SECCION: ESPECTACULOS PAG. 2-B CINTILLO: GARGANTA PROFUNDA CABEZA: La estetica de la violencia CREDITO: NAIEF YEHYA Recientemente acaba de ser reeditada la novela Crash de James Graham Ballard, una obra de culto que es un verdadero tratado erotico de las posibilidades amatorias entre el hombre y el automovil. Aqui las marcas que deja en la piel el panel de mandos, el volante o las astillas del parabrisas de un auto tras un choque son comparables a practicas milenarias como el tatuaje o la cicatrizacion ritual de diversas culturas. La novela es un autentico Kama-Sutra de nuestro tiempo. Ballard especula acerca de l a excitacion que producen las heridas, quemaduras y mutilaciones resultantes tras un impacto violento. El resultado es tan inquietante como perturbador; su capacidad transgresora radica en la habilidad del autor para despertarnos dudas acerca de lo que consideramos atractivo o erotico en el cuerpo, es la materializacion de ciertas fantasias de mutabilidad del cuerpo. Ballard nos hace preguntarnos ¨que interes puede tener un cuerpo humano sin amputaciones ni cicatrices notables? En un tono similar, K. W. Jeter describe en su novela de ciencia ficcion Dr. Adder (antecedente directo del genero conocido c omo ciberpunk) un futuro en el que los cuerpos mutilados se han vuelto el fetiche supremo. El libro comienza con una carta publicada en Penthouse en su numero de noviembre de 1972: Quisiera sumar mi voto en favor de mostrar mujeres amputadas en su revista. Las mujeres con un brazo y, especialmente, con una pierna ofrecen una excitacion unica y una serie de fotografias de una bella mujer amputada seguramente sera bienvenida por un gran numero de lectores. Los origenes de la perversion (en el sentido freudiano perversion es una desviacion del interes sexual en los genitales y el coito) que se relaciona con la atraccion que provocan las amputaciones se situan seguramente en experiencias primigenias, pero acaso tambien en una eleccion consciente, en una sexualizacion del cuerpo provocada por una era violenta en la que el horror de la carne es comun en los medios de comunicacion, en la que cada noche podemos ver en la television cuerpos descuartizados en los noticiarios y en el cine. Pocas cosas son mas atractivas comercialmente que los cuerpos sanguinolentos y los crimenes espantosos. La cultura global de las telecomunicaciones ha glamurizado hasta lo impensable los cuerpos desgarrados y la muerte violenta. Tambien debemos tomar en cuenta que la atraccion de las deformidades esta seguramente fundamentada en nuestros origenes paganos, en los cultos primitivos y en los sacrificios rituales que ocuparon un lugar primordial de la religiosidad de los pueblos del mundo antes del advenimiento de las religiones celestiales. Desde sus origenes la humanidad ha estado seducida por las monstruosidades (no por nada los espectaculos circenses de seres extraordinarios o freaks han estado presentes en las civilizacione s desde tiempo inmemorial). Esta seduccion que nos atrae y nos hace huir de lo extrano esta relacionada con la atraccion erotica que produce lo prohibido, lo repulsivo, lo asqueroso y lo grotesco. Seguramente las feministas antipornografia haran lecturas paranoides de esta perversion y la interpretaran como un deseo intrinseco de destruir a la mujer, de verla despedazada. Andre Dworkin, entre otras, afirma que el hombre tiene un instinto criminal y que lo que desea, mas que poseer a la mujer, es asesinarla. Esto es tan absurdo como afirmar que las fantasias sexuales se traducen literalmente en deseos en el mundo real (asunto que ya hemos tratado en anteriores entregas de Garganta Profunda). Durante los anos setenta el controvertido y disparejo realizador Alex de Renzi trato de explotar este fetiche en una de las cintas mas famosas especializadas en los cuerpos mutilados o deformes, Long Jeanne Silver. Este filme alterna entre las escenas sexuales (cinco en total) y escenas en las que la protagonista habla directamente a la camara. Long Jeanne va presentando las secuencias eroticas, de esa manera el escapismo se contrapone a un cierto tono documental. Jeanne explica a un par de jovenes, mientras ven un ejemplar de la revista Cheri en el que aparece posando desnuda, que nacio con una deformidad en la pierna y que le hace el amor con ella a mucha gente. Cuenta que usa su munon para penetrar tanto a hombres como mujeres, aunque no descarta la posibilidad de hacer dano debido a las dimensiones (superiores a las del legendario pene de John Holmes, comenta Jeanne) de su deformidad. Sin duda este filme esta dirigido a un publico bastante peculiar y con gustos especializados. La segunda secuencia sexual involucra a un hombre con tendencias supuestamente homosexuales que permite que ella lo sodomice con el munon (cosa que nunca se muestra de manera directa) tras untarse vaselina. Una escena de este tipo no tiene cabida en una cinta porno convencional, ya que como hemos mencionado antes, en la porno comun las fantasias gay estan estrictamente desterradas, de hecho se les ignora como si no existieran. En terminos de realizacion el filme es bastante torpe, la trama es nula y al recurrir a las explicaciones de la protagonista, el director se ha ahorrado la molestia de desarrollar un argumento logico, creible o inteligente. El pretexto para hacer que la protagonista se presente es la conversacion con sus ingenuas companeras de la clase de educacion sexual. Ahi explica lo que siente cuando su munon penetra a alguien, asi como el origen de su deformidad. Lo curioso de esa secuencia, aparte de la atroz desincr onizacion entre sonido e imagen, es el sospechoso estado de hilaridad de Jeanne. Cualquiera diria que ella y sus companeras estan viajando via algun alucinogeno o por lo menos que han fumado mucha mariguana. Todo el tiempo Jeanne pretende ser una muchachita que vive en la casa de su mama. De hecho la imagineria y las situaciones que se manejan tienen connotaciones adolescentes, como las largas celcetas rayadas que aparecen en casi todas las escenas sexuales (y con las que Jeanne oculta su protesis). La musi calizacion y la fotografia se sienten anticuadas, resueltas sin la menor imaginacion. En las escenas porno Jeanne comparte la cama con dos parejas, con un hombre, con otra mujer y con dos mujeres mas. Si bien el sexo se muestra de manera explicita de acuerdo con las convenciones tipicas del hardcore, nunca aparece de manera directa el objeto central de la atracccion del filme, esto es, en ningun momento se muestra el munon penetrando a nadie, esto tan solo se insinua, pero las escenas respectivas se mantienen en un tono soft. Asi, los verdaderos fetichistas de las amputaciones tal vez resulten decepcionados. Debido a esto la cinta opera de una manera extrana a nivel de la fantasia; por una parte se muestra obsesivamente el munon de Jeanne mientras hace el amor con diferentes parejas, pero cuando esta deformidad entra en juego, tan solo es frotada, lamida o acariciada, sin embargo no se hunde en las entranas de nadie. La fantasia se enuncia, se hacen crecer las expectativas y la tension erotica, pero nunca se concreta la imagen anticipada, con lo que se satisface parte del deseo p ero se refuerza la fantasia. .