SECCION CULTURA PAGINA 35 CABEZA: Angel mudo CREDITO: PATRICIA MORALES "Hay un cuadro de Paul Klee que se llama Angelus Novus. En el se representa a un Angel que parece estar a punto de alejarse de algo en lo que tiene fija la mirada. Sus ojos estan desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidad las alas. Y este debera ser el aspecto del Angel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos manifiesta una cadena de eventos, el ve una unica catastrofe que amontona incansablemente ruina sobre ruina, arrojandolas a sus pies. Bien quisiera el Angel detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraiso sopla un huracan que se ha enredado en sus alas, y es tan fuerte que el Angel no puede ya cerrarlas. Este huracan lo empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas crecen ante el hasta el cielo. Ese huracan es lo que nosotros llamamos progreso." La boca del Angel esta abierta, pero de ella no sale sonido alguno; boca, ojos y alas expresan un desesperado estupor. Donde nosotros vemos un suceder, el Angel, con espanto, ve solo una inmensa catastrofe. Irremedibles ruinas. Y no hay palabra que pueda expresar el dolor que petrifica sus rasgos. La razon de los poderosos, sinonimo de "progreso", parece haber vencido una vez mas, y al Angel icono del instante no le queda ya mas que el silencio. Y sin embargo, en la figura del Angel mudo no culmina la obra de Benjamin. La unica esperanza es ir mas alla, mirar con una mirada mas aguda la del conocimiento de la crisis, dice. Instaurar un nuevo orden a partir de lo que tenemos, este caos, sin creer en la promesa del futuro como consolacion del presente; y llenarnos de un amor menos desesperado, menos esteril que el del Angel. Solo en el aqui y ahora, tiempo pleno, convergencia y retencion del tiempo en el presente, podrian los hombres apropiarse de sus vidas y encaminarlas en un sentido, en una direccion, en un proyecto. Darles rumbo. Para Benjamin entonces, no es suficiente esta fijacion sobre el instante. Es preciso interpretarlo y producir de el un saber, el de la caducidad, la discontinuidad historica, para superarlo y pasar a un nuevo orden. Es tarea (del historiador, dice Benjamin) componer, con esos fragmentos, nuevas imagenes: nuevas palabras en las cuales lo que ha enmudecido pueda volver a hablar. Este trayecto que nos lleva desde las palabras de la incertidumbre a las cosas, y en consecuencia a una nueva relacion con el mundo y con ellas, es un recorrido sin duda lleno de peligros. Que hemos de intentar. Pero sin olvidar esa dimension de felicidad, unica que supera la condena del Angel infeliz. La felicidad de decir las cosas, recobrar el tiempo perdido al cambiar el pasado si lo contamos de otra manera; la felicidad incluso de lo que cae, porque su caida depende de nuestra fuerza y de nuestro poder. El futuro no es (para los judios, dice Benjamin), un tiempo homogeneo y vacio. Ya que cada segundo es en el la pequena puerta por la que puede entrar el mesias. ¨El mesias, quiza el mismo sujeto, empenado ya en una lucha hasta ese momento indispensable?, ¨que se requieren estrategias ineditas, una apertura de frentes desconocidos? Igual, este sujeto llega contento y entusiasmado a la batalla. "Quiza a ratos su risa suena barbara", escribe Benjamin. Y si, barbaro y loco porque esta lleno de una felicidad desconocida; incomprensible para quienes piensan que una gran obra solo puede ser fruto de la fatiga, el desengano y el dolor. Se trata, dice Benjamin, nada menos que de "hacer cultivables los territ orios en los que hasta ahora solo crece la locura". Walter Benjamin (1892-1940) destroza la linealidad inexorable del tiempo que arrasa con todo; redime el tiempo perdido y nos situa frente a una imagen distinta del presente y el manana. El agobio del futuro raiz fundamental del Angel de la modernidad alcanza con el una expresion filosofica. *Psicoanalista y escritora. .