SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CINTILLO: Razones CABEZA: La caida de Diego Valades CREDITO: Jorge Fernandez Menendez El viernes se escribio el capitulo final de la corta estadia de Diego Valades al frente de la PGR. El ahora ministro de la Suprema Corte duro solo cuatro meses en esa responsabilidad y su labor, a pesar de los esfuerzos realizados, termino en un fiasco. Es verdad que a Valades no lo ayudaron muchas circunstancias, pero tambien que cometio errores graves: no solo la PGR no tomo en sus manos, con la firmeza suficiente, la investigacion del caso Colosio -lo que practicamente obligo a construir la subprocuraduria especial a cargo de Miguel Montes-, sino que, ademas, retrocedio espectacularmente en el combate al narcotrafico y en el control global de seguridad (los secuestros de Harp Helu y Lozada fueron demostracion de ello). Tenemos en primer lugar el caso Colosio. Valades cometio el grave error de tomar posicion a favor de la tesis del asesino solitario desde pocas horas despues del atentado. Un desmentido posterior de Valades -en el cual quiso culpar de la confusion a los medios- no lo ayudo en nada a mejorar la situacion. Lo ocurrido con los videos del asesinato -que nunca se especifico con claridad de donde provenian, pese a que, como informamos en este espacio, existe informacion, fidedigna de que fueron entregados a un co laborador de Colosio la noche misma del asesinato en el Hospital de Tijuana e inmediatamente despues entregado a la Procuraduria-. El compromiso adoptado con los obispos de que antes del 21 de agosto estarian plenamente esclarecidos los asesinatos del cardenal Jose Posadas Ocampo y de Colosio. Opiniones como la vertida el 12 de mayo a El Pais de Espana en la que vuelve a desestimar la tesis de una conjura e incluso la existencia de un autor intelectual: todos ellos fueron puntos en contra de la PGR que no c ontribuyeron en nada a mejorar la credibilidad en la justicia. Quizas todo esto hubiera tenido una importancia menor si el combate al narcotrafico hubiera mostrado resultados positivos. No fue asi: en unos pocos meses se perdio lo que Jorge Carpizo habia logrado durante el ano anterior. Carpizo (y en buena medida su antecesor Ignacio Morales Lechuga) habia logrado darle un marco idoneo al combate al narcotrafico, trascendiendo sus aspectos tradicionales: Valades, no establecio en su estrategia antitrafico los contactos entre la venta e introduccion de drogas a Estados Unidos en sus relaciones con la demanda de consumidores en aquel pais; con la necesidad de una politica de prevencion en las naciones consumidoras; con la miseria que priva en vastos sectores sociales de los paises productores. Sin enmarcar la lucha contra el trafico en esos parametros, esta resulta, desde un principio, una lucha perdida por las autoridades de las naciones productoras. Jorge Carpizo, habia logrado, dentro de su estrategia, hacer destacar que no se trata de un problema nacional, exclusivo de Mexico, sino de un problema mucho mas amplio y que tiene en Estados Unidos un aspecto nodal para lograr su resolucion. Paradojicamente cuando la administracion Clinton decidio dar un paso atras y establecer su estrategia en base al trafico de drogas, olvidando los aspectos preventivos y de demada en su pais, aqui la PGR -que debio dar la contraofensiva en ese aspecto- dio tambien un pa so atras. Mas grave aun, el combate contra el narcotrafico perdio los rostros y olvido la participacion de la sociedad. Carpizo logro dos exitos importantes en su gestion en la PGR: mostro la division del narcotrafico en carteles y zonas de interes y a los narcotraficantes les puso nombre y rostro, ademas de que a esos rostros los dio a conocer masivamente y fijo recompensas para quien informara sobre ellos. La gente de la calle pudo identificar asi al narcotrafico con un rostro, un nombre y un apellido. Gracias a el lo pudo seguir redes, porque seguia hombres. Esto, como la historia de los carteles, hoy se ha perdido. Ya no tenemos una historia sino capitulos aislados de una lucha difusa. Valades tampoco otorgo al Instituto Nacional para el Combate a las Drogas el lugar que requeria en la estrategia. La creacion del Instituto tuvo una finalidad muy concreta: concentrar responsabilidades en el y dejar a la PGR, como institucion, el control global del combate para no afectar la imagen de la PGR en forma directa. En la actualidad, por el contrario, la imagen del Instituto se ha ido perdiendo mientras la PGR y el procurador asumieron todos los costos implicitos con el combate al narcotrafico. El problema es mas grave. El combate a las drogas estuvo manejado, este sexenio, primero por Javier Coello Trejo. No compartimos en nada sus metodos y finalidades pero nadie podria negar el peso politico y policial del ex secretario de gobierno de Chiapas. Lo sucedio Jorge Carrillo Olea, ex subsecretario de Gobernacion, alto oficial del Ejercito mexicano, ahora gobernador de Morelos. A Carrillo Olea lo reemplazo su segundo, Jorge Tello Peon, ahora en el CISEN. Pero el sucesor de Tello Peon fue Raul Campos R abago, un funcionario de muy bajo perfil cuya mas alta responsabilidad anterior habia sido la representacion de la Procuraduria del DF en la delegacion Alvaro Obregon. Las consecuencias fueron obvias: el Instituto desaparecio en la lucha contra el narcotrafico. .