SECCION ESPECTACULOS PAG. 38 BALAZO: CANTAR ABSURDOS CABEZA: Dos maneras de encarar la urbe CREDITO: DAVID CORTES La presencia de Oscar Fuentes en el rock tapatio ha sido constante, aunque silenciosa y nada espectacular. Desde 1983 se adentro en la musica, pero tardaria dos anos en hacerlo profesionalmente al integrarse como vocalista de Black Wire, agrupacion de escasa trascendencia. Posteriormente paso a Fongus y al final de la decada opto por emprender carrera en solitario. Con su guitarra bajo el brazo y canciones de Jaime Lopez, Rockdrigo Gonzalez, Silvio Rodriguez y material propio (algunos de estos temas se encuentran reunidos en Oscar Fuentes, una primera produccion de corte casero) recorria bares y cafes de la ciudad; se alimentaba de vivencias e imagenes urbanas con las cuales conformo en 1991 una segunda cinta titulada Cantar absurdos acompanado por el grupo Nimodo. Pago por ver, tambien de manera independiente, fue su siguiente trabajo que, como los anteriores, enfrento severos problemas de circulacion, al grado de que practicamente solo se le conocia en la capital tapatia. Lejos de abatirse y forjado en esa enorme rueda de la fortuna llamada vida, Oscar Fuentes continuo en su tarea de absorber experiencias que luego se convertirian en canciones. Doce de esas composiciones dan forma a Un gato en celo (Mix Records, 1994), el debut del cantante en formato de compacto en donde abandona la parquedad instrumental de su anterior filiacion rupestre para incrementar las fuentes sonoras y bordar temas sencillos inmersos en la vena del rock y blues. Cortes como "El son de la obsesion" tienen mucho punch; hay melodias en donde la influencia de Joaquin Sabina es evidente ("La tiendita del dolor", "El papel del estelar") y otros en los cuales se advierte un sello personal ("Unos labios de mujer", "Amo este lugar" y "Un gato en celo") que hacen muy recomendable esta produccion. Menos fogueados que el guitarrista son los integrantes de El Cerco, novel agrupacion que se iniciara en 1992 y que ahora presenta su debut, un album eponimo tambien en la independiente Mix Records. El quinteto recorre la linea de la fusion, un territorio que inmediatamente los emparenta con grupos como Tijuana No y Maldita Vecindad. Sin embargo, a pesar de su corta experiencia, El Cerco ha logrado dar un sonido autentico a su musica. En ella encontramos cadencias latinas, reggae, ska y rock, una amalgama que como referente inmediato nos recuerda a bandas como The Specials y Madness, con la misma dosis de humor y energia que consigue cristalizarse afortunadamente en cortes como "Chingue Malinche", "Volverte a ver" y la excepcional "Flor mulata". La novatez aflora cuando el grupo recurre a ciertos motivos ya desarrollados en otros cortes ("La traicion de su ley" es un ejemplo), pero en general el balance es favorable y nos da un indicio de lo que actualmente se esta moviendo en el subterraneo de la ciudad tapatia, en la que se estan descubriendo e impulsando los talentos locales a fin de que estos no se pierdan en el anonimato, como solia suceder en el pasado. .