hongos alucinantes. Avise al Instituto Indigenista, llegamos Beatriz y yo a Teotitlan del Camino que es un lugar sagrado; alli nos esperaba un jeep del instituto que nos llevo a Huautl de Jimenez. Vi a Carlos Inchaustegui, el si, un gran an tropologo y le dije. Queremos comer hongos. Inchaustegui, que acaba de llegar a Huautla y no sabia aun mucho, respondio que me iba a llevar con un brujo, dueno de una tienda. Fuimos, el dueno de la tienda saco una baraja muy sucia, la puso en el mostrador de su tendajon y dijo: Bueno, las cartas son favorables, ven esta noche y los llevamos a tomar hongos. "Estamos tomando cafe cuando aparecio un hombre de cabeza blanca, Gordon Wasson que en la sierra llamaban: El gordo guason. Yo nada sabia de Gordon Wasson pero hace muchos anos, casado con una doctora rusa vino a Huautla a celebrar su luna de miel y su mujer vio el campo lleno de hongos y comenzo a recogerlos, el era un banquero riquisimo y le dijo: No hagas eso, pueden estar envenenados; ella respondio: que envenados ni que envenenados! La mujer seco los hongos, se los llevaron a Estados Unidos y el doctor Gordon Wasson comenzo a interesarse en los hongos y sus propiedades. Escribio un primer libro notable: Rusia, hongos e historia que publico la misma editorial que lanzo mi: La Ruta de Hernan Cortes y asi nos conocimos. Gordon Wasson es un gran estudioso; dividio la humanidad entre los que comen hongos y los que no los comen. Me aconsejo que viera yo a la profesora Herlinda que si conocia bien a la chamana Maria Sabina, la oficiante de las ceremonias de los hongos y asi despache al del tendajon y nos fuimos con Gordon Wasson y entramos en contacto con la magica sacerdotisa Maria Sabina. Ingerimos los hongos por pares y con chocolate para quitarles lo amargo. La ceremonia tiene varias etapas; primero de risa loca, ries hasta las lagrimas lo cual ya significa un principio de catarsis y te alivias llorando. Yo me reia como un loco despues de haber tomado a mis hongos casados, es decir un hongo mujer y otro hombre con una mordida de chocolate para liberar los acidos. Despues entre a un periodo de visiones extraor dinarias, haz de cuenta, un despliegue de alfombras persas de dibujos maravillosos. Pase luego al de los sonidos; escuche sonidos que jamas habia oido, vi las cosas iluminadas por una luz que no tienen. Roger Heim, el gran cientifico frances, amigo de Wasson (hicieron varias expediciones juntos) hablo siempre de la belleza de la luz. El fenomeno consiste en descorrer un telon y la descubres como realmente es. En nuestra vida diaria, una especie de mica, de plastico te la empana y te impide ver la belleza de la luz, su color y las formas dentro de la luz. Claro, es tan deslumbrante el espectaculo que corres el peligro de perderte, pero la chamana, Maria Sabina te va guiando. Palmea, canta, baila, se mece, te reconforta, te da la mano y de acuerdo al cantico de la india Maria Sabina, de las entonaciones en su voz y sus palabras incomprensibles van cambiando tus visions. Ella te llama para que no pierdas el sentido: Fer-nan-do, Fer-nan-do y te sobresaltas y gracias a que te palmea en los oidos llamandote por tu nombre, rompes una secuencia de visiones para iniciar otra. La mas impresionante es cuando sientes que vas a conocer una verdad oculta, la verdad de todas las cosas, la verdad suprema y que esto te convertira en un dios. Es el ultimo periodo y es de ascension mistica. Por ejemplo, permaneci cuatro horas bajo la lluvia sin sentirlo. Tuve reminiscencias muy dolorosas; las infamias, las vilezas que he cometido en mi vida y que son muchas y que habia guardado en mi subconsciente para que no me molestaran. Dura nte esa etapa me pregunte sumido en la mayor angustia: ¨quien soy?, ¨que he sido? ¨que he hecho? Soy un miserable. Algunos norteamericanos que han tomado los hongos, al llegar a esa ultima etapa y saberse una basura, desesperados se tiran a los abismos. Huautla es un lugar muy alto circundado por barrancas. "Creo que esta catarsis es buena porque aprendes a conocerte a ti mismo pero es tremendamente dolorosa. Todavia bajo los efectos de los hongos me llevaron a otra choza y Beatriz Braniff entro detras de mi y me pregunto: ¨Quien eres? Le respondi: Soy un dios, ya no necesito anteojos. Veo. Cogi mis anteojos los estrelle en el suelo, se hicieron pedazos. La chamana Maria Sabina me acosto y me cubrio con unos sarapes y permaneci no se cuanto tiempo perdido completamente hasta que pude volver al mundo real, pur ificado, limpio y desde luego, infinitamente mas sabio y mas sensibilizado. Claro, tambien sin anteojos! Desgraciadamente, tuve que reponerlos al llegar a la mostruosa ciudad de Mexico". Gran admirador de Sahagun, de Bartolome de las Casas, Fernando Benitez conoce a fondo todo lo que se refiere a la Conquista y ha descrito en forma apasionada y febril como fueron arrasadas las culturas indias, destruidos sus templos y sus piramides, esclavizados los hombres, las mujeres, los ninos, anatemizadas sus creencias. De que Benitez sabe describir y sabe analizar lo demuestran sus libros. Desde Los primeros mexicanos" hasta la Historia de un Chaman Cora, la misma vitalidad amena recorre la cosmogoni a prehispanica y el sufrimiento y la devatacion de los pobladores originales de Mexico. La historia dira si Benitez es o no antropologo, por lo pronto, podemos asegurarles que cuenta con un sin fin de lectores que recurren a su prosa para saber cual es la situacion de la tierra magica del peyote y en general de todas esas regones incognitas, esas sierras boscosas, esas selvas tropicales en las que siguen viviendo los mexicanos mas pobres, los mas abandonados. .