SECCION: ESPECTACULOS PAG. 41 CINTILLO: LO NUEVO CABEZA: Beck, estertores de fin de milenio CREDITO: XAVIER QUIRARTE En la contraportada del cuadernillo del disco Mellow Gold, entre una serie de objetos en lo que parece ser un tiradero de basura, destaca una alcancia de juguete destartalada. Es el hombre de barbas de chivo, sombrero de copa y smoking que alguna vez fue reluciente Tio Sam y ahora se ha convertido en simil de la decadencia del imperio, en una figura devaluada que pulula entre desechos. Majestuoso, "El ultimo hombre despues de la guerra nuclear" (escultura creada por alguien llamado simplemente Eddie) toma su lugar en la portadilla del disco para erigirse en un ominoso signo de los tiempos. En las fotos interiores, Beck, el joven de la sudadera, 24 anos tremendamente vividos, posa con una guitara acustica al hombro que lleva adheridas varias calcomanias, una de ellas es la bandera de su pais colocada hacia abajo. La otra cara de la America para los americanos esta contenida en las canciones de Beck y su debut discografico Melow Gold (Geffen, 1994), una contundente declaracion de que el rock no ha muerto, aunque se roce con los bajos fondos. Beck es la voz del desencanto y la frustracion, el espejo empanado en el que estamos obligados a reflejarnos porque no pudimos pasar al otro lado. Pero el de Beck no es un canto planidero, sino la voz de quien ha visto todo demasiado pronto y puede contarlo con la vitalidad de un joven (harto creativo, por cierto) criado literalmente en las calles de Los Angeles. Beck ha recorrido la jungla de asfalto recogiendo desechos aqui y alla para armar sus canciones y restregarnoslas en la cara desde "Loser", la pieza que abre el disco para espetarnos: "Soy un perdedor, nena, asi que ¨Por que no me matas?" A lo largo de Mellow Gold hay referencias a una epoca del rock en la que Beck no habia nacido. Si bien las influencias son definitivas en su estilo, estas han sido asimiladas y deglutinadas para permear en composiciones de un estilo propio. La desventura de vivir los ultimos estertores del milenio es una de las preocupaciones centrales de las canciones escritas por Beck. Voces asfixiantes en piezas como "Truckdriven Neighbors Downstairs (Yellow Sweat)", "Sweet Sunshine" y "Mutherfuker" son certeros y dolorosos ganchos al higado provenientes de un canto exasperante que lucha por sobreponerse al ruido y a las instrumentaciones contundentes. "Nitemare Hippy Girl" es la historia de la mujer con dedos huesudos que se quedo en el viaje cosmico cocinando ensaladas para el desayuno. Ella, canta Beck, "es una belleza tragica.../ es testigo de su propia gloria.../ tiene un millar de esposos solitarios.../ es una historia interminable.../ ella medita con el diablo". La psicodelia ronda el primer disco de Beck, pero no en calidad de pieza arqueologica, sino como un objeto que insertado en un collage adquiere otra lectura. Esto es mas evidente en piezas como "Steal My Body Home" (en la que hay otra referencia a Satan: "el diablo es tu unico amigo") y "Blackhole", un sueno harrisoniano en el que Beck nos dice: "Despierta, despierta, nada va a lastimarte". Despues de "Blackole", tras varios segundos de absoluto silencio, una serie inconexa de sonidos enloquecedores nos ind ican que el disco ha terminado, pero sabemos que la pesadilla sigue rondando a la vuelta de la esquina .