SECCION CULTURA PAG. 40 BALAZO: CABEZA: Escupire sobre vuestra tumba: un juego en la playa CREDITO: Jean dHalluin, de las ediciones Scorpion sonaba con igualar el exito de No mas orquideas para la senorita Blandish. Necesitaba un libro. Una noche se encontro a Michelle y a Boris en la cola de un cine en los Campos Eliseos, y les revelo su ambicion. La ayuda de Boris le era necesaria. Leia de todo, estaba sumergido en la novela estadounidense hasta el punto de poder describir, en la mesa de un cafe, el ambiente de un continente en el que nunca habia puesto los pies. Boris podria buscarle una buena novela, y traducirla. El editor estaba hasta dispuesto a remunerarlo por la eleccion del libro y su adaptacion. Boris reacciono inmediatamente: "Yo puedo escribirte tu best seller". Se le ocurrio algo mejor que producir una traduccion: una falsa novela negra americana Un pastiche! Una obra al estilo de... como las cosas del amigo Robert Scipion, pero sin admitir nada. Una premisa: la imitacion del estilo crudo, de la violencia y del humor de esta literatura de la que los franceses se mostraban tan golosos desde hac ia dos anos. Un buen chiste. El entusiasmo era tal los editores estaban tan ansiosos por descubrir nuevos autores americanos que se podia comodamente imponer, en la confusion, un escritor que no existia. šNo habia comenzado la Serie Negra con dos autores no americanos, J.H. Chase y Peter Cheney, dos ingleses cien por ciento? šNo se habia omitido desenganar a los lectores? Michelle lo aprobo. En cuanto a Jean dHalluin, los chistes editoriales entraban en su temperamento. Si, špor que no uno falso? La idea de Escupire sobre vuestra tumba habia nacido, en diez minutos, sobre una banqueta. Luego Michelle y Boris hablaron entre ellos. No habiendo ganado el premio de la Pleiade, tenian una gran necesidad de dinero. Boris ya no soportaba su actividad de ingeniero. Sus novelas tardaban en aparecer y, de todas maneras, las oportunidades eran minimas de que financiaran su vida cotidiana y el auto que Boris sonaba regalarse. Solo las ventas de una novela "americana"...Principios de agosto de 1946, en el corazo n de un ano muy cargado, entre la redaccion de La espuma de los dias y la del Otono en Pekin, Boris tenia todavia un poco de tiempo libre. Y vacaciones que tomar. El 5 de agosto, se fueron a Sait-Jean-de-Monts, en Vendee, Michelle, Boris y su hijo Patrick, acompanados por Georges dHalluin, hermano de Jean, y de Andre Reweliotty, el joven clarinetista, amigo de Michelle. Los muchachos habian llevado sus instrumentos, rentando casi todos los cuartos de una pension familiar. Patrick, casi en cuanto llegaron, pesco una tosferina y hubo que cuidarlo, cada quien un rato; Boris se reservo las guardias mas largas, en la manana, y a mitad de la noche. Escribia en la cabecera de su hijo. El tema del libro le interesaba particularmente. Los diarios americanos abordaban cada vez con mayor franqueza la cuestion, luego de que el credo segregacionista del senador Bilbo habia arrastrado a linchamientos en ciertos estados del Sur: la identidad en los Estados Unidos de los mulatos, los media sangre y de los "negros blancos", aquellos americanos en peregrinaje psiquico y social que no tenian de negro mas que el color del alma, porque su pigmentacion se habia borrado a lo largo de las generaciones ha sta producir la ilusion de la blancura yanqui, hasta permitirles a veces escapar a los rigores de la ley racial. Las primeras palabras de la novela imitaban, con veracidad, la escritura apretada, eliptica, de los libros policiacos americanos; esta voz interior rota, vacilante, de los narradores que han perdido la costumbre o el gusto por hablar. "Nadie me conocia en Buckton. Es por eso que Clem escogio la ciudad; y ademas, aunque me hubiera rajado, no me quedaba suficiente gasolina para continuar mas arriba hacia el norte. Apenas cinco litros. Con mi dolar, la carta de Clem, era todo lo que poseia. Mi maleta, ni hable mos de ella, pues no contenia nada. Me olvidaba: tenia en la guantera del auto el pequeno revolver 6.35, barato, del muchacho; que estaba todavia en su bolsillo cuando el sheriff vino a decirnos que nos llevaramos el cuerpo para enterrarlo" El lector se entera rapido de que algo no marcha bien en la familia de Lee Anderson. "El muchacho", un hermano mas joven, habia fallecido probablemente de muerte violenta. Y Tom, el hermano mayor, que habia estudiado y que se habia ligado a pesar de su diferencia con Clem, un amigo venido al mundo sin los genes del racismo, tuvieron que huir rapidamente. Tom, el maestro, iba a probar su suerte en una gran ciudad. Lee pedia quedarse en la region. No era como Tom. "Veia mis manos en el volante, mis dedos, mis unas. Verdaderamente, nadie podria encontrar algo que decir." Tom y Clem aseguraban que no se notaba nada. Clem le habia buscado un empleo de librero en Buckton. El antiguo gerente, un blanco antirracista, se habia ido a "escribir besto sellers". "Nada mas que best sellers. Novelas historicas, novelas en las que los negros se acostaran con las blancas y no seran linchados (...)" Las chicas blancas eran justamente lo que Lee Anderson buscaba para vengar al "muchacho", chicas mas jovenes que las de la Serie Negra y mas de diez anos antes de Lolita de Vladimir Nabokov, porque era necesario ser mas audaz, como lo habia dicho Jean dHalluin, en "el faroleo burgues". Mas jovenes, entonces. "Chicas de quince, dieciseis anos, con senos puntiagudos sobre sus jerseys apretados. Las zorras lo hacen a proposito, lo saben bien". "Los del pueblo lo colgaron igualmente porque era negro. Bajo su pantalon, su bajo vientre formaba todavia una protuberancia irrisoria". El ultimo capitulo de la novela se reduce a tres lineas. El 20 de agosto, Georges y Boris habian retomado el camino a la capital. Quince dias, exactamente quince dias, sin contar las molestias de la tosferina de Patrick! A los ojos de Boris, era eso lo que valia la broma. Nada mas. De la calidad de la novela, no queria oir hablar. Era un juego, no una obra. El falsario no parecia agotado por su actuacion. Habia regresado contento y bronceado del mar. Reivindicaba, previniendo cualquier retoque eventual, la sexualidad desbordada de estas adolescentes con calcetines que se entregaban como mujeres. Como fondo filosofico, el problema de la negrura de los negros blancos era la unica cosa que tenia, para el, un poco de valor literario en este gag editorial. Una vez dactilografiado el libro, buscaron un nombre para el escritor fantasma. šPor que no Vernon Sullivan? Sonaba americano. Hasta negro americano. Se puso Vernon en honor a Paul Vernon, musico de la orquesta de Claude Abadie; Sullivan, recordando a Joe Sullivan, famoso pianista de la epoca de "Chicago". En cuanto al titulo, Boris se inclinaba por Bailare sobre vuestra tumba. Fue Michell quien encontro uno mas fuerte, mas violento, mas comercial, creian en las referencias talmudicas que Milton Rosenthal i ntentaba ensenarle a la pareja: Escupire sobre vuestra tumba. Traduccion: Carlos Vidali Rebolledo Tomado de Boris Vian, ed. Flammarion en Lire 217. .