SEC. INF. GRAL. PAG. 10 CINTILLO: ADIOS ACOLOSIO CABEZA: Con una triste sonrisa respondio Diana Laura a las muestras de apoyo CREDITO: GABRIELA ORTEGA RIVAS, Cronica En su rostro descompuesto por el dolor que le ha causado la muerte de su esposo, surgio una leve pero calida sonrisa para todas aquellas personas del pueblo que le gritaban Colosio no ha muerto! Vive y vivira siempre entre nosotros! Ella no dijo nada, ni una sola palabra. Solo sonrio. Apreto sus labios para contener las lagrimas, cerro su puno derecho con el dedo pulgar erguido en son de lucha y se abandono en el brazo del presidente Carlos Salinas de Gortari, quien diria a los periodistas: Era el momento de retirarse del auditorio El jefe de la Nacion y la primera dama del pais estuvieron, cerca, muy cerca, de Diana Laura Riojas de Colosio, quien mostraba un rostro desencajado, acentuado por lo delgado de su figura. Como muestra de su afecto, de su amistad hacia la familia Colosio-Riojas, el matrimonio Salinas-Occelli llego hasta el hangar presidencial para esperar el arribo del avion de la Fuerza Aerea Mexicana, el TP-03, procedente de la ciudad fronteriza de Tijuana, que traia a bordo el cuerpo inerte de Luis Donaldo. Al descender de la escalerilla, Diana Laura se encontro con un Presidente de la Republica preocupado, consternado y entristecido por el fallecimiento de su gran amigo. Enseguida, y una vez que el ataud fue introducido a la carroza, Salinas de Gortari le invito a subir al auto presidencial, un Gran Marquiz azul metalico, en el que ella, Cecilia Ocelli y el primer mandatario se dirigieron al auditorio Dentro del lugar ya se escuchaban consignas a favor de Colosio, pero el ya no podia escucharlas: A su salida, despues de hacer su guardia de honor al cuerpo de su esposo, Diana Laura se encontro ante cientos de rostros, del pueblo, entristecidos, que demandaban, muchos con lagrimas en los ojos, el castigo a los criminales que asesinaron a Luis Donaldo. Acto seguido, abandono su delicado cuerpo en el brazo izquierdo del presidente Salinas de Gortari, que la sostuvo hasta que abordo su vehiculo. Horas mas tarde los restos de Colosio serian cremados en el panteon de De regreso a la residencia oficial, donde recibio las visitas del primer ministro de Canada, Jean Chretien y de la ex primer ministra britanica, Margaret Thatcher, el jefe del Ejecutivo Federal pidio a los periodistas asignados a la Salinas de Gortari seguiria, sin embargo, concediendo audiencia a los miembros de su gabinete. .