SECCION INF. GRAL. PRIMERA DE PRIMERA BALAZO: MAGDALENA DE QUINO CABEZA: SERA ACLARADO, PALABRA DE CSG SECUNDARIA: JUSTICIA!, JUSTICIA!, CLAMOR EN EL SEPELIO CREDITO: HERMENEGILDO CASTRO, ENVIADO MAGDALENA DE KINO, Son., 25 de marzo.- Soplaba un aire frio, con rachas de polvo, cuando el ataud de Luis Donaldo Colosio descendio a la fosa con una imagen de la Virgen de Guadalupe encima y, asi, los sonorenses y millones de mexicanos enterraron una esperanza. Hasta ahi llego, horas despues, el presidente Carlos Salinas de Gortari y abrazo a don Luis Colosio Fernandez, padre del candidato asesinado. Habia pocas personas y muchas coronas de flores sobre la lapida. Rindio un homenaje a su amigo. -Gracias por venir, senor Presidente -le gritaron cuando se retiraba del panteon hacia la casa de don Luis, para convivir con la familia doliente. Una mujer lloraba, silenciosa, aferrada a los barandales de acero con que cercaron el area, y no veia a nadie. En el rostro de la esposa, hoy viuda de Colosio, tambien corrian las lagrimas aunque resistiendo el sepelio con entereza. Magdalena de Kino sepulto a su hijo predilecto, el que incorporo su nombre en la geografia internacional. El aire frio tambien llevaba las notas de Las golondrinas y la musica se oia en todo Sonora por la radio y la television que transmitian en vivo. A un lado de la fosa, en el pasto sintetico usual, un amigo de la infancia del hombre que pudo ser presidente, Adalberto Villaescusa -quien cargo el feretro junto con Jose Luis Soberanes y Alvaro Obregon Luken- tenia la desolacion pegada en los ojos. -Hay mucha indignacion, la gente esta muy enojada... no, no puedo decirle lo que dicen, pero esta muy indignada, -rehuia, cauteloso, Ruben Moreno Maldonado-. Fui maestro de Colosio, era muy querido, toda la familia es muy querida. Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado a los 44 anos de edad, volvia a la tierra que le vio crecer y se enorgullecio hasta el delirio el dia que fue destapado candidato a la Presidencia, regreso a la Sonora que le tenia preparado en Hermosillo el mayor mitin de su campana: una concentracion de 100 mil personas, nunca antes sonada aqui. Y ahi, en un cementerio donde casi todas las tumbas tienen lapidas de marmol o simulan pasto recien cortado y regado, cayo la loza y el cemento sello la tumba, junto a dona Bertha Garza de Covarrubias, quien seguramente conocio al nino Luis Donaldo, porque vivio 62 anos y entrego su alma al Senor en el dia de gracia del 23 de abril de 1991. ¨Que pensaria, si viviera, dona Eloina Leal de Albelais? ¨Estaria mas indignada como sus paisanos que, hace un rato, gritaron Justicia, Justicia!, cuando termino la misa y levantaban el ataud de Colosio? Pero a los 61 anos, exactamente un mes despues que dona Bertha, rindio cuentas al Creador. Colosio, el joven talentoso que estudio mediante becas y ascendio uno a uno los peldanos de la politica, regreso a su tierra y para acompanarlo vinieron Otto Granados Roldan, gobernador de Aguascalientes, y el CEN del PRI en un autobus, y asustados pasajeros de un avion que revento una llanta al descender en Nogales. Y quedara para siempre, con sus paisanos, junto a Armando Acedo Medina, que murio 20 dias despues que dona Eloisa, el 13 de junio del mismo ano de 1991. En ese panteon, donde un Cristo de tres metros extiende los brazos en el pasillo por donde entran los cortejos funebres. Hay en la entrada dos angeles guardianes que velan por la memoria y el descanso de las animas de Magdalena de Kino, y los magdalenenses, los sonorenses y muchos, muchos mexicanos, guardaran en la memoria la firmeza de Diana Laura Riojas de Colosio, al recordar las ideas de su esposo. El aire queria revolver las cuartillas, pero la senora mantenia firmes las manos en el atril, el cromo de los microfonos semejaba dos cintas blancas sobre el vestido negro, y -una vez terminada la misa que oficio el obispo de Hermosillo, Carlos Quintero Arce- Diana Laura leia las tres lineas de entrada: -Las balas del odio, del rencor, de la cobardia, interrumpieron la vida de Luis Donaldo; dieron fin abrupto a su existencia, pero no a las ideas por las que lucho. La voz pausada, la lectura con puntos y comas, las manos firmes, avanza dos cuartillas y llega hasta donde dice "creyo que tenia las respuestas para esta nacion con hambre y sed de justicia. Por eso queria ser presidente" y pidio la bendicion de Dios y entonces se le quebro la voz y nacio un largo aplauso y la lectura siguio. Quintero Arce, que se distinguia a lo lejos por la cantidad de purpura que lleva en el pecho mientras los demas oficiantes vestian sotanas con una raya del mismo color, aplaudia, en la unica silla de madera y acolchonada junto al improvisado altar para la misa de cuerpo presente. Frente al obispo, Diana Laura leia, recordaba a su esposo como un hombre de una sola pieza, que hizo camino al andar, y agradecia la compania. Habia miles de personas reunidas en el cementerio, en una explanada que tambien fue cercada; decenas congregadas en el area para la familia; simpatizantes que llegaron de muchas partes y estaban trepados en las tumbas. El cementerio estaba fraccionado, con vallas de acero por todas partes, vigiladas por centenares de elementos del 38 y 89 batallon de infanteria de la IV Zona Militar, todos vestidos de civil: la primera vez que hicieron acto de presencia, en el adios a Colosio. Como siempre, fueron motivo de critica y estuvieron a punto de los golpes cuando cerraron la puerta por donde entro el cortejo y ya no dejaron pasar a nadie: ni a Silvia, ni a Gloria ni a Miriam Colosio, que venian escoltadas desde Nogales, donde recibieron el cadaver, por elementos de la Policia Federal de Caminos. -La seguridad debio ser anteayer -decian los magdalenenses. -Ahi debieron estar, guachos. Y guacho es una palabra que duele a los militares, y esos jovenes de cabello corto, de brazos fuertes, estuvieron a punto de cargar contra aquellos que criticaban, pero de todos modos decenas no pudieron entrar o se brincaron las bardas y alambradas. De Nogales, el cortejo llego faltando dos minutos para el mediodia, hora local, a la avenida Ninos Heroes, la calle principal de Magdalena de Kino, un municipio de calles pavimentadas y plazas anchas, y lo recibio un aplauso general: ninos, ancianos, mujeres esperando en la banqueta. Una descubierta de motociclistas hizo su aparicion y la fila de luces encendidas, decian por la radio policial, era de cinco kilometros. La carroza avanzo hasta el cementerio y los carros llenaron las bocacalles, algunos recorrieron hasta 400 kilometros para estar aqui, en la despedida a Colosio. Vino la misa y a Quintero Arce tambien se le quebro la voz, o lo parecio, cuando pidio que unidos en oracion hagamos un Mexico mejor. El coro de la parroquia de Santa Magdalena canto "Senor ten piedad de nosotros, el apostol Juan, las 100 ovejas", y termino la misa. Entonces hablo Diana Laura y luego Marcela Colosio Murrieta, para un requiem que dice en una parte "la musica fue sumergida en las aguas profundas y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas". Despues, cuidadosamente, cuatro hombres doblan la Bandera Nacional que todo el tiempo habia estado sobre el ataud gris -que ayer llego de Tijuana al PRI capitalino y de ahi a Gayosso y de Gayosso a Nogales y de Nogales a Magdalena- y la entregaron a la ciudad del que fuera candidato a la Presidencia de la Republica. El Himno Nacional llego enseguida y cuatro amigos de Luis Donaldo Colosio Murrieta cargaron en hombros el ataud, junto a la tumba de Francisco Durazo Moreno, y lo llevaron a la fosa. A las 13:20, hora local, todo habia terminado. Y en la sala de prensa -a propuesta del elegante cronista Miguel Reyes Razo y Estela Baylon, secundada por Ramiro Pineda- los periodistas guardan un minuto de silencio en honor de Luis Donaldo Colosio Murrieta y terminan de escribir la ultima nota de una campana que no concluyo. .