SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CABEZA: El debate de los candidatos CREDITO: Gustavo Hirales M. Escribo estas letras el jueves 12, horas antes de que se realice el debate entre los candidatos. Cuando este articulo aparezca, el debate sera historia y ya todo mundo sabra cuales fueron sus resultados. Quien gano y quienes perdieron, o si la decision fue un empate (suponiendo que se pueda hablar en estos terminos). Pero creo que el evento tiene una importancia que trasciende sus resultados inmediatos. De alli la necesidad de seguir ocupandose del tema. Desde que se anuncio la inminencia de un debate publico entre los candidatos de las principales fuerzas politicas del pais, mucho se ha escrito y dicho sobre el asunto, sus limitaciones, riesgos y alcances. Desde el bueno de Marcos Rascon, que pregona entre asustado y receloso que Cardenas debe ir al debate aunque la television sea un terreno "de ellos", del enemigo, hasta quienes ven en el debate mas un ejercicio publicitario, un show-espectaculo, que un evento de gran relevancia politica, todo mundo (incl uido el que esto escribe) se siente obligado a opinar acerca del evento. Y ello no es gratuito. No solo por lo novedoso de este procedimiento en nuestro medio, sino tambien por el momento particularmente dificil en que se realiza. Se ha subrayado, con animo positivo, que el encuentro entre los candidatos es un paso adelante en el esfuerzo de ir construyendo en nuestro pais una nueva cultura democratica, asi como se denuncia por otra parte el exceso de acotaciones en el formato del debate, en el sentido de que se toman demasiadas precauciones, quiza porque es la primera experiencia de este tipo y nadie quiere dar "ventajas" al adversario. Se especula acerca de si en el debate se impondra el ardor polemico de Fernandez de Cevallos, la tenacidad contestaria de Cardenas, o el conocimiento organico que del proyecto modernizador y su renovacion tiene Ernesto Zedillo. Poco se ha reparado, me parece, en otro angulo del mencionado debate: Su aportacion como elemento de certidumbre, de confianza en la politica, en un momento en que, mas que las decisiones y los hechos, el estado de buena parte de la opinion publica parece responder a la influencia de los mas absurdos rumores y a una suerte de letargo mental. Desde el punto de vista del ambiente de desestabilizacion e incertidumbre, que especialmente despues del asesinato de Luis Donaldo Colosio se entronizo en nuestra vida publica, hechos como un debate politico, pacifico y civilizado entre los verdaderos contendientes a la primera magistratura del pais, no puede sino apoyar un cierto retorno a la normalidad, no al staus quo de antes del 1 de enero, sino a una cotidianeidad democratica que se venia forjando, sobre todo a partir de los acuerdos del 27 de enero, con las armas del consenso, el dialogo y el disenso civilizado. En este sentido, no importaria tanto quien "venza" en el debate, que proyecto o que exposicion resulta la mas convincente, la mejor planteada; importa sobre todo que el debate haya podido realizarse, y de acuerdo a sus bases publicas, esto es, como un ejercicio responsable, respetuoso, democratico, de confrontacion civilizada de proyectos seguramente distintos, pero no antagonicamente irreconciliables; proyectos politicos que no buscan la liquidacion del enemigo, pues reconocen en el adversario el derecho a la existencia y a la competencia; sino que apelan a la capacidad de discernimiento del electorado, en la argumentacion y en la construccion natural de un centro de convergencias, centro que es el punto de referencia obligado de todos, y del cual se difiere en matices. Matices de los que, en efecto, puede depender la direccion del desarrollo del pais durante toda una etapa, pero matices al fin y al cabo. Existe un espacio politico y programatico si no comun, si uno en el que aparecen grandes coincidencias, que es resultado de las luchas, las experiencias de gobierno, los contactos y convergencias, los decantamientos y hasta las rupturas, que se han venido procesando en las instituciones y entre los actores politicos al menos durante los ultimos cinco anos; experiencias que pasan por las gubernaturas de la oposicion y los acuerdos alcanzados en las legislaturas locales y nacionales, por las concertaciones y el saludable corrimiento hacia el centro del espectro politico de los actores principales. ¨Que elementos de este acercamiento al centro son evidentes?: el giro cuauhtemista con respecto al TLC, estatizaciones y politica social, y la conviccion expresada por los tres gobernadores panistas acerca de la imperiosa necesidad de que el gobierno, en sus distintos niveles, ejerza una amplia y responsable politica social. Otro elemento es la coincidencia entre los tres candidatos acerca de la necesidad de renovar o actualizar el federalismo, dando paso a un nuevo equilibrio entre los poderes. El debate entonces, me parece, no es la palanca para Por supuesto que el debate no es una ceremonia diplomatica sino, como su nombre lo indica, un ejercicio de confrontacion. Pero lo importante aqui es como, con que metodos y actitudes se da esta confrontacion. Lo que muchos esperamos del debate es lucha de ideas, de proyectos, de soluciones, de propuestas. Que los candidatos se nos muestren mas como en realidad son y lo que piensan, por encima de las imagenes que de ellos nos trasmiten sus respectivos "creadores de imagen". Esperamos no solo la denuncia de l os grandes problemas nacionales, sino el esbozo de como hay que aproximarse a las soluciones. No solo las promesas, ilimitadas de cambios y beneficios, sino el apunte de las rutas criticas que, en cada una de las areas neuralgicas, nos permitan como pais avanzar en las soluciones. Si esto se logra, entoces el debate habra hechos un gran servicio a la causa de la democracia mexicana, y sera de ahora en adelante, a no dudarlo, una instancia democratica que llego para quedarse. Y habremos ganado todos. .