SECCION ESPECTACULOS PAG. 39 BALAZO: TELON CABEZA: El inutil juego de los premios CREDITO: MALKAH RABELL Los premios son uno de los "juegos" mas turbios y peligrosos. Desde el Nobel hasta los premiecitos que ofrecen ahora toda clase de asociaciones, todos estan inmersos en ese juego de imponer a un ganador, un estereotipo de perfeccion. ĻAcaso el Nobel no es una especie de arma diplomatica? Y eso desde su surgimiento. ĻAcaso no esta dispuesto a venderse cualquier artista, cientifico o politico por uno de esos diplomas que solo son un sutil instrumento mas para corromper al mundo? Algunas veces he visto a un heroe anonimo rasgar su bello diploma ante un publico silencioso, mudo de espanto. Pero actualmente esos heroes ya no existen. Y cuando algunos ingenuos como yo tratan de convencer a ciertos personajes de dirigir su esfuerzo a una tarea de mayor beneficio en lugar de distribuir premios, esos candidos se convierten de inmediato en blanco de risas. Lo mas triste de este asunto es que quienes ofrecen esos premios terminan por creerse los artifices de la dicha humana. Y ahora que ya desahogue mi tristeza, mis sentimientos ante algo tan arduo de demostrar como el que nadie es superior a sus congeneres, suscribire los nombres de quienes fueron reconocidos por su labor en 1994 por la Agrupacion de Periodistas Teatrales. Varios de esos premios son autenticamente validos: El Gran Premio Especial fue otorgado a Hector Mendoza, por su trascendente creatividad tanto en el campo del drama como en la de la direccion escenica. Me parece que semejante premio es indudablemente merecido. Premio especial a la opera mexicana Ildegonda, dirigida por Luis de Tavira; escenografia de Jose Santiago e iluminacion de Arturo Nava. Creo que la direccion musical de Fernando Lozano merecia un premio aparte, ya que la musica es esencial en este genero. Actor consagrado: Claudio Obregon por Salome (absolutamente justificado). Lo mismo Adriana Roel por Rita, Julia. Para elegir al mejor autor nacional se nomino a Jesus Gonzalez Davila, por Luna negra; Leonor Azcarate por Trabajo sucio; Hugo Argelles por La tarantula art noveau y Estela Lenero por Habitacion en blanco. En este terreno estoy menos segura del valor de todas las obras. No se por que los responsables de las premiaciones volvieron a galardonar a todo un grupo de actores; me parece superfluo. Con razon se dice: lo excesivo es malsano. Semejante cantidad de premios les quita a estos todo su valor. La seleccion de obras, actores y tecnicos a los que se pretende reconocer debe realizarse con mucho rigor, y solamente lo excelente debe destacarse. La abundancia de teatros y puestas en escena dificulta esta tarea, es cierto, pero durante todo el ano los criticos dan su opinion acerca de las representaciones, de manera que tienen el tiempo suficiente para aquilatar lo que realmente vale la pena. Entonces no hay por que ofuscarse y dar el mismo galardon a tres o mas producciones. .