SECCION: CULTURA PAG. 37 CABEZA: Rossi, en plena fuga... CREDITO: ALEJANDRO ORTIZ GONZALEZ Yo pienso, con angustia y banalidad, que la vida se escapa. Rossi En plena fuga entre al mundo de Alejandro Rossi. Del tiempo detenido pase al lenguaje, a las visiones, a los instantes y al "imperio de lo efimero", no ya como un gran edificio que se desmorona bajo el soplo, sino a la edificacion de un orden en suspenso, levitativo, de fatalidad y premoniciones. Lo mismo el preso que se sabe retenido en un espasmo de tiempo sin tiempo, lei En plena fuga, espacio e instantanea, misma explosion que Viaje a la semilla de Carpentier, al ver y oir y enmudecer ante la casa que se retracta. Sin sospecharlo, La fabula de las regiones llego para quedarse, con ese siempre silbo que circunda a Mutis, a Borges, a Cortazar con su perseguir que es perseguido en el espejo de un vagon en plena fuga, que se "escapa por rendijas que no son ni el tiempo ni la escandalosa muerte... fisuras insidiosas de la vida cotidiana, obra de roedores, no de demiurgos." Empatado con Martinez Rivas y Supervielle, Rossi ha ingresado por una de esas lineas espaciales a otra empresa de Vuelta, con su Diario de guerra. Trayecto siempre, viaje sin retorno, la prosa de Rossi es una prosa sin prisa, poderosa por sencilla, por sencillamente precisa que nos rompe la cabeza de tantas vueltas de tuerca, "giros de faros", tonos y matices que se adelgazan en la voz del que escribe y en esas letras se escurre, se disipa y huye. El placer de la escritura lo es tambien por la escritura, para, desde, entre ella. A fuerza de pensar oficio militar contra la bruma, Rossi ha terminado por saberse pensado a cada pulso, concienca de la anticipacion y la angustia por querer asirlo todo ("beber y en la embriaguez asir la vida"), deseo fugitivo que "alejandose avanza". No hay destino, solo camino y ansia, inteligencia que se desata. Alejandro Rossi (Florencia, 1932), venezolano enraizado en Mexico, es autor "No quiero enganar a nadie diciendo que soy filosofo" de Lenguaje y significado (FCE), Manual del distraido (Joaquin Mortiz, Anagrama, FCE y Monte Avila), Suenos de Occam (UNAM), El cielo de Sotero (Anagrama), La fabula de las regiones (El Equilibrista) y Diario de guerra (Vuelta), relacion de sus hechos personales a lo largo de veinte anos de correrias por la vigilia de la mente y la imag inacion. Breve, casi escaso repertorio, su obra merece como ha sucedido el mayor reconocimiento de critico y acriticos, tipicos y lucidos, simples lectores, que hemos encontrado eso que todos buscamos, viento en la frente, alerta total de los sentidos, inteligencia y fiebre. Los relatos y narraciones hospedados en este volumen, diario de esencias mas que de brevedades, no pueden sino confirmar lo expuesto por Rossi en el epilogo, "prosa seca y de humor extravagante", juego de la utonomia del lenguaje, aventura de lo minimo: "un lapiz, un clavo, un sombrero yo incluiria unos calcetines verdes". Y como aquel que disfruta agregando puntos sobre el papel hasta formar un rostro, un arbol o un amorfo cuarto de trebejos, asi Rossi invierte sus talentos siembra sus dotes, Lavin dixit en el empeno de pulirlo todo, no con la meticulosidad del necio, sino mas bien con el afan del que escribe sabiendo que "pensar sin [vivir] con ahinco, con perseverancia, sin voltear siempre hacia la derecha y hacia la izquierda, es un disparate". .