SECCION: ESPECTACULOS PAG. 41 CINTILLO: ROCK DE MARCA CABEZA: La noche de los escorpiones automaticos CREDITO: OSCAR SARQUIZ F. A falta de la inexistente definicion totalizadora que frecuentemente se me pedia, di un tiempo en usar una, hueca pero apantalladora, que pepene por ahi: el rock seria "el uso imaginativo del cliche" (cf. Chuck Berry, p.e.). De ser asi -que NO lo es-, los teutones Scorpions serian absolutamente geniales -que NO lo son-, y su exultante apoteosis la noche del martes pasado en el Palacio de los Deportes, totalmente merecida. Mas de 15 mil personas los aclamaron con avidez largamente postergada, fervor mesia nico y uniformidad fascistoide, no "pese a" sino "debido a" que sobre el escenario jamas hicieron acto de presencia ni la originalidad, ni el riesgo ni la sorpresa, esos tres sazonadores esenciales de la musica genuinamente electrizante. La prevendidisima clientela mexicana de Scorpions, que viene siguiendoles la pista fonografica hace mas de 15 anos a sus accesibles y estereotipadas melodias, no pretendia novedad alguna, sino saldar la largamente postergada deuda de su presencia fisica; lejos de defraudarlos, el ultraprofesional quinteto aleman de rock pesado colmo toda expectativa con precision prusiana y una predecibilidad que les mereceria haber bautizado su presente gira con el titulo que les gano R.E.M. en su reciente album: Autom atic For The People. Pocas veces ha atestiguado el coso geodesico tal consenso uniforme. Desde que empezo a precalentar el afin quinteto local Branda (que musicalmente, como su nombre, tiene mas consonantes que vocales), al que se retribuyo generosamente la ronda preliminar de lugares comunes, el publico probo que venia a rockear, y su entusiasmo desbordado potencio la excelente produccion escenica de los estelares hasta saturar la boveda con energia que les hicieron desprender sus idolos con la fria pre cision y eficiencia de un motor Mercedes Benz. No esta de mas recordar la veterania de Scorpions, que -nominalmente al menos- han subsistido con numerosos cambios de personal cuatro sexenios de actividad desde que fueron fundados por el binomio guitarristico de los hermanos Schenker. Pioneros del metal (mas incluso que Judas Priest o Iron Maiden), la critica les ha escatimado importancia historica pese a su persistencia y copiosa discografia. Tras presenciar su pulida y profesional presencia escenica, la razon de esto es tan clara como la de su arraigo con una tribuna tan entusiasta como manipulable e indiscriminante. El formulaico rock de Scorpions, que se ha mantenido esencialmente inmutable desde su concrecion, es metal generico, de marca libre, aunque su calidad sea la tradicional de los productos Made In Germany. Derivativos y estereotipados, son la antitesis del espiritu rebelde e iconoclasta que supuestamente caracteriza a lo mejor del genero. Claro, en su presente realidad mercadotecnica, no estan solos en esto; pero son el ejemplo mas flagrante presenciado en mucho tiempo aqui. Rudy Schenker, fundador, unico sobreviviente original y evidente "caiman" del grupo, encarna un indigerible contrasentido: el ideal nietzcheano en version rockera, alto, rubio, ojiazul, enfundado -como todos sus companeros, en todo lugar, hora y temperatura- en finas y espectaculares indumentarias de cuero negro, imitando todos los movimientos y afectando todas las actitudes corporales rockeras que compendia cual catalogo de ventas telefonicas. Su caracteristica Gibson Flying V, contraparte emblematica de l a Destroyer de diapason extendido y controles ultrasimplificados que su colega Mathias Jabs controla con precision quirurgica, son pilares gemelos de un sonido colosal pero carente de mas distincion que la inconfundible voz del menudo cantante Klaus Meine. Tanto como el corpulento baterista Herman Rarebell o el nuevo bajista Ralph Rieckermann, Meine es otro engrane de una maquinaria bien aceitada y pulida por el uso; a diferencia de ambos, su timbre vocal -el sello mas facilmente identificable por sus fans, junto con los incesantes y agudisimos armonicos de Jabs- es el rasgo mas caracteristico del sonido Scorpions. Sus melodias definidas y coreables, balanceadas entre riffs mortiferos y trilladas baladitas arpegiadas, son el acervo amasado en una quincena de albumes cuyas ventas no han mermado a traves de un periodo temporal que pocas bandas han sobrevivido. La formula infalible funciono: con menos enfasis promocional sobre su reciente album -Face The Heat- que lo acostumbrado por la mayoria de los grupos en gira internacional, los alacranes metalicos enloquecieron a su fanaticada con destreza de gigolos, mezclando sus rolas mas caracteristicas con el nuevo material con tal tino que la explosiva excitacion liberada cuando la banda se reunio con Klaus, que inicio el concierto solitario y sentado en un banco de madera, jamas declino y alcanzo niveles de pa roxismo en los temas mas pesados. Pero la superabundancia de aplaudidas baladas -de pena ajena las que canto Meine en "alespanol", mas emparentadas con ABBA que con Zeppelin-, los vaivenes sincronizados de grupo show fiestero de los guitarristas, el imprescindible segmento unplugged con acusticas, tololoche y bateria tamano normal, fueron explicacion elocuente del porque son los Scorps el grupo predilecto de Mikhail Gorbachov (cuya idea previa de heavy metal era Nikita Kruschev golpeando con su zapato el escritorio en la ONU); es dec ir, son un grupo de rock para tios. La cursileria de algunas de sus baladitas no le iria mal a Julio Iglesias, y mi mente empezo a defenderse del tedio imaginando malsanamente un sorpresivo y oportuno "palomazo" de Chamin Correa. Su casi total falta de creatividad original -el diestro Jabs, por ejemplo, no dio mas que para citar sucesivamente conocidos recursos de Hendrix, Van Halen y Malmsteen en un solo gratuito e incongruente, aunque bombastico y apantallador- en medio del sonoro exitazo de este concierto de cliches de rock eurofestivalero ratifica el fulminante juicio de Robert Christgau, respetado critico fonografico del Village Voice quien, tras decadas de evaluar un promedio de 15 albumes semanales de todo tipo de rock y afines, sentencia que el heavy metal es su vertiente mas reaccionaria, adocenada y tradicionalista, tras falsa fachada de peligrosidad. Dificil mantener la concentracion a lo largo de esta sesion cuyo resultado y desarrollo se sabian desde un principio (Gilson, por ejemplo, presidio coros y oscilar de manitas al aire en el infaltable y hueco ritual de canto y respuesta entre Meine y publico adorador). Me distraje recordando nada menos que al notorio bajista de Kiss, Gene Simmons, no porque su colega Rieckermann haya elegido peinarse exactamente igual que su lenguaraz ancestro (y contemporaneo de Schenker, por cierto), sino porque en una de las incursiones filmicas donde se revelo sensacional villano, Gene encarno a un cientifico loco que ejercia su desbordada ambicion mediante el improbabilisimo recurso de enviar pulidos alacranes robots a aniquilar a sus victimas. La pelicula, Fuera de control (Runaway), es un pueril comic cinematografico, indigno de mayor atencion. ¨Que decir de la version real de este plan, cortesia de Rudy Schenker & Co.? Que es lo contrario, totalmente controlada, inocua, pero inicua. Acaso no promete mucho potencial la comercializacion de alacranes, por su peligrosidad e inconsciente fiereza; pero preguntenle a cualquier duranguense, y les confirmara que, una vez inofensivamente encapsulados en plastico, se venden bastante bien. Ev identemente al publico de Scorpions le gusta la ferocidad de a mentiritas, con postre al lado. Como las alimanitas mecanicas de Simmons y el titulo del album de R.E.M., los triunfantes y profesionalisimos Scorpions son automaticos, para la gente y nada mas. .