SEC. INF. GRAL. PAG. 6 CABEZA: Debates: la mujer de Dukakis y un P.S. CREDITO: Raul Trejo Delarbre Antes que otros, el PAN exigio, desde hace casi un cuarto de siglo, que tuvieramos debates presidenciales. Luego, los debates fueron tema y preocupacion de partidos y comentaristas politicos pero tal sugerencia, segun asegura la investigadora Fatima Fernandez Christlieb, "fue una propuesta que el Partido Accion Nacional planteo con insistencia en los anos sesenta y que cobro fuerza en la campana presidencial de 1970 con las reiteradas invitaciones que Efrain Gonzalez Morfin le hizo a Luis Echeverria para di scutir las respectivas plataformas electorales en la television" (ponencia en el Foro convocado por el Instituto Federal Electoral, el 2 de abril de 1993). Hay que reconocer, en justicia para el PAN, la autoria y la perseverancia en favor de los debates. Pero de cualquier manera razones, para hacer debates, siempre hubo en abundancia. La creciente importancia de los medios, el desarrollo de la sociedad mexicana, la necesidad de que las campanas llegaran hasta el hogar de los ciudadanos ya que muchos de ellos no acuden a ellas: motivos, no faltaban. Pretextos para eludir los debates, tampoco escasearon aunque nunca fueron convincentes. Solo la arrogancia del pa rtido en el gobierno pudo explicar la reticencia, durante mucho tiempo, para entablar debates con sus adversarios. Con un calculo equivocado, como se demostro hace seis anos, los operadores de la comunicacion priista llegaron a creer que sus candidatos se demeritaban si aparecian en publico junto a sus rivales (pronto se demostro que los electores eran los primeros en poner a todos en su lugar, asignando a los partidos de oposicion y a sus candidatos, votaciones que han llegado a ser competitivas con las de l PRI). Paulatinamente las reticencias al encuentro en publico, ante microfonos e incluso camaras, fueron cediendo ante la necesidad de ampliar los horizontes de las campanas. En los anos recientes, distintos candidatos han acudido a la radio y ya es costumbre que, sobre todo en los noticieron matutinos en diversos sitios del pais. haya declaraciones y hasta polemicas entre personajes publicos de posiciones diversas. Las elecciones en varios estados de la Republica, ya entrada la actual decada, con frecuencia han s ido precedidas de discusiones abiertas entre los principales candidatos en emisoras locales. Pero no ha resultado facil. Los funcionarios, a veces desde que son candidatos, han sido especialmente reacios a la discusion publica, sobre todo por television. Aceptan ser entrevistados, pero casi nunca se muestran dispuestos a discutir: solo anuncian, proponen y se ufanan de sus propias obras y hechos. Apenas en espacios como iodistas. Pero ya hacia fines de 1993, tanto esa recientemente privatizada empresa, como Televisa, comenzaron a ofrecer espacios especiales a cada uno de los candidatos presidenciales de los partidos politicos registrados. El cambio, habia comenzado un par de anos antes. En 1991, los tres principales candidatos al gobierno de Guanajuato (Aguirre del PRI, Fox del PAN y Munoz Ledo del PRD) comparecian juntos ante los microfonos de Jose Gutierrez Vivo en Radio Red. Dos anos despues parecia que habria debate entre los candidatos al gobierno del estado de Mexico, pero nunca se explico por que no fue posible a pesar de la disposicion manifiesta de todos los actores de ese proceso politico. Si lo hubo, en cambio, entre los candidato s a gobernar Morelos. En el plano nacional, en noviembre de 1993 fueron notorios el desafio, y el mohin o el desaire, de Cuauhtemoc Cardenas a Jaime Serra para debatir sobre el Tratado de Libre Comercio. Poco antes, el pais habia estado pendiente del encuentro del vicepresidente estadounidense Al Gore con el millonario tejano Ross Perot, invitados ambos del periodista Larry King en la CNN, para discutir el mismo asunto. Mas alla de lo que se dijera o dejara de decir en ellos, los debates llegaron a ser admitidos como instrumentos, o espacios atractivos en la propaganda politica, tambien en Mexico. Poco a poco la cultura de los debates, a veces por osmosis, a veces por catarsis fue arraigando en el mundo politico mexicano hasta que recientemente nadie ponia en duda la pertinencia sino, acaso, las fechas y las reglas para los primeros debates entre candidatos presidenciales. Esta semana, cuando tengamos los dos primeros debates entre candidatos presidenciales, podran recordarse las insistencias pioneras y, sobre todo, las limitaciones deformadoras que la comunicacion electronica significa para la presentacion de ofertas politicas. En la television, y de esta manera en los debates, el giro agresivo o aun la ocurrencia, con tal de que parezca espontanea, pueden ser mas eficaces que una exposicion detallada. La experiencia estadounidense indica que, en ese plano de la confrontacio n, se emplean recursos de todo tipo, sin descartarse las alusiones e incluso, las descalificaciones personales. De nuevo acudimos al archivo de la comunicacion contemporanea. Hace seis anos, en 1988, cuando George Bush aspiraba a la presidencia de Estados Unidos, su rival democrata Michael Dukakis quedo desconcertado, y fuera de balance para el resto de la campana, cuando el periodista Bernard Shaw de la CNN le hizo la siguiente pregunta: "Si su mujer, Kitty Dukakis, fuera violada y asesinada, ¨seria partidario de la pena de muerte para el asesino?", Dukakis le dio vueltas al asunto, hablo del amor a la familia y de lo mucho que su esposa significa para el. El aspirante acabo di ciendo que de todos modos estaria contra la pena de muerte, pero el entrevistador ya habia ayudado para conformar la imagen de un candidato que no era capaz de defender a los suyos. "Los norteamericanos no estaban dispuestos a admitir tener un presidente que diera la sensacion de no tener sangre en las venas, tal y como afirmo un periodico al dia siguiente. Lo cierto es que en el ejemplo norteamericano la celebracion de los debates televisados se ha convertido en un elemento mas del sistema politico... (Jos e Miguel Contreras, Vida politica y television, Espasa, Madrid, 1990). Los debates politicos son escuelas de educacion para los ciudadanos y podrian serlo tambien para los medios de comunicacion. Esta vertiente, ha sido sugerida por la ya citada Fatima Fernandez quien, desde la autoridad que tiene como pionera en la investigacion de los medios mexicanos de comunicacion, pero ademas ahora con la experiencia que le ha dado su gestion como directora de la television de la UNAM, ha establecido que: "Estos debates en vivo, que son ingrediente comun en las campanas de tantos paises del mundo fortalecerian nuestra cultura politica en lo que toca al respeto de la opinion disidente, en cuanto al derecho indiscutible que tiene el otro de pensar en forma distinta y fomentarian el ejercicio de la inteligencia y la tolerancia. Ademas contribuirian a la formacion de conductores de programas de opinion y de reporteros, los cuales salvo excepciones, estan instalados en el facilismo de la increpacion que jamas se plantea lo que significaria llegar a ser gobierno". De esta manera, en los debates de hoy y de manana se juega parte de los resultados electorales de agosto, pero algo mas. Estan en juego la confianza de la gente en la politica, la capacidad o no de los medios de comunicacion para ser algo mas que simplificadores o algo mas que instrumentos de la propaganda politica y tambien se dirime, aunque sea en parte, nuestra aptitud para la tolerancia. Habra que ver y debatir a los debates. El reto publico que Renward Garcia Medrano dirige al senor Carlos Ramirez, en su articulo publicado este martes, ofrece la oportunidad de comenzar a desmitificar a ese asunto, que ya no permite dilaciones, es el analisis publico de como ese, y otros autores que han cultivado el mismo estilo, han obtenido presencia e influencia a partir de descalificaciones sin fundamento y versiones a menudo falsas que llegan a significar agravios que, por no aclararlos, adquieren una perversa legitimidad. ¨Que dira Ramirez, o que diran sus inopinados simpatizantes que junto con el han construido una cofradia de elogios mutuos en varios espacios de nuestra prensa? No solo esta a discusion la etica de un personaje triste de nuestro periodismo, sino todo un estilo que, por facil, ha hecho escuela y que, lo mismo que padrinos, tiene algunos seguidores. .