SECCION ESPECTACULOS PAGINA 40 BALAZO: HETERODOXIAS CABEZA: Las postales de Hat Hut Records CREDITO: DAVID CORTES Con el arribo de los compactos, la estetica aflojo sus pretensiones. Los disenos empequenecieron -lease empobrecieron- y entonces los discos pasaron, con mayor enfasis, a soportar su condicion de productos: una letra, toscamente rotulada, sirve como unica separacion entre uno y otro. Nunca fueron las portadas un simple accesorio, aunque si es cierto que pocas companias consiguieron coherencia entre imagen y sonido hasta el punto de ser reconocibles a la distancia. Una de ellas fue la suiza Hat Hurt Records, un emporio no renido con la creatividad musical en ningun sentido y que hizo de la abstraccion iconica su sello. Los ochenta consignan la aparicion de unas cajas con lomo color rojo, de fuerte carton y solapa en una de sus costillas para formar un hermetico empaque. El color de la cubierta podia variar, desde alegres colores para un disco de Steve Lacy, hasta la parquedad de una fotografia en blanco y negro para un album de Mike Westbrook; pero en la contra, casi siempre se recurria al tono beige arenusco para enmarcar una excelente fotografia en blanco y negro. Fritz Hauser, Sun Ra, Cecil Taylor, Vienna Art Orchestra , Anthony Braxton, entre otros, ganaban un empaque de lujo para sus obras. El interior, menos ostentoso, guardaba una sopresa mas; una postal del artista en cuestion. Hat Hut ha procurado, al convertir su catalogo al formato compacto, mantener la distintividad iconica. El lomo rojo se consevo justo con el logo (un pequeno sombrero), la contraportada paso a ser un mero detalle de los creditos y la foto se integro a la contra del librillo del compacto. Las portadas, generalmente, han mantenido la parquedad iconica y solo en algunas excepciones ha obtenido un realce extra, como en el caso del Gerry Hemingway Quintet que en Special Detail utilizo una doble hoja de pap el albanene, cada una con su respectiva impresion, que al superponerse crean un atractivo diseno. Francamente es estupido hablar de una estetica inexistente. Pocos de los nuevos escuchas tendran la oportunidad de regodearse con las texturas de los antiguos elepes de la Hat. Hoy, cuando el empuje del mini disk parece arreciar, el cd, como producto, recibe un primer golpe y la musica es despojada aun mas de su condicion artistica; aunado a ello recibe una cubierta poco digna. Una postal de Hat implicaba algo mas que una simple posesion, senalaba una relacion mas profunda. El lugar a ella asignado indicaba el sitio que la musica ocupaba en su detentor. Hay quienes las enmarcaron, otros que conformaron un album, fueron menos quienes las arrumbaron en el olvido. Quienes cometieron tal sacrilegio probablemente nunca entendieron el jazz, ni ninguna de sus variantes. Otros, mas ortodoxos, guardan la postal en el empaque original y la contemplan como un fantasma. En ella se arremolinan recuerdos, datos de un concierto siempre deseado pero nunca presenciado, jams explosivos, formulas instrumentales extranas de densos resultados, alianzas imposibles en el tiempo y el espacio. Quienes las conservan saben, luego de tan meticulosa observacion, que han pasado a ser nostlgia y que el tiempo, inclemente, marcha sin sobresaltos. .