SECCION: ESPECTACULOS PAG. 40 CINTILLO: Es solo rock, pero me enferma CABEZA: El lado oscuro y perverso de las Fancaris CREDITO: XAVIER VELASCO Y tu... ¨a que tribu perteneces? ¨Eres de los que se cuelgan aretes de plumas, o de los que prefieren el oregano? ¨Te pones venenoso con el fierro pesado, o se te afloja el cartilago por las migajonadas de Loverboy? Pues bien, queridos integrantes de las tribus amigas, amigables y no beligerantes de la ciudad y el campo, ahora si viene la pregunta gorda... ¨Conocen ustedes a las Fancaris? Quiero suponer que no, y en consecuencia les prevengo a tiempo: se trata de una tribu integrada por fieras e irreduct ibles amazonas, cuyo temperamento implacable y despiadado resulta bien conocido por quienes son frecuentes victimas de sus espantosos, perversos rituales. Escribo estas palabras en solidaridad con una buena amiga -muy amiga y todavia mas buena- que se halla desquiciada por el abuso al que han sido sometidos tanto sus derechos como sus izquierdos humanos. Una manana como cualquiera, mi amiga fue sintiendo la desagradable comezon causada por un sonsonete cochambroso que de pronto se entrometia en su version remasterizada del Dark Side Of The Moon. Al principio, quiso culpar del desaguisado al te de yerbabuena que recien se habia echado al tanque. Pero unos instantes despues descubrio la temible neta: un camion mudancero escupia los muebles y efectos personales de su nueva vecina. Entre las posesiones de la mujer que habitaria un departamento contiguo al suyo iba una grabadora prendida a volumen de megafono de estadio, y una manta bordada de lentejuelas plateadisimas. Cuando, atarantada por el sonsonete, mi amiga pudo leer lo escrito en la manta, supo que alli, del otro lado de la pared que la veia despertar todas las mananas en su sexycam ison blanco, habitaria una Fancari. Si el nombre Fancari no les dice aun algo concreto, me permitire documentar su horror con un solo guion: Fan-Cari. La vecina -chaparrita, boludita, afrogrena y acento de la costa- era una fan de los Fantasmas del Caribe. Imposible esperar que la grabadora alguna vez callara. Al principio, mi amiga decidio resistir. Una tarde saco del armario la cinta de Front 242 que le dejo un ex novio sicopata y, con las bocinas apuntadas hacia el departamento vecino, disparo numerosas y nutridas cargas de artilleria. Sin embargo, cada vez que tendiase un breve puente de silencio entre una y otra cancion, a los oiditos de mi amiguita llegaba el graznido persistente de la infernal grabadora. A dos horas de iniciada su ofensiva, mi amiga miro por la ventana de la cocina un espectaculo que la pa smo: en la guardia de la Fancari habia no una, sino por lo menos diez grabadoras, cada una pegada a la oreja de una Fancari diferente, que bailaba sola con el aparato al hombro. La vecina estaba de fiesta: todas las grabadoras sintonizaban la misma estacion radial y las Fancaris -entre las cuales descubrio, llena de horror, a varias vecinas del edificio- parecian disfrutar de la musica tanto como de los comerciales. Desde entonces, todas las ofensivas de mi amiga contra su infernal vecina han naufragado en el mismo mar, y la verdad es que ya no conserva muchas esperanzas: lo que esta pobre mujer le hizo a sus padres, endilgandoles por anos y a riguroso gevo los aullidos machines de Dave Lee Roth y los pujiditos punalones de Boy George, hoy lo paga padeciendo a una vecina que usa las mismas tacticas de ablandamiento que una vez ella empleo contra sus infortunados progenitores. Efectivamente, diletos amigos: si los Fantasmas del Caribe y sus estruendosas fans logran irritarlos hasta la jaqueca fronteriza con l a meningitis, ello no es sino el karma que ustedes pagan por las felonias que un dia cometieron. Los gruperos, tanto como los numerosos subgeneros que se les han afiliado, utilizan las mismas tacticas que los rockeros y, en mas de un sentido, son sus hijos. No les extrane, pues, amigos felones, oir a estos espectros reventandose covers vomitables de esas tonadas que, cuando las cantaba el agelo Guzman ya sonaban horrendas. El siglo se acaba, el plastico sigue ganando terreno, las tribus enemigas nos traen asoleados. Sospecho que mi amiga y ustedes y yo tendremos que aguantarnos como los machos. Y por cierto, mientras nuestras tribus se agrupan y deciden si van a resistir o a infiltrar al enemigo, me permito cerrar este espacio con una propuesta urgente. Cierta vez el anejo Paul (no el de John y Yoko, sino el de Peter y Mary) afirmo que basta que una persona cante para que los demas sepamos si es sincero, porque la cancion es un oficio que se ejerce desde el alma. Asi, el peloncito Paul exigia que los candidatos a puestos de eleccion popular fuesen siempre requeridos para cantar en publico. Me perm ito proponer a los organizadores del proximo debate de candidatos que, antes de abordar los Temas de Interes Nacional, se echen unos gallitos frente al publico televidente. Quemanseme las habas por ver al barbon gorgoreando "Satisfaction". .