SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CINTILLO: ECOLOGIA CABEZA: Con la democracia hemos topado CREDITO: Gabriel Quadri de la Torre Tiempos largos de busqueda y de evolucion nos hicieron arribar el jueves por la noche, quiza, a la primera estacion dentro del vasto territorio de intercambio politico civilizado que significa la modernidad. Con la democracia hemos topado, la hemos visto y palpado, hemos estallado en entusiasmo y al mismo tiempo hemos sentido el frio rigor que significa. Despues del debate y su catarsis, se asentaran las energias politicas para fluir ahora en cauces labrados por el razonamiento escrupuloso y la informacion objetiva. Esa es la verdadera democracia; es la reflexion privada e intima ante hechos, imagenes y opiniones. Ciertamente resulta opuesta a la coreografia de las masas, plantones y pueril desmadre callejero, que han sido la oferta de franjas importantes de una oposicion de izquierda, desde ayer, devaluada. Hoy estamos frente a la necesidad y a la oportunidad de decidir como ciudadanos libres y como individuos responsables, fuera de los armazones corportativos de sector, de clase o de grupo de interes. La democracia e s un asunto de calculo interior, de ponderacion sensata en la intimidad de la conciencia; la democracia verdadera esta lejos de la movilizacion y del chantaje como vias para acceder a los bienes de la sociedad. La democracia es un intercambio de ofertas y demandas que ahora, finalmente, nos quedo claro. Son los individuos libres quienes, haciendo uso de datos y de informacion, deciden dentro de un espacio de oportunidades acotado. Las oportunidades son ahora Ernesto Zedillo, Diego Fernandez de Cevallos y Cuauhtemoc Cardenas; ellos son expresion institucional y personal del complejo entrejuego de intereses en nuestra sociedad, de anhelos, fracasos, logros y resentimientos. Ellos ofrecen; nosotros demandamos. Nosotros, como electores, dentro de este nuevo mundo democratico asumido a plenitud apenas en estos dias, tenemos preferencias, filias y fobias, identidades y necesidades. La television, no lo olvidemos, es el medio y el mensaje, presentandonos crudamente imagenes, ideas, propuestas, proyectos, empatias, lenguajes corporales, retoricas y fidelidades institucionales. La television introduce a la intimidad hombres de carne y hueso, ahora sujetos al escrutinio implacable de los electores. La television logra e ste milagro de la modernidad en la democracia: nota buena a este maravilloso y tantas veces cuestionado medio de comunicacion. La television todo lo complica, todo lo amplia y lo redimensiona, penetra y desnuda, pero tambien, puede trivializar, y lanzarnos a una feria de vanidades futiles, que convierta un promisorio e inaplazable mercado politico, institucion fundamental de la democracia moderna, en un juego de pirotecnia mercadologica. La television en politica nos ofrece un vehiculo genial de persuasion y de pedagogia colectiva; no lo pervirtamos; alejemonos de la experiencia norteamericana. La inevitable dimension mercadotecnica de este nuevo ejercico de interaccion entre ofertas y demandas politicas se proyecta en dos ambitos de importancia desigual: el empaque y el contenido. La television, en si misma, y el formato escogido para el debate del jueves, privilegio el primero sobre el segundo, nos presento imagenes donde se sobrevalora el color, la textura, el tamano y el diseno audiovisual. No es poca cosa, tampoco caigamos en un principismo grave y aburrido: en la sociedad moderna la forma y el significado simbolico tienen una trascendencia innegable. Ahora hay que ver para adelante y entrar de lleno a los contenidos y a los proyectos especificos donde, efectivamente, el desempeno de la razon, de la libertad y de la responsabilidad pueden encontrar la ruta del cambio y la transformacion democratica del pais, sabiendo, que la democracia no resuelve los problemas pero que, sin duda, es el mejor mecanismo conocido para ventilar intereses, decidir, aceptar, equivocarnos y corregir, en un proceso interminable de prueba y error. Ante la perspectiva obligada de nuevos debates, creemos fundamental definir requisitos para que nuestra incursion en el territorio infinito del intercambio democratico nos haga avanzar con firmeza hacia destinos de desarrollo (desde luego, ecologicamente sustentable), equidad y eficiencia. Nos atrevemos a sugerir algunos: * Que el marketing (siempre necesario e inevitable) no prevalezca sobre la razon, la seriedad y el contenido. * Que predomine el respeto a las personas, a las ideas y a las adscripciones institucionales. * Que se trascienda los enunciados y los propositos generales, y que se aterrice en propuestas y en proyectos con objetivos e instrumentos; en otras palabras: que se hable menos de politica en abstracto y mas, de politicas publicas. * Que el debate mire al futuro, como Ernesto Zedillo lo ha planteado, dejando atras recriminaciones preteritas, en el mejor de los casos, efectistas pero inutiles. * Que se debatan temas especificos que realmente corresponden a las demandas de los ciudadanos. Que se debata en concreto de proyectos economicos alternativos, de politica social, de medio ambiente y de desarrollo sustentable, de seguridad y de la vigencia del estado de derecho; temas, todos ellos, que no deben quedar sepultados en un alud de referencias inmateriales. * Que el ejercicio del debate se racionalice, para no caer en un festival que sature y desgaste, y finalmente, que aburra y desencante a la opinion publica. No se trata de un nuevo torneo de liga con nueve participantes, donde se pueden multiplicar casi al infinito combinaciones y permutaciones entre temas y debatientes. .