GUIA: TLA PAG.11 SECCION: INFORMACION GENERAL CINTILO: Las balaceras han quedado en el olvido; ancianos piden ayuda al gobierno CABEZA: Potoichan, pueblo de viudas; una vendetta familiar y elk alcohol generaron 160 muertos CREDITO: MARTHA GARCIA TLAPA, Guerrero, 14 de mayo.-El alcohol y las balaceras ya pasaron a la historia en el pueblo de Potoichan. Dos anos tiene que en esa comunidad mixteca no se compra ni se vende cerveza o mezcal. Hace dos anos que no hay muertos en rinas de cantina. El saldo por las vendetas familiares bien puede inspirar un corrido: 160 viudas, 639 ninos huerfanos y una decena de ancianos desamparados que tocan las puertas del gobierno, no para pedir caridad sino trabajo. Algunas de esas mujeres se habian reunido en la casa de Santiago Ponce. Rapidamente, la calle que habia estado despoblada se convirtio en un tumulto. Siete mujeres, que a toda prisa se arreglaron el cabello y se cologaron sus collares, llenaron esa casa donde se guisaba barbacoa. Estaban listas junto con sus hijos "para hablar con la reportera que venia de Mexico". ¨Hablar?, si, pero con el rostro y la mirada, porque ninguna de ellas domina el espanol. Son amables y su sonrisa endurece su desesperacion. Fue la voz del anfitrion la que explico lo que habia sucedido: una larga historia fratricida: jovenes amenazados que huyeron a Acapulco, odios, rencores que se tratan de olvidar, sangre derramada en esta poblacion en la que sobreviven tres mil miextecos. Aunque un corrido no podria triplicar la fama que ya se cargan gracias a tanto cristiano que se han echado y, si hubiera dudas sobre esa gente, su machete siempre esta desenfundado aunque bajen a la plaza, tal como lo hacen los de Guerrero... por si se encuentran una culebra en el camino. Dicen los vecinos que a esa comunidad no entra ni la judicial, que ya es decir algo desde la apreciacion popular de la region. Pero la version de Potoichan es otra, mas bien se trata de una fama historica que ha honrado a los hombres de ese lugar desde tiempos de la Colonia, cuando fueron a la Real Ciudad de Mexico a solicitar sus bastones de mando, cetros de madera que legitimaba su gobierno indigena. Tan historia es esta como la que se ha escrito con litros de alcohol. Hace tres anos que el numero de asesinatos causado por el alto indice de alcoholismo llego a 75. De cualquier forma, el asunto no se reduce a las peleas de borrachos que han ido a parar al panteon. Potoichan esta haciendo un tremendo esfuerzo, "sacrificio", dicen otros. En 1990 en la oscura comisaria todo el pueblo decidio dejar de tomar, decision colectiva que pesa mucho despues de 500 anos. Aguantan su determinacion a pesar de que el monopolista de la cerveza envia sus carros repartidores cargados de cerveza para tratar de convencerlos. A ellos no les ha importado el endemoniado calor de la Montana de Guerrero; para eso tienen pepsicolas que tibias no caen tan mal para la sed. Su microcosmos esta encajado en tierras fertiles donde pasa el rio Tlapaneco de donde beben agua, ellos y las siembras. Desde el camino de terraceria, en plena sierra, se admira a las cabrillas dormilonas bajo arboles frutales, milpas prosperas y riachuelos, escenografia natural que no da pistas sobre la verdadera imagen de los mixtecos de Potoichan, ni menos de la tragedia del ciento de mujeres abandonadas. Uno puede ir en la camioneta, como se decia, sierra adentro y no pasar inadvertido porque desde algun lugar hay un hombre armado vigilante, expectador de los extranjeros, los otros que antes de cualquier cosa deben presentarse con la autoridad para dar santo y sena de sus propositos. Si es declarado persona non grata, el visitante no debera quejarse de los 31 kilometros -entre carretera y terraceria- que viajo desde Tlapa, ciudad en la que los extranos, igual que los nativos, son invitados por el Procup desde las bardas callejeras a unirse a la guerrilla. El sentido de renovacion que se ha apoderado de ellos ha llegado hasta el nombre de su pueblo. Andan buscando registrar el cambio de Potoichan a San Juan Bautista, patron del pueblo, al que tambien le toca lo suyo. En estos momentos arreglan su templo donde los antropologos Samuel Villela y Blanca Jimenez descubrieron los unicos murales agustinos que existen en la entidad. Pero, lo que habria que destacar son las extensiones del trance expuesto, al que las soluciones no han llegado todavia aunque la gente ha intentado curar sus males. Los problemas que aquejan a su sociedad no estan resueltos como sin duda no lo estan a nivel nacional tampoco. Sin embargo, cualquiera de los programas vigentes (Pronasol, DIF, INI, Procuraduria Social), pueden orientar una solucion. Eso, no limosna, quieren las mujeres que estan interesadas en montar algunos talleres para que sus hijos "tengan que comer y para ir a la escuela. No le pedimos al gobierno que nos mantenga, le pedimos al presidente que nos consiga empleo", dicta trabajosamente dona Jobita Galvez Pelaez, del grupo de mujeres que se ha organizado. No cabe duda del esfuerzo de Potoichan. Y habria que asomarse mas detenidamente a la reforma emprendida que va mas alla de una rectificacion de salud publica. La crisis social de familias fracturadas, viudas, huerfanos y ancianos desamparados que solicitan apoyo gubernamental de los programas de desarrollo actuales, lleva consigo la vuelta a los usos originales de las bebidas estimulantes parecido a lo que cinco siglos antes hicieron sus antepasados. El mezcal esta permitido en las festividades religiosas, se distribuyen 10 litros en cada mayordomia -institucion que mantiene la tradicion del culto a los santos. Son esas ocasiones en que se comparte colectivamente: "La unica vez que tomamos los de Potoichan es en las fiestas de los santos. Cualquiera puede emborracharse siempre y cuando sea fuera del pueblo; tambien puede llegar borracho, pero nadie le hace caso", relata Santiago Ponce Ramirez, ex comisario y uno de los estrategas de la lucha antialcoholica. En eso estan los de Potoichan, el pueblo donde, segun los de fuera, hay gente mala. ¨Mala? -dice el guardian de las historias-, ¨Mala?, se vuelve a preguntar. Piensa. "No, aqui nadie esta enfermo..." nte mala. ¨Mala? -dice el guardian de las historias-, ¨Mala?, se vuelve a pre .