SECCION ESPECTACULOS PAG. 46 BALAZO: CARTAGENA CABEZA: La poesia como blues urbano CREDITO: VICTOR M. NAVARRO Manana a las 19:30 hrs. en la Casa Universitaria del Libro (Orizaba y Puebla, Col. Roma), Francisco Cervantes y Rafael Vargas presentara el libro Cartagena, de Victor M. Navarro. A continuacion, ofrecemos una exegesis en la que el poeta de Tacubaya descubre motivos y traza la ruta de un trabajo empenado en hurgar las raices, en explorar las infinitas posibilidades del barrio, de sus heroes, mitos y leyendas; de su maravillosa cotidianeidad. Una plaza sin pavimentar Una tarde a finales de los anos sesenta, sentado con los amigos al fondo de una herrumbrosa vecindad en Tacubaya, veiamos caer el sol, un guerrero mas del crepusculo citadino que cedia su paso a los elementos de la noche. Entonces El Cardiaco exclamo: "hoy se esconde el sol, pero manana saldra por la ventana de siempre". Esas palabras hicieron eco, senti que la poesia del barrio, el principio del verbo urbano, la vena de los lenguajes subterraneos, claros y secretos de la banda, asomaban para invadir de fulguraciones el 262, el edi, la maldita vecindad. Eran tiempos del comercio y una incipiente labor periodistica, epocas de cervatanas bien helodias, el partido del sabado, la visita al congal y las lecturas furibundas y desordenadas de Rimbaud, Cortazar, Chanoc, Borges, Superman, Sabines, Fantomas, los misticos, Catulo y el Memin Pinguin. De regreso a casa, escuchando en los radios de la populosa avenida Jalisco lo mismo a los Rolling que a Mike Laure, me detuve en un puesto de tacos de suadero, engulli cinco con mucha salsa y me interne en los territorios del Mercado Cartagena, ubicado a un lado del metro Tacubaya. Llegue hasta el puesto de frutas del Moy, y alli, acomodando mangos, mandarinas, guanabanas, higos, papayas, uvas y uno que otro melon, se enriquecio la faena poetica; pense que era necesario escribir esos olores, recorrer con ojos, pluma y corazon la vida altiva, locuaz e iridiscente de los juegos de la vida cotidiana, el sabor del mercado, el color del comercio y sus personajes. La cantidad hechizada; el espejo de los miles de rostros que guardan bajo la palabra; la invocacion de lo que somos. Por otra parte, habia mucha biografia en el mercado; una abuela que inicio la tradicion del comercio; mi madre, quien desde que yo recuerdo se levanta temprano para ir a vender ropa a sus negocios del mercado... mas aun, Victor a los diez anos encargado de tender el puesto en la manana, vender y mercantear, hacerle al marchante y por la tarde ir a la escuela. Las noches de trabajo fueron duras, despues de varios anos la monotonia es lo mas pesado, para ser un buen comerciante hay que estar siempre y a diario al pie del canon, con el trueque a flor de piel: "El que tiene tienda que la atienda". De esos anos las ganas de cambiar y organizar la vida, los suenos de lograr algo importante, una conciencia recalcitrante que golpea constantemente: De como levantar un tiradero Uno: diferenciar los generos. Poner en su talla cada sueno. Hacer montones y amarrarlos. Dos: colocarlos en su casillero. Dejar los alteros parejitos. Suspirar y bajar la cortina. Tres: para salir del mercado es necesario siempre estar adentro. El paso por la escuela fue definitivo y definitorio, alternar la vida escolar con la vida del barrio que parecian incompatibles fue el primer escalon de una trayectoria que se convertiria en vital. Descubrir que El Quijote, la poesia de Borges, los textos de Guillermo Prieto, las indagaciones de Alfonso Satre y algunos clasicos latinos como Catulo, recogian las historias de la vida cotidiana de sus lugares, fue algo tan grandioso para mi como si me hubiera ganado a la Trevi en la rifa del pollo. Asi que los rincones, las callejuelas oscuras, las casas viejas, la vecindad, el mercado, El Manotas, El Patas de Oso, El Caco, El Rabo, El Chincheros, El Guason y muchos personajes mas podrian ser materia poetica. No me interesaba verlos como asunto sociologico, mucho menos como individuos con problemas psicologicos o simples inadaptados, tampoco queria reivindicarlos socialmente... total, el tal Francis ya dos que tres veces me habia dado en la torre. Se tr ataba de poner especial atencion en el lenguaje: el calo, el caliche, el calico, la tatacha fu, el verbo de la banda presumia riqueza y agilidad, es un lenguaje que se basa en la metafora y en la elipsis, es la vida misma hecha palabras. ...pero antes que la vida la sorpresa, antes que el hartazgo la esperanza, antes que la muerte el encuentro. En 1974 ingrese a la UNAM para estudiar Periodismo, alli junto con Arturo Trejo, Alejandro Sanciprian, Fernando Figueroa, Rafael Vargas, Roberto Diego Ortega y Pepe Buil, entre otros, logre afirmar la mira (o eso sigo creyendo), en cuanto al material del barrio y el mercado que venia escribiendo de unos dos anos atras. Y fueron el convivio en el Taller de Poesia Sintetica (Taposin), la afinidad con la poesia coloquial de Trejo y Vargas, las largas noches de ron, musica y lecturas, asi como el constante ir y venir por el barrio, las circunstancias que moldearon finalmente el proyecto poetico que desemboco en tres libros: Tacubaya revisited (Edit. Oasis, 1984), Responso a Tacubaya (Inedito) y Cartagena (UNAM, 1993). Numen altisonante y a veces hasta barbaro, postales, retratos, fotografias de un barrio que es muchos barrios, de una vida que son muchas vidas; hasta la fecha de esta manera concibo la poesia, una escritura que te haga comulgar con la vida y por si misma nos ofrezca otra vida, la manera que tenemos de relacionarnos con el mundo. Y en todo este panorama el lector avezado (quien de seguro ya abandono este texto) se preguntara: ¨y el amor?, ¨y la musa? Y es cierto, cuando uno escribe versitos (como bien los llama Guillermo Fernandez), es imposible librarse de los de amor, de una u otra manera el ser amado salta entre las lineas, exije las suyas, le dice a uno cosas al oido que se terminan por aceptar. Al trote tacubayense y universitario han salido al paso amores duraderos, amores imaginados, amores frustrados, amores imposibles, amor es abismales, amores fugaces, y de todos ellos hay una brizna en los poemas publicados y en los no publicados... el texto amoroso es un ejercicio de estilo, un don divino, un mal necesario y un mar inmenso donde todos hemos sido revolcados por sus olas. .