SECCION: ESPECTACULOS PAG. 44 CINTILLO: SONIDOS CABEZA: Los pensantes maniquies septentrionales CREDITO: OSCAR SARQUIS F. Epoca hubo en la que los fans atribuian a las estrellas rockeras cualidades filosoficas y/o metafisicas: influidos tal vez por el periodo sesentero de experimentacion con sicotropicos y otros metodos naturales de alteracion de la consciencia, algunos guitarristas y cantantes (y muy excepcionalmente otros) se lanzaron a pontificar con base en sus propias experiencias y resultados a veces comicos, otras francamente aberrantes. Como bien sabe cualquiera que haya rondado el SUTM, la excelencia instrumental n o siempre garantiza que funcionen con similar eficacia otras areas cerebrales. Hoy, todo sabemos que lo mas probable es que la estrella del momento sea algun cretino como el vecino, solo que con suerte. De ahi que este nuevo quinteto canadiense con nombre de juguete (una fallida intentona gringa de crear artificialmente sucesores para las Tortujas Ninja) no resultase promisorio, ni menos premonitorio de este bienvenido respiro a la indigesta y adocenada dieta de grunge y retrosicodelia que ha dominado la escena los ultimos meses. Solo tras escuchar y asimilar su disfrutable debut grabado, el sardonico humor negro implicito en un nombre que los equipara con maniquies para pruebas de impacto cobra su plena e soterica dimension, dado que la pista de pruebas que confrontan ellos -y todos nosotros- cotidianamente no es otra que la vida misma. El quinteto que integran el distintivo vocalista y guitarrista Brad Roberts, la multitecladista Ellen Reid, el bajista Dan Roberts, el baterista Michel Dorge y el mandolinista y armoniquista Benjamin Darvill no suena como tantos fodongos y granujientos grupos "alternativos" que se arrempujan sin esperanza en los botaderos fonograficos internacionales. Todo lo contrario, nacen maduros, reposados y con una serena actitud contemplativa mas propia de adultos vividisimos; por fortuna, eso no significa que su mus ica sufra agotamiento, ni menos aun cinismo: en el redundante panorama actual, los CTD pueden ufanarse de melodiosa originalidad y un perfil sonoro totalmente propio que acaso el lector identifique ya a traves de su unico tema modicamente radiodifundido, "Mmm mmm mmm mmm". Esta atmosferica frescura, reminiscente acaso -cortesia de Reid- de Bruce Hornsby & the Range sera bienvenida por muchos ahitos de la distorsion, el exceso y negro pesimismo atribuido a Seattle y vecinos de corazon. Los maniquies septentrionales, en cambio, suenan verdes; no a novatos, sino a naturaleza, mientras Roberts, aspero baritono, va considerando con tanta profundidad lirica como vocal una serie de imponderables que pondrian en retirada estrategica a rabiosos protestantes contra todo y nada: caminos misteriosos de un Dios que nomas talla los pies en el piso y guarda enigmatico silencio; el envejecimiento que aguarda inexorable hasta al mas engreido jovenazo; la impenetrable injusticia de los accidentes como de la evolucion; el efimero refugio que brinda el ensimismamiento amoroso; el perdurable azoro de la autocontemplacion que encierra nuestro futuro; el amargo resabio tequiliento del encuentro con un amor que caduco; el supremo misterio del orden natural; la observacion, entre reverente y cuestionan te, de la intelectualidad artistica; el vertigo de la clarividencia; y la eterna fascinacion dualista del cortejo. Musicalmente ambiciosos y logrados, con su ironico nombre de juguetes plasticos a cuestas, los Test Crash Dummies ofrecen en este primer album una docena de joyas primorosamente labradas con sorprendente destreza que justifica los aires seudointelectuales conque se han insertado dentro del cuadro de Baco y Ariadna para su portada, y en retratos individuales de sus integrantes que parecen tan a sus anchas en un museo como el postrer instrumental impresionista pianistico y sin titulo de Roberts. La produccion del ex tecladista de Talking Heads Jerry Harrison, y la participacion invitada de musicos destacados como el guitarrista Adrian Belew y el baterista Larry Beers presagiaban algo mas que un producto de ocasion, pero nada tan impecablemente logrado en el primer paso hacia la internacionalizacion de un grupo que se antoja sui generis entre el estruendo en boga. Es este un album que requiere tiempo y atencion para ser apreciado plenamente, pero que -como suele suceder en estos casos- perdurara mucho mas que lo s "de moda y noveda". Y su mensaje, profundamente meditativo pero finalmente conciliador con los irresolubles misterios de la vida, fue un reto que acredita y exalta a sus autores. Para paladares finos. Crash Test Dummies, God Shuffled His Feet Arista * * * * * .