SEC. INF. GRAL. PAG. 3 CABEZA: EL BAUTISMO POLITICO DE LOS SACERDOTES. CREDITO: GILBERTO GUEVERA NIEBLA Una cosa es el rechazo a una mala autoridad y otra el rechazo a toda autoridad. Entre las fuerzas de oposicion en Mexico hay quienes piensan de una y de otra manera y los ultimos acontecimientos nos han mostrado, contra lo que pudiera pensarse, que el rechazo a toda autoridad, es decir, la posicion anarquista tiene numerosos adeptos entre la izquierda y la derecha del espectro politico. Cuando se examina al EZLN y el discurso de algunos catolicos simpatizantes de ese movimiento, es dificil no evocar las formas anarquistas de tono vagamente religioso que existieron en Europa desde la Edad Media y que han estado presentes, aunque en forma casi subterranea, en la cultura politica mexicana desde hace decadas. Nos equivocamos al pensar que la actitud de rechazo del Estado se ha gestado exclusivamente en la izquierda. La dramatica opresion que sufrio la iglesia catolica durante casi setenta anos por parte del Estado hubo de desembocar logicamente, en una reaccion de rechazo a todas las formas de autoritarismo y, a la postre, en algunos casos, de rechazo a toda forma de autoridad y en la busqueda de formulas de organizacion social en donde se aspira a alcanzar una idilica sociedad excepta de toda burocracia. Desde luego, no todo es anarquismo en el emergente campo politico de la iglesia -aunque, por lo que hemos visto en estas ultimas semanas, casi todo sea antigobiernismo- pero las actitudes de rasgos anarquistas son mas frecuentes de lo esperado. Los sentimientos antigubernamentales de sacerdotes y miembros de la jerarquia eclesiastica no eran ningun secreto para nadie. Tales sentimientos no escapan tampoco a nuestra comprension, sobre todo si recordamos el salvajismo de la Guerra Cristera y la barbara persecucion que sufrieron posteriormente sacerdotes y feligreses. Las descortesias y malos tratos del Estado hacia la iglesia en estos ultimos cincuenta anos forman un largo rosario de pequenas, medianas y grandes ofensas que no procede desde luego, recordar, pero que sabemos sirvieron de caldo de cultivo dentro de la iglesia a una imaginaria politica no siempre articulada a los proyectos del partido politico gobernante. La reincorporacion de sacerdotes a la vida politica de Mexico constituye, para muchos, un despertar en un mundo ignorado y, por momentos, enigmatico. Estos son quienes siempre han separado el mundo de su accion espiritual del mundo de la politica y quienes siguen pensando no debe haber mezcla alguna entre ellos. Pero hay otro sector -sobre todo aquel que fue sensibilizado desde los anos 60 por las tesis del Concilio Vaticano II- que cree tener armas conceptuales definidas para entrar, sin miedo, a la brega politica. Contra lo que se hubiera pensado hace veinte anos, esa parte de la iglesia interesada en la politica no va a alinearse automaticamente en el Partido Accion Nacional, partido que muchos de ellos juzgan como complice del PRI, parte integrada de un sistema politico que refuerza la dominacion. Para este grupo que, desde los acontecimientos de Chiapas, tiende a ganar adeptos entre el sacerdocio, de lo que se trata es de destruir el sistema y, en caso de no poder destruirlo, buscar formas de organizacion social en donde escapes o te protejas de la accion del Estado (o burocracia) a quien juzgan como un agente esencialmente perverso. "Hay que romper toda alianza con el poder, dicen estos, porque el poder es un poder controlado por los ricos y omprime a los pobres". Un sacerdote honrado, bueno, compr ometido consigo mismo y con su vision evangelica, pero que poco sabe de politica, cree facilmente en la verdad de esta proposicion. "Nada con el poder", "El poder corrompe", son frases-comidilla de todos los dias entre estos recien iluminados cada vez que los cristianos se lanzan a recuperar la verdadera palabra de Dios, que intentan darle a su mision evangelica un significado autentico, terminan por tratar de fundirse con el pueblo mas afligido y rechazar al poder y a su encarnacion intelectual: el raciona lismo. Asi lo hicieron los cristianos primitivos, los primeros padres (Justino, Tertuliano, Irineo, etc.), asi lo hizo Savonarola, lo mismo que Lutero. Y esa misma actitud antirracional se observa en algunos rasgos del nuevo movimiento catolico mexicano que se solidariza en abstracto con los pobres, rechaza al Estado por ser una agencia de las poderosos y condena la modernidad como expresion extrema del racionalismo. Dentro de esta logica, de rechazo a la modernidad y busqueda de distancia respecto del Estado, se puede entender la enorme simpatia que ha despertado entre los sacerdotes la propuesta del EZLN de construir comunidades indigenas autonomas, especie de repertorios sociales liberados del principio del mal y en donde pueden florecer, en cambio, la pureza y la autenticidad. En estas islas de la pureza, algunos suenan, el ser del Evangelio habra de cristalizar, por primera vez, sobre la tierra. Del cuadro antes descrito, a uno le sorprenden dos cosas: a) La rustica similitud entre esta concepcion del poder y la concepcion marxista que le atribuye una naturaleza de clase. Aunque, claro, los sacerdotes no hablan de clase social sino de pobres y ricos; pero, aun asi, los efectos son los mismos. Dado que se atribuye al Estado una naturaleza perversa, los unicos caminos politicos que te quedan abiertos son el de realizar una revolucion para destruir ese poder o el de crear "islas" en el seno de la sociedad que escapen a la influencia de ese poder malefico, ta l y como lo pensaron, en su momento, los socialistas catolicos. b) El atraso politico que domina en el sacerdocio. Para ellos, el derrumbe del comunismo todavia no sucede y, por lo mismo, se hayan dispuestos a reeditar la larga experiencia de derrotas de los marxistas-leninistas que, como ellos, se proponian la redencion de los pobres y terminaron construyendo la mas terrible maquinaria contra el hombre. Su limitada experiencia politica les impide advertir que la autentica lucha a favor de los pobres solo es viable si se da en el marco democratico y dentro de las consti tuciones existentes. La redencion terrenal del hombre desde esta perspectiva no es una tarea simple; por el contrario, es enormemente mas complicada que hacer una revolucion o construir una isla que, como sabemos, tarde o temprano, se unira al continente social. .