PAG. 40 SECCION: CULTURA CINTILLO: MUSICA DE CAMARA DEL SIGLO XVII AL SIGLO XX CABEZA: LA ORQUESTA DE LA COMUNIDAD EUROPEA Y LA FONTEGARA CREDITO: ROBERTO GARCIA BONILLA El jueves pasado se presento el grupo de musica barroca La Fontegara, formado por Richard Luby (violin), Maria Diez-Canedo (flautas transversa y de pico), Gabriela Villa Walls (viola da gamba) y Eloy Cruz (guitarra barroca y tiorba) acompanados del baritono catalan Josep Cabre quien entre 1991 y 1992 dirigio el proyecto Los caminos del barroco al frente del conjunto frances La grande ecurie et la chambre du roy. En este concierto, celebrado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, se escucho musica instrume ntal y vocal del siglo XVII. Es sorprendente como esta musica, excepcionalmente escuchable en vivo, puede alcanzar tantas variantes interpretativas. La Fontegara y Cabre mostraron una pulcritud sonora que ciertamente se distingue del barroco aleman que alcanzara su culminacion en J.S. Bach. Por ejemplo, en la coleccion de canciones Affetti Musicali de Biagio Marini (1587-1663) quien fuera, hacia 1615, violinista en la orquesta de Monteverdi la linea melodica es llana; la voz del Cabre destaco por su timbre pastoso y profundo con un tem po flexible, observable a lo largo de todo el programa. Pero este aspecto que podria ser una sutileza reconocible para los especialistas, aqui transforma la idea de una obra que al no tener el estilo ornamentado, caracteristico de final del barroco, se designa de inmediato como musica antigua. La utilizacion de los instrumentos de la epoca definira aun mas tales caracteristicas. El violin barroco, ademas de utilizar cuerdas de tripa, tiene una afinacion mas baja que la utilizada a partir del siglo XIX, el s onido por tanto es menos grueso. En el Jubilent omnes de Giovanni B. Riccio, el violin, la flauta y la viola de gamba produjeron una textura y volumen mas semejantes a la musica renacentista en su homogeneidad imitativa que al recargamiento de los adornos tipicos del ultimo barroco. En este sentido, el programa presentado por La Fontegara que incluyo tambien musica de Turini, Grandi, Stradella y Scarlatti estuvo mas cerca de la musica renacentista que posee una especie de "clara oscuridad" que del barroco contapuntistico bachiano. A la lim pieza sonora de los interpretes se anadio la libertad expresiva de los tiempos que Richard Luby infundio al resto del conjunto. Asimismo, la voz de Cabre sobresalio como un solista insuperable en este genero. Un dia antes en la sala Netzahualcoyotl se presento la Orquesta de Camara de la Comunidad Europea con su director-concertador, Eivind Aadland, orquesta que se habia presentado en octubre pasado en la misma sala. Las obras escuchadas fueron propias de su repertorio, es decir, para escucharse en un espacio pequeno; sin embargo la acustica de la sala fue ideal. El sonido del conjunto es mucho mas homogeneo, y su textura mas equilibrada que hace siete meses. El programa fue variado y abarco desde Johann G. Grau n (Concierto para flauta de pico soprano, violin y cuerdas), hasta Metro Chabacano, del compositor mexicano Javier Alvarez (1956) que mas alla de su nombre anecdoticamente citadino, es una obra muy convencional, donde las alusiones al lugar y al transporte parecen estar en el reiterante bullir de un ostinato que recorre toda la obra, y cuyos motivos tematicos derivan de esa reiteracion. Aadlan y sus conjunto lograron una version impecable de esta obra que se esta conviertiendo en una especie de hit de la mu sica mexicana contemporanea. Tal vez uno de los divertimentos mas conocidos de Mozart es le catalogo del K. 136 en re mayor. Esta version destaco por la exactitud de sus unisonos y un tenso fluir de lineas melodicas que dejaron una textura rica; por momentos la musica desbordaba sus rasgos caracteristicos de sencillez. El solista mexicano que antes toco acompanado de Helena Rathbone el concierto de Graun alcanzo uno de los mementos climaticos de la noche con el Concierto para Flauta de pico, cuerdas y bajo continuo en do mayor de Vival di, una obra encubierta por abigarradas frases virtuosisticas que Horacio Franco domina mas alla de la tecnica con expresividad propia. La OCCE concluyo el concierto con una soberbia version de la Serenata para cuerdas en mi mayor de A. Dvorak. Este conjunto logro todo el caracter, digamos intimo, de una obra de camara donde los detalles de intensidad y homogeneidad entre los instrumentos fundamentan la interpretacion. Sonoridad nitida y a la vez intensa, en una sala como la Netzahualcoyotl. Los conciertos comentados son un ejemplo de que puede escucharse musica con un nivel interpretativo de excelencia en la ciudad de Mexico y muchas veces tiene una audidencia pobre, como en el caso del de La Fontegara, por falta de una difusion apropiada. .